Una carta que dejó más dudas que certezas

La esposa del diputado radical que fue denunciado por haberla golpeado, desmiente los hechos, pero no aclara por qué estuvo internada en el hospital [su_note note_color=»#cdcdcd»]La carta fue mandada ayer al mediodía y habría sido escrita en la cámara[/su_note]Ivone Silva de Arrieta envió una carta ayer a todos los medios de comunicación donde desmentía haber sido agredida por su esposo, el diputado provincial del radicalismo, Néstor Arrieta. Sin embargo, no aclaró la situación, sino que dejó más dudas: no dijo por qué fue internada y sólo dijo que nada de lo denunciado es cierto.
La carta no hizo más que avivar las dudas en la Cámara de Diputados, donde un grupo de legisladoras se dispuso investigar la denuncia realizada por la línea 102, que reveló la supuesta agresión ocurrida el domingo y que no habría sido la primera vez. Las mujeres sostienen que si la agresión existió -como ratificaron el director del hospital de Jardín América, la línea 102 y la Policía-, Arrieta debería perder sus fueros o directamente renunciar. El propio bloque radical habría acordado ir a fondo con la investigación para despejar cualquier duda y sobre todo, despegarse del escándalo desatado. Otro de los temas a investigar por los diputados es la situación laboral de la esposa del legislador, ya que es empleada en planta permanente de la Legislatura, pero no vive en Posadas y sólo vendría a las sesiones. Además de ella, otros familiares del diputado también son empleados legislativos.

La carta
«Me siento en la obligación de aclarar los dichos y sucesos que pusieron a mi matrimonio y a toda mi familia al borde del colapso. La directora de la Línea 102 dice haber recibido una llamada en la cual se me adjudica «un pedido de auxilio por ser una mujer maltratada», lo mismo ocurre con la supuesta denuncia hecha por el director del Hospital de Jardín América, en el mismo sentido. Nada de lo denunciado es cierto. Desmiento categóricamente todas y cada unas de la versiones que en forma dasaprensiva, maliciosa y negligente agredieron y trataron de deshonrar el buen nombre y honor de mi esposo, el mío y como, así también la armonía de mi hogar y familia. Hemos vivido 24 horas de horror, que no se lo deseamos a nadie. Situaciones como éstas no se deberían volver a repetir, por ningún motivo, ya que las mismas atentan y conspiran contra los hogares y destruyen las familias que se dicen defender. Quienes tienen la responsabilidad de atender estas situaciones, deben medir las consecuencias, antes de divulgar inescrupulosamente y sin cotejar la veracidad de las denuncias. Actuar de esta manera, tan desproporcionadamente política, no hace más que mostrar la bajeza intelectual y ética con los que algunos «profesionales» tratan de conseguir réditos políticos.
Nada dijo sobre los tirones de pelos -admitidos por su esposo- ni por los golpes que figuran en el parte médico.

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