Voraz incendio destruyó un supermercado en Dos de Mayo

El siniestro se produjo al mediodía minutos después del cierre pero no se cobró ninguna víctima. Las pérdidas fueron totales y tres dotaciones de bomberos trabajaron hasta la tarde para apagar el fuego.

Dos de Mayo.(Corresponsalía). Aunque fue el incendio más grande que se recuerde en toda la región, afortunadamente las llamas que se devoraron en minutos al supermercado Austral de esta localidad, no se cobraron víctimas fatales, ni siquiera heridos.

El siniestro se inició a las 12.45 de ayer, minutos después que el comercio cerrase sus puertas, motivo por el cual no había clientes en su interior y la mayor parte de los empleados ya se había retirado.

Según afirmaron testigos, el fuego se inició en el sector de panadería. Pese a los esfuerzos de uno de los propietarios, entre los que se encontraba Roberto Genesini, que vació varios extinguidores sobre las llamas, no hubo forma de frenar el avance de las mismas.

En apenas quince minutos, la mayor parte del gran local estaba incendiado, ocasionando pérdidas totales; y en menos de media hora comenzó a desplomarse la estructura metálica del techo.

A última hora de la tarde aun se continuaba con las tareas para apagar los últimos focos.

A la dotación de los Bomberos Voluntarios de Dos de Mayo, se le sumaron otras que llegaron desde Aristóbulo del Valle y San Vicente.

Precaución

Ante la magnitud del siniestro se limitaron a trabajar para que las llamas no tomen construcciones vecinas, sobre todo la casa del propietario, separada apenas por la medianera.

Rápidamente los vecinos pudieron ingresar a esa vivienda y retirar muebles, artefactos, ropa y todas las pertenencias de la familia, hasta los jardines aledaños.

La columna de humo negro se detectaba a unos 20 kilómetros de distancia. El Austral, un gran supermercado instalado desde hace años en Dos de Mayo se encuentra ubicado en la intersección de los dos accesos que llegan desde la ruta Nacional 14, por lo que se complicó considerablemente el tránsito en ese sector.

Desgracia con suerte

El jefe de la comisaría local, subcomisario Evaldo Katz confirmó que no había muertos ni heridos. Junto al personal a su cargo debió brindar seguridad y controlar a la numerosa cantidad de vecinos y curiosos que se acercaron. También organizar el paso de los colectivos, camiones y demás vehículos, por el lugar.

El supermercado Austral tenía además secciones dedicadas a panadería, farmacia, y mueblería. Testigos afirmaron que por suerte entre bomberos y empleados lograron retirar de un depósito medio centenar de garrafas cargadas, antes que lleguen las llamas.

El incendio al Austral impactó profundamente en los vecinos de Dos de Mayo y de algunas comunidades cercanas, como San Vicente y Aristóbulo del Valle que realizaban allí sus compras.

Por ejemplo la propietaria de una parrilla ubicada a una cuadra del lugar se lamentaba ayer, porque el cierre del supermercado le produciría una disminución en su clientela.

«Imagínese que unas diez a quince personas relacionadas con el Austral, comían acá por día. Eran viajantes, representantes y hasta empleados. Ojalá los dueños superen el momento y puedan seguir adelante», dijo.

El fantasma del Icuá

Pese a que el destino quiso que en el siniestro de Dos de Mayo no se registraron víctimas, indudablemente los fantasmas del incendio ocurrido el 1° de Agosto del año pasado en Asunción se revivieron en la jornada de ayer dado que se volvió a evidenciar en que tipo de trampa mortal pueden convertirse estos comercios.
Un incendio en el concurrido hipermercado Icuá Bolaños que, se cobró la vida de casi 300 personas, despertó una serie de medidas preventivas que varios países limítrofes implementaron para evitar que se produzcan tragedias de tamaña envergadura.
En ese entonces taxistas, estudiantes de medicina, personas que se acercaron con su propios vehículos o con bidones, cubos y hasta botellas de agua movidos por la necesidad de hacer algo inundaron las calles aledañas de un supermercado transformado en una enorme chimenea.
Entre las víctimas, los más afortunados pudieron salir por las ventanas rotas y los boquetes que en la desesperación abrían los que se encontraban en el interior. Los que no, mujeres embarazadas, recién nacidos, ancianos, niños… se convirtieron indiscriminadamente en pasto de las llamas.
«Es dantesca la imagen que tenemos, 30 ó 40 personas quedaron atrapadas en un pasillo y al quemarse tenemos una masa terrible de cuerpos que se han fundido entre sí», narró el capitán de bomberos Roque González.

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