A 90 años del genocidio que mató a más de un millón de armenios, en Misiones se recordó la fecha con una ofrenda floral. En la provincia, hay unas 30 familias descendientes de aquel pueblo diezmado.
Pablo Hatserian. En Misiones viven unas 30 familias armenias.
[su_note note_color=»#cdcdcd»]La Colectividad Armenia de Misiones cumplirá su primer año de vida, el próximo 10 de mayo.[/su_note]El pueblo de Armenia es uno de los más antiguosde la tierra, dicen que decienden de Noé, y son reconocidos como una de las primeras naciones y uno de los primeros católicos. Sin embargo, en Misiones (una provincia conocida como el crisol de razas) constituyen una de las colectividades más recientes, constituída formalmente el 10 de mayo del año pasado.
Apenas son unas 30 familias que están empecinadas en no dejar morir la historia de sus antepasados. Una historia que tiene su costado trágico y del que se cumplió ya 90 años: el primer genocidio del planeta. Hoy, a casi un siglo los armenios siguen buscando el reconocimiento de aquella tragedia que exterminó a unos, 1,5 millones de personas.
La mayoría de los descendientes armenios que viven en la Argentina están en Buenos Aires o en Córdoba. Muchos de quienes vivían allí se mudaron a Misiones. Ése es el caso del presidente de la colectividad, Pablo Hatserian, quien desde hace 15 años vive en Posadas.
«En Argentina debe haber unos cin mil armenios», especuló Hatserian. «Y desde Misiones queremos que se conozcan los tres mil años de historia que tiene su pueblo», contó.
Uno de esos capítulos tiene que ver con el exterminio que padecieron los armenios. La fecha se recordó en todo el mundo, y también en Posadas, donde se colocó una ofrenda floral en la Plaza 9 de Julio y se planeó la instalación de una placa recordaria en la Avenida Costanera para el fin de semana próximo.
«Se conoce el holocausto judío, pero muy poco acerca del genocidio armenio», contó el presidente de la colectividad, al tiempo que recordó que no está de más practicar la memoria en momentos en que impera la intolerancia en el mundo entero.
«El reconocimiento del genocidio es un reclamo de años. Fue terrible, porque no respetaron ni a mujeres, ni a niños y no fue una guerra», contó.
Vivir para contarla
«En la colectividad tenemos dos o tres personas mayores, pero está conformada en su mayoría por familias que ven la necesidad de rescatar nuestra historia», contó Hatserian. «Como descendientes llevamos esa cruz, que es el genocidio. En parte, creemos que hablar de esto es pedir que el mundo ayude a que se lo reconozca como tal. No hay rencores, pero sabemos que cuando hay un acontecimiento de este tipo y cuando la Justicia no llega en tiempo y forma, se ejecutan otros genocidios porque el anterior queda impune», dijo Hatserian y recordó el holocausto judío.
«Mi papá es un sobreviviente del genocidio, porque tuvo la suerte de tener a su padre que era un funcionario del Juszgado de Paz y que llegó a tiempo a su pueblo para advertir de la llegada de los turcos. Así su familia, escapó hacia la zona del Líbano», contó Hatserian. «El que se quedó en Armenia porque no creyó en mi abuelo, murió», añadió. La familia luego se trasladó a Grecia.
La historia de la madre de Hatserian es diferente y está ligada a la vida en los orfanatos.
En esa época proliferaban los orfanatos patrocinados por naciones como Estados Unidos, Francia, Alemania y España, precisamente para cuidar a los niños que quedaban tras las horrendas matanzas esporádicas que ya se producían desde fines de 1800.
«Mi padre llega a la Argentina con 17 años, solo sin su familia y como tantos otros inmigrantes comienza a trabajar para poder traer a su familia que estaba en Grecia», dijo. Así se rescató la historia. «Pero toda la rama de los hermanos de mi abuelo que estaban en un territorio más al Norte, fue exterminada», añadió.
Para transmitir cultura
La colectividad armenia estuvieron en la Fiesta Nacional de los Inmigrantes el año pasado, en calidad de invitados.
Allí se presentó un conjunto de danzas armenias: Kaiané. «Fue la primera aparición en la Fiesta y la intención es participar todos los años, aunque se a como invitados», dijo Hatserian.
El 18 de junio próximo, se presentará en el Instituto Antonio Ruiz de Montoya el ballet armenio de Córdoba. «El evento será a beneficio del Hospital de Pediatría de Posadas», contó.
«Tratamos de difundir la historia», sostuvo.
«Hoy en día no hay más odios, por el contrario lo que se desea es que todo se aclare. No podemos seguir en este negacionismo continuo porque eso siempre lleva a repetir los errores del pasado», concluyó.
Un 24 de abril
