Denominación de Origen para el ananá, mandarinas y limas

El Ministerio del Agro trabaja en un proyecto para explotar las cualidades de productos locales, en base a características geográficas y de cultivo. Implica mayor valor agregado en el mercado.

En el terreno. Ziegler visitó plantaciones de ananá de la zona de Aurora

En el terreno. Ziegler visitó plantaciones de ananá de la zona de Aurora

Las potencialidades en cuanto a la agregación de valor y la consecuente mejora en los precios fueron analizadas ayer en el Ministerio del Agro, en el marco del Proyecto de Denominación de Origen (DO) para Productos Misioneros, financiado por el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y el Estado Provincial, en el que se incluye en una primera etapa a la mandarina okitsu del Alto Paraná, la lima tahití de la Zona Centro y el ananá de Colonia Aurora.
La reunión fue encabezada por el ministro del Agro y la Producción, Alex Ziegler y su par de Ecología, Recursos Naturales Renovables y Turismo, Luis Jacobo, además de la especialista en DO e Identificación Geográfica (IG) del CFI, María Inés Jatib; el coordinador del Proyecto en Misiones, Renard Cura; el representante del Ministerio del Agro en la iniciativa, Héctor Barboza; y María Marta Oria por la Subsecretaría de Comercio e Integración (SUCEI).
En conferencia de prensa, Ziegler destacó que «lo que ese está trabajando ahora es un ajuste metodológico de cómo se llevará adelante un proceso de estas características, con un fuerte involucramiento de los productores y del Estado y por el otro lado el sector del conocimiento acompañando los procesos que se requieran para avanzar hacia una definición técnica y sobre todo fundamentar técnicamente que cualidad distintiva tiene un producto en una determinada zona, que es uno de los requerimientos que tienen ese tipo de certificaciones, sobre todo la Denominación de Origen».

Valor agregado
Por su parte, Jacobo destacó que «el sello de DO en definitiva representa una agregación de valor del producto toda vez que esa calidad estará además certificada en el mercado».
Más adelante, el titular de Ecología explicó que el proyecto «incluye en algún momento enmarcar estas acciones en una ley nacional que ya existe pero que todavía falta reglamentar. Esto significará además que la provincia en algún momento tenga su propia ley para que esa certificación le signifique agregación de valor y que haya seguridad jurídica sobre la certificación de la calidad de su producto». Incluso indicó que la DO «permite acceder a otros mercados y llegar con una calidad garantizada para mejorar el precio», finalizó.
Bajo la Denominación de Origen se designa al nombre de una región, provincia, departamento, distrito, localidad o de un área del territorio nacional debidamente registrada que sirve para designar un producto originario de ellos y cuyas cualidades o características se deban exclusiva o esencialmente al medio geográfico, comprendidos los factores naturales y los factores humanos.
La Indicación Geográfica, en cambio, es aquella que identifica un producto como originario del territorio de un país, o de una región o localidad de ese territorio, cuando determinada calidad u otras características del producto sean atribuibles fundamentalmente a su origen geográfico.
En Misiones se busca la identificación de los productos misioneros con potencial para el desarrollo de una estrategia basada en la calidad y el origen, habida cuenta de las características peculiares, en general, en cuanto a hábitat ecológico, sustentabilidad y conservación que tiene nuestra provincia, así como generar una base común de diálogo para pensar el desarrollo de esta estrategia con los productos identificados.

Calidad reconocida


El ananá se obtiene con excelentes niveles de calidad en ciertas zonas privilegiadas de la provincia y que tiene características organolépticas ligadas al lugar, así como también a la forma de cultivo de los colonos.
Se trata de un producto que presenta una demanda creciente en el mercado internacional y nacional. Argentina consume más de 30.000 toneladas anuales, casi la totalidad es de importación.
En las décadas de los 70 y 80, la producción alcanzó importancia, superando las 500 hectáreas, con una producción de mas de 3.000 toneladas y se instalaron agroindustrias de importancia en Oasis, Colonia Aurora y en el Norte de la provincia. Continúa en actividad la planta de Colonia Aurora y se puso en marcha una planta procesadora en la Cooperativa de Jardín América.
La mandarina okitsu y la lima tahití, en tanto, tienen una calidad ya reconocida en el mercado internacional, fundamentalmente en la Unión Europea, principal destino de estas variedades de cítricos.

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