Considera que la Argentina puede replicar muchas de las acciones que realizan en Brasil para mejorar la inclusión social y disminuir la pobreza. Sostiene que la educación sexual debe iniciarse en la primaria
Jorge Werthein es uno de los hombres de consulta en materia social en Brasil. Director de la sede en ese país de la UNESCO desde 1996, nació en Buenos Aires, Argentina en 1941. Es Doctor en Educación por la Universidad de Stanford (1974), obtuvo dos Maestrías por la misma Universidad: en Comunicación y en Educación. Es licenciado en Sociología por la Universidad de Berkeley. Inició su carrera en las Naciones Unidas en 1994, cuando obtuvo el puesto de Director de la Oficina de la UNESCO en Nueva York/Washington, responsable de las relaciones de la UNESCO con la ONU y sus agencias, además de representar la organización ante el Gobierno de los Estados Unidos de América y la sociedad civil de ese país. En diálogo exclusivo con Misiones On Line, expuso sus ideas sobre cómo reducir la pobreza y la exclusión social también en Argentina, país al que consideró con problemas graves como en Brasil.
¿Qué acciones realiza la UNESCO en Brasil para paliar la pobreza y la falta de desarrollo?
La UNESCO apoya la promoción de políticas públicas que inciden directamente sobre la inclusión social. En un país marcado por la desigualdad, ésta es una de las maneras de combatir a la pobreza. Cooperamos con el Ministerio de Desarrollo Social, en formular una política que integre áreas como la agricultura, la salud, la educación, el empleo, la tecnología y el medio ambiente. En conjunto con los diversos niveles de gobierno y también con los actores de la sociedad civil, llevamos adelante intervenciones locales adaptadas a cada contexto específico. La UNESCO contribuye sobre todo al aportar experiencias exitosas en otros países y contribuir con su expertise en áreas específicas. Otro ejemplo es el Programa Abriendo Espacios, que se lleva a cabo desde 2000. Bajo la iniciativa de UNESCO y en cooperación con las autoridades locales y nacionales, se abren las escuelas los fines de semana para la organización de actividades culturales, deportivas y artísticas. Estas oficinas están abiertas a la comunidad y la idea es promover la integración. El impacto es notable. En el estado de Pernambuco las escuelas que participan del Programa desde su primer año presentan índices de violencia hasta 54% más bajos que las que ingresaron después. La reducción de los niveles de violencia incide en la cohesión social y contribuye para la promoción de la inclusión. Se nota también una mejora en la calidad de la enseñanza.
¿Se pueden replicar esas acciones en la Argentina?
La experiencia de Abriendo Espacios, por ejemplo, puede ser perfectamente replicada en Argentina. Es importante resaltar que la clave del éxito del Programa está en que no consiste de un modelo cerrado, sino que está más bien basado en principios éticos, pedagógicos y metodológicos que se amoldan a la realidad local. Por ello, es necesario que se promueva el diálogo entre la sociedad y el gobierno, y que se actúe con base en un diagnóstico objetivo del contexto. Muchas de las políticas con miras al desarrollo fallan por no tener en cuenta las especificidades locales, las necesidades de cada región. A menudo también se llevan a cabo medidas asistenciales, de efecto inmediato, pero que no se sostienen en el largo plazo. Las políticas de desarrollo tienen que tener las miras puestas sobre la sustentabilidad y los efectos duraderos.
¿Se puede entender a la pobreza como una realidad regional? ¿Qué incidencias tienen los modelos económicos en los últimos años?
La pobreza es una realidad global. Naturalmente hay regiones en donde la situación es más alarmante. En América Latina, la pobreza viene de manos con la desigualdad social. En los últimos años, pese a las mejoras significativas en la calidad de vida – tales como el acceso al agua potable, el incremento de la expectativa de vida y de la escolaridad- la concentración de la riqueza aumentó en algunos países de la región, como la Argentina y en Brasil. Es difícil echar la culpa a un modelo económico específico. Sin embargo, hay políticas capaces de incidir directamente sobre la inequidad y que a menudo no son llevadas a cabo sostenidamente. La educación de calidad tiene impacto en la equidad social, pero sigue siendo el gran desafío en los países de América Latina. También están las políticas de redistribución de ingreso, tales como el microcrédito y, una vez más, las becas y subsidios educacionales.
¿Qué trabajo realizan contra la prostitución infantil en Brasil? La Triple Frontera es uno de los focos principales.
Las agencias del Sistema de las Naciones Unidas responsables por coordinar los esfuerzos de combate a la explotación sexual infantil son el UNICEF y la Oficina Internacional del Trabajo (OIT). En Brasil, esta área se inserta en el marco del Programa de Erradicación del Trabajo Infantil. La UNESCO acompaña los trabajos, sobre todo en lo que hace a la reintegración de las chicas y chicos al sistema educacional.
La UNESCO otorga becas estudiantiles en Brasil. En la Argentina se abrió un debate sobre los estímulos a los estudiantes. Si se quita ese estímulo, ¿se podría perder la iniciativa de estudiar?
La UNESCO tiene un programa de becas que es abierto a estudiantes de todo el mundo. Las Comisiones Nacionales de los países de residencia de los candidatos seleccionan y encaminan las postulaciones a la Sede de la UNESCO, en París, en donde se hace el reparto de los cupos. Muchas de las becas son ofrecidas por Gobiernos de Países Miembros de la UNESCO. Las informaciones pueden ser encontradas en el sitio de la UNESCO en Internet: www.unesco.org. En países marcados por la exclusión social, como Argentina o Brasil, es necesario promover la permanencia de los alumnos por medio de incentivos como las becas. La deserción está relacionada a dificultades económicas y las becas de estudio son un estímulo para que los estudiantes puedan seguir sus carreras.
¿Cómo revertir el déficit universitario?
El déficit de la formación universitaria puede tener raíces en la formación básica de baja calidad. Es fundamental asegurar que los alumnos reciban educación de calidad desde pequeños hasta los estudios superiores, que les transmita las competencias necesarias para ingresar en la vida adulta y en la sociedad de manera exitosa. Ya en la universidad, es necesario que los alumnos encuentren una infraestructura de apoyo, como bibliotecas, laboratorios, que estén en contacto con el debate académico contemporáneo y que puedan establecer la relación entre lo que aprenden en las salas de aula y la realidad laboral y de la estructura productiva. Se debe asistir financieramente a los alumnos en situación desfavorecida, para que no abandonen los estudios.
¿Cómo ve el destino de las generaciones futuras de acuerdo a la realidad actual?
No podemos ser pesimistas y decir que todo va mal. Sin embargo, los informes de seguimiento de los Objetivos de Desarrollo para el Milenio son categóricos al afirmar que, mantenido el ritmo actual, la región no logrará alcanzar hasta el 2015 las ocho metas con las cuales se comprometieron sus Gobiernos. El destino de las generaciones futuras depende de si aquel compromiso será renovado y respaldado por más recursos – materiales y humanos – y por mejor gestión de los recursos disponibles. En muchos países, faltan datos confiables que permitan la formulación de políticas públicas eficaces. Urge fortalecer la alianza entre el Gobierno y la sociedad, y entre los países más desarrollados y el mundo en desarrollo.
En la Argentina, se debate el aborto. Brasil prácticamente lo ha despenalizado. ¿Cuál es la posición de la UNESCO?
La UNESCO no se pronuncia con respecto al aborto. La reducción de las tasas de mortalidad infantil y materna corresponde a los objetivos cuatro y cinco de los ochos Objetivos de Desarrollo del Milenio. En 2002, Brasil registraba 33,7 óbitos de menores de cinco años para cada 1.000 nacimientos. En Argentina, esa tasa está alrededor de 21 óbitos para cada 1.000. Sin embargo, representa para Brasil una reducción de unos 42,1% en poco más de diez años. Mantenido el ritmo actual, hasta el 2015 se disminuirá este número para 17,9, una cifra un poco superior a la tasa de los países de la OCDE (14/1.000). Con respecto a la mortalidad materna, es un problema mayor en Brasil, agravado por la debilidad de los datos disponibles, una vez que muchos de los óbitos se dan en operaciones clandestinas o en partos no asistidos. No es verdad que el aborto está despenalizado en Brasil. El acento está puesto sobre la humanización de la asistencia a las mujeres embarazadas, con la ampliación de las consultas y exámenes prenatales y la capacitación de los profesionales de salud. Hay un gran esfuerzo para reducir las tasas de embarazo precoz. Se hace hincapié en la educación para la sexualidad, que se tiene que dar desde los primeros años de la enseñanza básica. La UNESCO busca conocer qué piensan los jóvenes, cómo actúan y qué valoran. Busca también comprender el rol que las escuelas y maestros ocupan en la formación de estos jóvenes, y qué papel se quiere que ellos desempeñen. Es fundamental que no permitamos que el embarazo precoz obstaculice el derecho a la educación: a las jóvenes mamás, se les debe ofrecer medios adecuados para que puedan dar continuidad a su educación. Eso tendrá un impacto positivo también sobre la educación de sus hijos y, por lo tanto, sobre las generaciones futuras.
Hombre de consulta
Debido al trabajo que desarrolla en Brasil, se convirtió en referencia para sus áreas de actuación, estableciendo contactos estrechos con la sociedad civil, el gobierno y la prensa. Fue condecorado con un gran número de medallas y premios en el país, incluyendo la Grande Medalha da Inconfidência y la Medalha do Mérito Educacional, otorgadas por el Estado de Minas Gerais en 2004 y 2001; Grão Mestre da Ordem do Mérito de Brasília, otorgada por el Gobernador del Distrito Federal en 2000; además de haber recibido título de ciudadano honorario de ciudades brasileñas, como Goiânia y Rio de Janeiro. En 2003, fue electo «Educador do Año» por la Academia Brasileña de Educación.
