Miles de feligreses pidieron a Santa Rita por salud y trabajo

El buen tiempo acompañó a los peregrinos, que como cada año salieron desde la Catedral y se congregaron en la iglesia ubicada en Chacabuco y Monseñor D’Andrea. La última misa se celebró a las 20.30 de ayer.

Una tradición. La multitud rezó y pidió por salud, trabajo y también dio gracias por los favores recibidos.

Una tradición. La multitud rezó y pidió por salud, trabajo y también dio gracias por los favores recibidos.

[su_note note_color=»#cdcdcd»]La baja temperatura que reinó en el día de ayer, no hizo mella en el espíritu de los feligreses.[/su_note]El buen tiempo acompañó a los peregrinos posadeños que decidieron marchar hacia la iglesia Santa Rita de Posadas, para recordar a la religiosa en su día.

A pesar del frío (cerca del mediodía la temperatura rondó los 20 grados) una multitud se congregó para rendir homenaje y para pedir favores a la Santa de «los imposibles», tal como es conocida.

Minutos antes de las 8 de la mañana, una multitud de peregrinos se concentró frente a la Catedral de Posadas para realizar la tradicional peregrinación a Santa Rita cuya fiesta patronal se realizó durante todo el fin de semana en la capilla ubicada en la intersección de las avenidas Chacabuco y Monseñor De Andrea. Durante el sábado y la jornada de ayer hubo misas y bautismos, desde las 6 hasta las 20:30.

La misa principal del domingo, estuvo presidida por el obispo de la Diócesis de Posadas, Monseñor Juan Rubén Martínez.

Aunque, desde la Policía de la Provincia no se ofrecieron cifras oficiales, se estima que durante todo el día unos 12 mil a 15 mil fieles llegaron hasta la parroquia. Hasta el mediodía de ayer, se habían acercado al altar de la Santa de los Imposibles, unas 7.800 personas, dijeron las autoridades.

La mayoría de los fieles pidió por salud, trabajo y para agradecer por los favores recibidos.

En familia, entre amigos, como mate en mano y mucho abrigo, los creyentes caminaron y rezaron, en una nueva manifestación de fe.

Santa de imposibles

Santa Rita nació el 22 de mayo del año 1381. La casa natal de Santa Rita está cerca del pueblito de Casia. Ella quería ser religiosa, pero sus padres, Antonio y Amata, escogieron para ella un esposo. Rita tuvo dos gemelos.
Después de veinte años de matrimonio, Rita enviudó y sus dos hijos murieron por una penosa enfermedad.

Entonces, entró al Monasterio de Santa María Magdalena. Hace la profesión en 1417.

Durante la Cuaresma del año 1443 fue a Casia un predicador llamado Santiago de Monte Brandone, quién dio un sermón sobre la Pasión de Nuestro Señor que tocó tanto a Rita que a su retorno al monasterio le pidió fervientemente al Señor ser participe de sus sufrimientos en la Cruz. Recibió los estigmas y las marcas de la corona de espinas en su cabeza.

Los últimos años de su vida fueron de expiación. Una enfermedad grave y dolorosa la tuvo inmóvil sobre su humilde cama de paja durante cuatro años.

A su muerte, acaecida en 1457, la herida del estigma desapareció y en lugar apareció una mancha roja como un rubí, la cual tenía una deliciosa fragancia que nunca desapareció. Por eso, nunca la enterraron. Su cuerpo está expuesto para veneración de los fieles, quienes piden su intercesión ante su cuerpo que permanece incorrupto.

León XIII la canonizó en 1900.

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