La Iglesia que viene

La elección del nuevo Papa no será tan importante como determinar el rumbo que tomará la Iglesia Católica Romana de cara al siglo XXI en la que se encuentra inmersa sin haberle dado respuestas a muchos problemas que podrían hacer peligrar su futuro y cumplir las profecías apocalípticas que releen muchos de sus enemigos.

Que se debate

Mientras los medios de comunicación de todo el mundo mantienen expectantes a los católicos de todo el mundo dando nombres de los Cardenales «papables», los purpurados debaten otras cuestiones que consideran más importantes que la simple elección de un hombre que dirija los destinos de la Iglesia hasta fines del siglo XXI.

Muchos olvidan que la sede de San Pedro está en Europa, cuna de la cultura occidental donde la Iglesia comenzó su acción evangelizadora, y con más de 2.000 años en el mundo su visión de este pasa por una óptica totalmente Europea, aunque su colegio cardenalicio este conformado por hombres que provienen de culturas tan distintas como las que allí se reúnen.

Si bien la elección de un Papa polaco llenó de esperanza a los sectores más progresistas de la Iglesia, sus expectativas se vieron frustradas al ver que, la puesta en practica de su ortodoxia, demostró que los conservadores seguían siendo «el poder detrás del poder» echando por tierra las esperanzas de una Iglesia Postconciliar.

Nadie dentro del Vaticano niega la labor desplegada por Juan Pablo II. Un Papa mediático que más conocido por su lucha contra el comunismo, su carisma con los jóvenes, sus gestos para conseguir la Paz en el mundo, pero muchas cuestiones de una Iglesia intramuros fue muy poco fue lo que consiguió. Y como muestra habría que remitirse a cuestiones donde la Iglesia no supo dar respuesta, acorde con la imagen de «moderna» que, por el contrario, quiso imponer a la opinión publica.

Con la muerte de Juan Pablo II quedaron por el camino cuestiones como el reclamo en materia de bioética, que puso en el tapete la eutanasia, la cuestión de la sexualidad, o el uso del preservativo que llevó inclusive a la Jerarquía Española, a aconsejar su uso entre los jóvenes, ganándose una dura reprimenda del Papa. La cuestión del aborto, que parece un tema no discutible y que sin embargo tiene sus aliados en Iglesias como la de Estados Unidos. País en el que muchos Obispos piden, «soto voce» mayor libertad a las mujeres para que puedan ser ordenadas sacerdotes. El tema del celibato y la homosexualidad, que envolvió a Iglesias de varios países en escándalos sexuales, también es un tema que preocupa al Vaticano, y en especial a los sectores más progresistas.

El Papado que buscan

Si bien se sabe que en el colegio cardenalicio existen dos grupos en pugna por el sillón de Pedro, en la capilla Sextina, estos grupos estarían dando poco margen al Espíritu Santo para que actúe. Conservadores y progresistas mueven sus candidatos como en las piezas de un tablero de ajedrez. En ese sentido en Roma se habla de un Papado «de transición» o de un Papado «largo».

Los conservadores prefieren un Papado de transición, cambiando algo para que no cambie nada de lo hecho por la dupla Joseph Ratinzger – Karol Wojtyla a lo largo de los 26 años, duró el Papado de Juan Pablo II.

Mientras que los progresistas, en cambio, piden al Vaticano una mayor apertura que, creen, contribuirán a modernizar la Iglesia recuperando, la credibilidad de otrora.

También la pérdida de influencia que el catolicismo va perdiendo en Europa y en la mayoría de los países desarrollados es un tema que el nuevo Papa deberá encarar.

Juan Pablo II entendió esto e intentó hacer algo al respecto pero fue muy poco lo que consiguió.. Ambos sectores debaten esto y entienden que la solución la podrá tener el hombre que elijan y que les de un Papado en la medida de sus intenciones.

Detrás de los conservadores se alinean hombres como Tettamanzi, Re o Ratinzger junto al africano Arinze.

Los progresistas saben, sin embargo, que necesitan tiempo para construir la Iglesia que de respuesta a estos debates y esto solo podrá hacerlo un candidato joven como los que tienen entre sus filas donde el gran candidato es el italiano Martíni o Latinoamericanos como el salesiano Madariaga.

Los candidatos

Dionigi Tettamanzi

Su lema: «Intento hacer siempre lo que puedo y lo demás lo dejo en manos de Dios».

Arzobispo de Milán (Italia) es un centrista moderado. Bien formado y con experiencia pastoral. Encarna a la perfección lo que buscan los europeos: un Papa mediador de alto nivel con «cintura política» capaz de realizar algunos cambios en la Iglesia con urgencia pero sin escándalos. En caso de ser electo será un Papa que gobernará la Iglesia con fineza.

Tiene a su favor no tener enemigos, que en ese ámbito es más importante que no tener amigos. Es un especialista en bioética y entiende la cultura moderna. Confraterniza con el movimiento Antiglobalización. Tiene una edad perfecta para un papado corto. Sin embargo le reprochan no tener el carisma de Juan Pablo II además de su excesiva afinidad con el Opus Dei.

Giovanni Battista Re conocido como «monseñor Eficiencia» Fue uno de los hombres que más conoció al Papa Wojtyla y a la maquinaria curial de la que forma parte al más alto nivel desde hace décadas. Se dice que «es un hombre que da la talla en las grandes empresas» con una capacidad de trabajo legendaria, una mente brillante y nervios de acero. Si los cardenales quieren a alguien que reforme la Curia y con ella a la Iglesia es el hombre más indicado, según los analistas. Sin embargo tiene en su contra su falta de experiencia pastoral directo como Arzobispo de una gran diócesis además de su identificación con el «aparato político» del Vaticano que es mirado con antipatía.

Oscar Madariaga. Este joven salesiano de 62 años es carismático y comunicador, Arzobispo de Tegucigalpa (Honduras) brilla por sus dotes humanas y espirituales.

Denunció situaciones de injusticia al decir que «No se puede saquear un país y después seguir siendo un ciudadano honorable».Es el candidato ideal si los Cardenales deciden deseuropiezar a la Iglesia, este cardenal será su mejor opción. Entiende a los medios de comunicación y brilla por sus cualidades humanas. Habla 12 idiomas, y conoce el universo de la pobreza y la lucha por la supervivencia. Tiene en contra su juventud, y provenir de la periferia de una Iglesia Eurocéntrica. También se lo tacha como «amigo de la Teología de la Liberación» y de la opción preferencial por los pobres.

Francis Arinze. Africano. Hijo del rey de una tribu nigeriana, «recriado» en la Curia romana, Podría ser el futuro y el primer Papa negro. Es el perfecto candidato en el caso de que los cardenales opten por África, continente mártir, olvidado y en crece el catolicismo. Es un profundo conocedor de las demás confesiones religiosas, en especial el Islam. Sensible y fino en el trato, poseedor de un gran sentido del humor y modestia. Cuenta con sólidos apoyos, como el del cardenal Ratzinger. Tiene 72 años.

Ha dicho que «El reto de la Iglesia del futuro gira en torno al ecumenismo y al diálogo con las grandes religiones del mundo, incluido el Islam y las religiones asiáticas».

Jorge Mario Bergoglio el Argentino a quien muchos los ven como «el tímido jesuita».

Tiene 69 años es un hombre tímido y esquivo que no movió un dedo para hacer campaña, y que sin embargo, en un década pasó de ser un simple sacerdote a Cardenal y Arzobispo de Buenos Aires. Técnico químico, profesor de Literatura y de Psicología y licenciado en Filosofía. No busca ni el escalafón ni el poder lo que es muy bien visto. También le avala su profunda preparación humana, teológica y espiritual. Su principal desventaja es la de ser jesuita. Ya que, estos sólo aceptan ser obispos en países de misión o por obediencia al Papa. Es difícil que un jesuita llegue al culmen de la Iglesia y, menos, tras un Pontificado en el que el Opus Dei suplantó a los jesuitas en el corazón del Papa.

Una frase suya podría exponerlo: «Pisotear la dignidad de una mujer, de un hombre, de un niño o de un anciano es un pecado grave que clama al cielo».

Joseph Ratzinger

Este cardenal alemán, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe ha sido la mano derecha doctrinal del Papa, durante mas de 20 años en el Vaticano por lo que algunos le consideran el sucesor natural de Wojtyla. Elegante y culto, es uno de los mejores teólogos católicos. Después, se convirtió en el inquisidor de sus antiguos compañeros. Tiene a su favor su edad avanzada (77 años) para un pontificado de transición. Conoce el mecanismo curial del Vaticano y posee una enorme ascendencia sobre un buen número de Cardenales. Si no sale elegido podrá elegir y será uno de los grandes electores. Tiene en contra su enfermedad del corazón y que viene de un país que es una potencia y que por lo tanto sus cardenales se descartan ser elegidos Papa. Pero creo que su principal contra radica es el ser un Inquisidor. Ya que si fuera electo la Iglesia corre el riesgo de que amplios sectores moderados y progresistas distanciarían de su Papado.

Antonio Maria Rouco Varela

Este Cardenal Español podría ser el paso intermedio entre los Papas europeos y un futuro Papa Latinoamericano, lo que equivaldría a una Iglesia menos Europea y más orientada al sur mirando al mundo. Tiene a su favor su edad (69 años) y el apoyo de los purpurados alemanes donde se crió intelectualmente y de algunos Latinoamericanos. Afable, bien preparado, maestro en las distancias cortas, le gusta ser un párroco. En su contra tiene su salud. Además de perder la elección para un tercer mandato como presidente del Episcopado Español.

Carlos Maria Martín

Este jesuita italiano de 78 años, es un renovador alejado del poder. Fue durante muchos años el Papable por excelencia que concita la admiración dentro y fuera de la Iglesia. Excelente candidato para reequilibrar a la Iglesia está en las antípodas de Juan Pablo II y trabaja por una Iglesia eminentemente evangélica y por un nuevo Concilio Ecuménico. A su favor tiene que, nunca buscó el poder y de hecho, se retiró como Arzobispo de Milán para asumir como director del Instituto de estudios Bíblicos en Jerusalén ciudad de la que es un enamorado.

Como jesuita está catalogado como quien está al frente de las filas progresistas del Vaticano por lo que tiene el rechazo de movimientos conservadores como el Opus Dei y Comunión y Liberación que lo ven como su «bestia negra».

Christoph Schöborn

Este arzobispo de Viena de 60 años es el nexo con la Iglesia ortodoxa. Es un intelectual amigo de Joseph Ratzinger y fue uno de los principales redactores del catecismo de la Iglesia. Austriaco de ascendencia judía podría ser un buen candidato si los electores buscan un Papado largo y equilibrado. Tiene a su favor que es preparado, culto, elegante y que pertenece a un país pequeño y cuenta con el apoyo decidido de los purpurados centroeuropeos. Mantiene buenas relaciones con las iglesias ortodoxas, incluida la rusa. Visitó en varias ocasiones al patriarca de Moscú. También podría facilitar el entendimiento con Israel.

Ángelo Scola. Otro italiano de 63 años, que se encuentra entre los Papables a suceder al polaco Wojtyla. Se lo conoce como «un cerebro con gran ambición».Scola es el hombre de los «centristas» italianos. Se ha convertido, durante el Pontificado de Juan Pablo II, en un laboratorio de ideas que tiene, sin embargo, en contra su ambición por llegar al poder y su pertenencia al movimiento conservador Comunión y Liberación. Ha dicho que «Hay que reforzar la identidad católica frente a las crisis profundas de la cultura contemporánea».

Ángelo Sodano El eterno número dos de Juan Pablo II. Serio, discreto, nada brillante, supo estar en la sombra y manejar la maquinaria vaticana, mientras el Papa llevaba la Buena Nueva por el mundo. Si no sale elegido, Sodano, de 77 años, va a ser sin duda otro de los grandes electores. Tiene muchísimos contactos en todo el mundo, sobre todo entre el sector más conservador del colegio cardenalicio. Tiene a su favor la edad perfecta para un papado de transición. Sería el perfecto continuador de la letra, aunque no de la música del Papa Wojtyla. Le falta carisma. Es más bien gris, pero tremendamente eficaz. Y mantiene sólidos contactos, tanto a nivel eclesial como civil.

Claudio Hummes Este Arzobispo brasileño encarna la experiencia con los pobres y es otro de los exponentes del plantel de figuras latinoamericanas, para el caso en que los cardenales, ayudados por el Espíritu Santo, miren hacia los países hispanos, presente ya y futuro de la Iglesia.

Tiene de 70 años y proveniente del país-continente de los contrastes y de la mezcla cultural, étnica y religiosa.

Tiene experiencia pastoral en una gran arquidiócesis, está muy bien preparado. Jugándole en contra su pasado próximo a la Teología de la Liberación.

La decisión.

Esta es la decisión que están afrontando los 115 cardenales dentro de la Capilla Sixtina en Roma. Las reuniones se suceden y todos piensan, no en emular o superar a Juan Pablo II sino en una Iglesia que sea capaz de afrontar los desafíos que trae el siglo presente a un catolicismo que cada día va perdiendo fieles aunque en países como la Argentina se sigan bautizando como católicos.

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