Crisis energética: recomendaciones para el uso racional de la energía

Una vez más se preanuncia que habrá crisis energética durante el invierno. ¿Por qué sucede lo mismo todos los años?. Qué podemos hacer en nuestra vida cotidiana para colaborar con el uso racional de la energía. Con cada llegada del invierno austral se repite la historia: los medios anuncian una inminente crisis energética, el gobierno hace campañas para salir del paso, se generan desacuerdos con países vecinos y las empresas proveedoras reclaman un aumento de tarifas. Mientras tanto, el ciudadano común sigue preguntándose por qué, año tras año, vuelve a pasar lo mismo en la Argentina. Frente a este escenario, desde la FVSA quisimos hacer algunos aportes para promover el uso eficiente de la energía, una herramienta clave que cada uno de nosotros puede implementar mediante acciones de la vida cotidiana.

Es cierto que en nuestro país el consumo energético crece sin pausa: la recuperación económica, el aumento de la población y la compra de artefactos de consumo de energía que propició «el 1 a 1» de la década del ´90, son algunos de los factores causantes. La raíz del problema de la crisis de la energía está en la brecha que hay entre este crecimiento de la demanda y la imposibilidad de abastecerla.

Una serie de razones fatalmente combinadas, son parte de la respuesta de por qué la Argentina no logra satisfacer las necesidades energéticas de su población. La falta de inversión de las empresas privadas, las idas y vueltas del gobierno para definir una eventual suba de tarifas y la demorada renegociación de los contratos de las privatizadas, son factores determinantes que, desde la esfera política, siguen sin resolverse.

Este año se suma además la importante sequía que sufre Brasil y que impacta directamente sobre la producción de electricidad en nuestro país, que proviene en un 90% de las represas hidroeléctricas ubicadas en la Cuenca del Plata.

Desde el punto de vista ambiental las cosas no son mejores: globalmente, el sector energético es el mayor emisor del mundo de gases contaminantes a la atmósfera, que derivan de la quema de carbón, petróleo y gas que se utilizan para producir energía. El 37% de las emisiones dióxido de carbono (CO2) proviene de la generación de electricidad. La acumulación de esos gases está provocando un calentamiento gradual que causa inundaciones, sequías y temporales. En la Argentina, las inundaciones en Santa Fe, fueron una clara muestra de lo que está pasando con el cambio del clima en el planeta.

La solución al problema de la crisis energética en la Argentina tiene dos alternativas bien claras: promover la eficiencia energética y el uso de las energías renovables. «El desabastecimiento energético tiene su raíz en la en la repetición de viejos esquemas. Es necesario hacer una planificación seria que incorpore fuertemente la eficiencia energética en el corto y mediano plazo y apunte gradualmente al enorme potencial de energías renovables que existe en nuestro país», afirma Carlos Tanides, coordinador del Programa Ambiente, Clima y Energía, que implementó la FVSA en 2004 para comenzar a investigar y dar respuestas frente a este complicado panorama.

En este sentido los usuarios de todos los sectores también pueden aplicar algunas pautas útiles para hacer un uso racional del consumo de electricidad y mantener los beneficios del servicio. Lo que sigue son una serie de recomendaciones, tomadas de un informe elaborado por la Secretaría de Energía de la Nación, para saber qué se puede hacer cotidianamente en materia de eficiencia energética.

Iluminación

Mantener apagadas las luces que no se utilizan. Usar lámparas de bajo consumo (también llamadas Lámparas Fluorescentes Compactas) en todos los casos en que las lámparas incandescentes (las comunes) sean de más de 40W y estén funcionando más de 4 horas. Sustituir por bajo consumo las lámparas incandescentes de mayor potencia y tiempo de uso (en las casas ubicadas generalmente en cocinas, comedores o sectores iluminados durante toda la noche). Utilizar lámparas de bajo consumo sólo en ambientes en donde las lámparas no estén sometidas a muchos encendidos y apagados en poco tiempo (p.e. no en baños).

Heladeras

Las heladeras son electrodomésticos que insumen gran parte de la energía que se consume en un hogar. Cuanto más baja es la temperatura interior más electricidad necesita por lo que hay que asegurarse de no sobreenfriar.
Ubicar la heladera en lugares frescos porque es un artefacto muy sensible a la temperatura ambiente y cuanto más alta sea la temperatura externa, más energía consumirá la heladera.
Separarla unos 15 cm. de la pared para facilitar las salida de calor por los laterales del artefacto. Para ayudar a que esto suceda no la llene de imanes ni de papeles.
No guardar comida caliente dentro de la heladera. Espere a que se enfríe previamente.
Existen heladeras más eficientes que otras, que consumen, en una misma capacidad, hasta el 50% menos de energía. Marcas como Columbia y Koh-I-Noor están fabricando «heladeras eficientes» y marcan sus productos con etiquetas colocadas en las puertas. Preferiblemente elija los modelos marcados con A o B.

Standby ( o modo de espera)

Muchos aparatos como la TV, video, microondas, equipos de audio, DVD, entre otros, tienen la modalidad del standby y siguen consumiendo energía aún cuando parecen apagados. Es necesario desenergizarlos completamente (apagándolos por completo o apagando las «zapatillas» a las que suelen estar conectados).
Todos los modelos de computadoras actuales tienen un modo de ahorro de energía que las desactiva cuando no están siendo utilizadas.

Climatización ambiental

Para ahorrar energía con el uso de equipos de aire acondicionado y estufas eléctricas o a gas conviene no sobrecalentar o sobreenfriar ambientes.
Mantener cerradas las puertas del ambiente a climatizar para evitar desperdicio de energía.
Los equipos de aire acondicionado también tienen distintas eficiencias. La diferencia en el precio se amortiza rápidamente con el ahorro del consumo.
Si no se puede utilizar gas para calentar un ambiente, es preferible usar caloventores o radiadores en lugar de estufas a cuarzo.
En el ámbito político y social también son necesarias acciones concretas. Desde la FVSA estamos trabajando fuertemente en la elaboración de escenarios energéticos alternativos y en promover la participación activa de la población para el reclamo de medidas como normas de etiquetado de eficiencia y estándares de consumo máximo.

La única posibilidad para evitar que la falta de energía se agudice es que todos estemos dispuestos a colaborar hasta en lo que consideremos un mínimo detalle aunque en la FVSA estamos convencidos de que no alcanza sólo con esto. Se necesitan políticas de largo plazo y voluntades para cambiar las cosas que sirvan para evitar la amenaza del apagón y la falta de gas cuando aparecen los primeros fríos pero también para impulsar, de una vez por todas, el uso racional de nuestros recursos

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