La posición del radicalismo tras el discurso del gobernador en la Legislatura

Duras críticas de un sector de la oposición a los anuncios del gobernador. El discurso del Sr. Gobernador, con motivo del inicio del período de sesiones ordinarias de la Cámara de Representantes, merece mayor número de reflexiones por la pobreza y precariedad de sus contenidos expresados en reiteradas promesas y anuncios, acompañados de valores hábilmente manipulados, que presentan supuestas mejoras de precios cuando en realidad reflejan la devaluación e inflación que los ha apreciado artificialmente, que las puedan suscitar sus políticas y hechos concretos y, lamentablemente, es una muestra acabada del desgaste que sufre una
administración que, después de mas de cinco años de gobierno, acusa una evidente incapacidad para dar respuestas a las múltiples demandas de una sociedad postergada y empobrecida, en gran medida, por las
inconsecuencias y contradicciones de los gobiernos justicialistas que se suceden sin solución de continuidad desde 1.987.

El Gobernador Rovira, lejos de cumplir el mandato constitucional de «Informar a la Cámara de Representantes… del estado general de la
administración, del movimiento de fondos que se hubiere producido dentro o fuera del presupuesto general durante el ejercicio económico anterior y de
las necesidades públicas y sus soluciones inmediatas» como lo prescribe el art. 116, inc. 1 de nuestra Carta Magna Provincial, desaprovechó la oportunidad y la jerarquía del escenario institucional para exponer
hechos e iniciativas que genuinamente acrediten su voluntad de trabajar por el bien común de los misioneros y prefirió, por el contrario, reiterar el tono conflictivo y la mera enunciación de supuestos logros de gobierno mas propios de un folleto publicitario electoral que de un discurso donde se
debe rendir cuentas ante los representantes del pueblo sin reservas ni distorsiones partidistas o sectoriales. En este sentido denunciamos una vez más el manifiesto desinterés del Gobernador en la formulación y ejecución de políticas de recuperación de los salarios del sector público. Los agentes de la administración siguen injustamente postergados. Los ampulosos anuncios no los contemplan en los más mínimo y en igual situación se encuentran los sectores productivos que no encuentran compresión ni respuestas a sus acuciantes problemas.

Vemos que el gobierno justicialista encabezado por el Ingeniero Rovira no está dispuesto a desandar el camino que transitara en los años 90 de la mano del menemismo neo-liberal, habida cuenta que no se plasma en la realidad de los hechos la retórica que, de un tiempo a esta parte, pretende hacernos creer de ciertos arrepentimientos en torno a la política de
privatizaciones o de que están genuinamente preocupados por la suerte de los sectores de la producción o de las posibilidades de inversión que
ofrece la provincia y sino que lo digan los usuarios de servicios de provisión de agua potable o los contribuyentes de la Dirección General de Rentas que
tienen que soportar indefensos todo tipo de abusos y arbitrariedades. Que decir de los pequeños productores que están librados a su suerte, cuando no reprimidos al ejercer su legítimo derecho de peticionar a las autoridades o los empresarios que deben soportar una intolerable presión tributaria y sufrir discriminaciones o postergaciones si se trata de participar en el régimen de contrataciones del Estado ante el evidente privilegio que gozan ciertas empresas de familiares y amigos del poder.

También se advierte pobreza de gestión a la hora de tratar con el Gobierno Federal las políticas o la adopción de medidas que necesita Misiones para superar su crónico estado de marginalidad. En este sentido no parece haber congruencia entre la proclamada afinidad político-ideológica del Gobernador con el Presidente y los beneficios concretos que tal relación pueda redundar para los misioneros.
Pero lo mas preocupante es que, razonablemente, no podemos esperar cambios sustantivos en la política del Gobernador Rovira si éste persiste en generar con ciertas medidas, gestos y actitudes un marco de desquicio institucional que se patentiza a partir del desconocimiento de los principios y normas de rango constitucional que sustentan nuestro régimen republicano, representativo y democrático de gobierno. En efecto, no hay diálogo con la oposición, se reiteran vetos a las leyes sancionadas por la
Cámara con pueriles argumentos, mas aptos para la chicana político- partidaria que para fundar con solvencia las observaciones que el Poder
co-legislador debe formular en torno a eventuales errores, defectos de técnica legislativa o manifiesta inconveniencia. A ello se suman las también reiteradas «desobediencias» de leyes vigentes o bien a fallos judiciales, todo bajo el trillado y poco creíble justificativo de que son «palos en la rueda» para la buena marcha de la administración.
El Bloque de Diputados de la Unión Cívica Radical, no obstante, reitera su mejor disposición de trabajar y ayudar -siempre desde la firmeza de sus convicciones- para la superación de este lamentable estado de cosas que, a no dudarlo, perjudica el interés general de la Provincia.

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