En la homilía, el Obispo Martínez apuntó a los medios de comunicación y pidió revalorizar la cultura del trabajo que compite con el «asistencialismo» .
Oración. La devoción por la Virgen María nuevamente se vivió en Posadas.
[su_note note_color=»#cdcdcd»]El buen tiempo acompañó a los más de 20 mil peregrinos que oraron en Villa Lanús.[/su_note]Las malas condiciones del clima dieron un tregua y permitieron ayer a miles de personas peregrinar hasta el santuario de la Virgen de Fátima, en el barrio Villa Lanús, de Posadas.
Como todos los años, la columna de fieles partió desde la Iglesia Catedral a las 6 y llegó casi tres horas después a la ermita que cobija la imagen de la santa que se apareció por primera vez en Portugal, en 1917.
Familias enteras, jóvenes y gente mayor caminaron por horas. El rezo del Santo Rosario, las esporádicas guitarreadas y las transmisiones radiales que seguían de cerca la marcha, se sumaron a los pasos de los peregrinos.
Según la Policía de la Provincia de Misiones, más de 20 mil personas se movilizaron en la peregrinación. El número aumentó, con la gran cantidad de fieles que transitó por el lugar durante todo el día. Muchos, se movilizaron en automóviles y en colectivos, dispuestos especialmente para cubrir el trayecto hacia Villa Lanús.
Por otra parte, la Policía informó de la detención de al menos 15 personas por infracción al Código de Faltas (estado de ebriedad y escándalo en la vía pública).
Democracia madura
La misa concelebrada, fue oficiada por el Obispo de la Diócesis de Posadas, Juan Rubén Martínez, quien en la homilía pidió «renovar el compromiso de la fe». Martínez dedicó además, un párrafo a los medios de comunicación. «Sabemos que la tecnología es muy importante, en sí, los medios son algo importante. Pero también sabemos que en nuestros tiempos hay muchas sombras, cosas adversas. Ya en el 2003 se dijo que nuestra civilización vive una crisis de valores», sostuvo y añadió: «que hay valores que no son tenidos en cuenta por algunos grupos de poder». «No son tenidos en cuenta el valor de la vida, de la familia, del trabajo», dijo Martínez, en obvia referencia a la campaña que realiza el Gobierno de la Nación a favor del uso de ciertos métodos de control de la natalidad.
Sin embargo, el Obispo dedicó un párrafo a la cultura del trabajo, y en ese sentido dijo que «se generan muchas formas asistencialistas que no están ligadas al trabajo, que muchas veces son necesarias por la pobreza que hay en nuestro medio, pero que son el indicador de que nuestra sociedad aún no ha revertido esta situación de no priorizar el valor del trabajo, que es lo que dignifica a una personas». «Estas formas de dependencias no nos permite ser una democracia madura», criticó el sacerdote, en plena homilía.
Caminata para pedir por salud y trabajo
El padre Luis Pizzutti, está al frente de la parroquia de Fátima desde hace cuatro años. La de ayer, fue la última peregrinación que organizó porque se traslada a la iglesia Cristo Rey de Oberá. Durante, la misa concelebrada el sacerdote se despidió de la feligresía.
«Este fenómeno nació hace 43 años, con las primeras marchas organizadas por el padre Fabián y un grupo de Acción Católica», contó el sacerdote. En total, de la organización del evento participan más de 30 grupos de distintas iglesias.
«La gente siempre responde», contó Pizzutti. «A pesar de las amenazas del tiempo, se sabe que finalmente nunca llueve», añadió. Nada más cierto, porque casualmente al momento de la entrada de la llegada de la Virgen al santuario, el cielo se despejó y los rayos del sol iluminaron a los peregrinos.
Eulalia de Bignolo (70) y Elsa Aispeolea, fueron dos de las fieles que se acercaron ayer a rezar cerca de la imagen de la Virgen de Fátima. «Venimos todos los años a agradecer y a pedir por el bienestar de mi familia y de todos los que sufren», dijo la primera.
Adrián Cruz (44) caminó desde la Catedral, como cada año, para agradecer. «Soy devoto de la Virgen», sostuvo. Al igual que Cruz, José Luis López (35) caminó hasta Villa Lanús. «Encomendé a la Virgen mi emprendimiento laboral», sostuvo con énfasis.
Francisca Paredes (18) contó que caminó sola hasta Fátima para pedir por la salud de su madre. En cambio, Juan Taboada (17) lo hizo con un grupo de amigos.
Las palabras de los feligreses se mezclaba con las ofertas de los comerciantes que montaron sus puestos en Fátima. Todos los rubros estuvieron cubiertos: comida, bebida, platos dulces, artesanías y recuerdos alusivos al 13 de mayo. Muchos de los puestos estaban montados para recaudar fondos para las parroquis, otros en cambio eran beneficio particular. Hasta Piñón Fijo estuvo presente, vendiendo juguetes.
Las dos ausencias
