La Comuna defendió el Código de Nocturnidad y prometió mas control

Esa fue la respuesta que dio a los comerciantes que denuncian «persecución» y dicen que deberán cerrar sus locales. Según la Municipalidad, con el decreto 1320 se busca mejorar la calidad de vida. [su_note note_color=»#cdcdcd»]“El problema del consumo del alcohol está más allá de la postura de los comerciantes”.[/su_note]Los comerciantes posadeños que se sienten afectados por la aplicación del Código de Nocturnidad conformaron una asociación, sin embargo desde la Municipalidad ya anticiparon que continuarán los controles, porque la intención es «mejorar la calidad de vida de la población».

Por otra parte, los concejales anticiparon que se reunirán para analizar la aprobación de la ordenanza que avale los decretos 1320 y su modificatoria posterior.

«Entendemos que el problema del consumo del alcohol es complejo y está mas allá de la postura de los comerciantes», sostuvo ayer el secretario de Gobierno, Octavio Loyola cuando fue consultado sobre las quejas de un grupo de comerciantes que está en desacuerdo con el endurecimiento de las medidas. «Vamos a seguir trabajando con el mismo ímpetu, porque estamos convencidos que hubo cambios interesantes en la ciudad de Posadas», dijo.

«A los comerciantes no se les prohíbe trabajar. No estamos persiguiéndolos para cerrar fuentes de trabajo, sólo queremos poner cierto orden, para que los quioscos funcionen como tal, los bares sean bares y las despensas sean lo que corresponde», añadió.

«Mas allá de los reclamos, queremos que quede claro que nos interesa la calidad de vida y la salud de la población. También nos interesan las fuentes de trabajo, pero no podemos plantear la discusión en términos de que un quisco podrá trabajar en la medida en que venda alcohol», dijo Loyola y respondió así a algunos propietarios de quioscos que no pueden realizar el cambio de rubro para poder vender alcohol.

Los comerciantes apuntan sólo a algunas disposiciones con las que no están conformes. Entre otras cosas pretenden: extender el horario en el que está permitida la venta de alcohol, e incluso algunos proponen que la prohibición sólo sea para los menores; tampoco están de acuerdo con el pago de un cánon (cuyos montos van de los 150 a los 1.500 pesos) para integrar el registro que llevará la Municipalidad cuando ya hay uno en el Ministerio de Gobierno; y por último critican la necesidad de cambiar de rubro para vender alcohol.

«Vamos a seguir haciendo los mismos controles, los decretos están vigentes», insistió Loyola. «A partir del primer día hábil de junio vamos a salir a controlar a los negocios que deben hacer las adecuaciones para vender bebidas alcohólicas», añadió y recordó que los negocios tienen tiempo hasta el 27 de mayo para hacer los cambios requeridos, es decir que para poder comerciar alcohol deberán convertirse en bar o en despensa.

«No nos interesa cerrar comercios sino más bien que tributen y que estén en regla», insistió Loyola, pero añadió que: «Si los comercios no quieren adecuarse a las normativas deberán cerrar».

Por su parte, José Luis Espìndola, comerciante que integra la asociaciòn recientemente creada, sugirió que desde la Municipalidad «nos están tomando el pelo».

«Para cualquier ordenanza que quieran sacar desde el Municipio vamos a estar presentes con representación jurídica, porque realmente nos sentimos perseguidos», concluyó el representante de uno de los locales de Posadas alcanzados por el Código de Nocturnidad.

Una clausura preparada

El propietario del pub bailable Mentecato (San Lorenzo y La Rioja) y que fue clausurado el viernes de la semana pasada por excederse en el horario del cierre, Fabián Negrete dijo que «todo estaba preparado porque los inspectores llegaron a las 6:05 y ya tenían el acta hecha, cuando por lo menos la tendrían que haber terminado a las 6:30».

Negrete, quien ya había expresado su disconformidad hace unos días, también dijo que el inspector municipal no le permitió incorporar al acta testigos propios, sólo se sumó a los testigos seleccionados por el inspector.

El comerciante deslizó además que existe una persecución contra su comercio. «Los controles son más estrictos con nosotros», reiteró.

Por último, en declaraciones radiales sostuvo que el juez de Faltas «no tuvo criterio ni lógica y se ciñó a lo que le dijo el inspector».

El local fue multado con 3.000 pesos y la clausura será levantada recién el viernes próximo.

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