Las sospechas generadas en torno a la investigación por el asesinato del joven Pablo Fraire llevó a que el ministro pidiera que se haga una inspección sobre el expediente que se tramita en el juzgado de Instrucción N° 3. [su_note note_color=»#cdcdcd»]"No podemos darnos el lujo de permitir que se sospeche de la Justicia", esgrimió Márquez Palacios cuando le pidió al presidente de la Corte que se investigue el expediente que lleva adelante el juez de Instrucción N°3, Eduardo D´Orsaneo. [/su_note]El ministro Manuel Augusto Márquez Palacios, pareciera estar interesado en todas aquellas causas judiciales que tienen cierta trascendencia pública. Hace un mes atrás, el propio magistrado encabezó una inspección sobre el expediente del polémico caso Fraire.
En los corrillos del Superior Tribunal de Justicia aseguran que el ministro se encuentra «obsesionado» con que se resuelvan en el menor tiempo posible las causas que tengan exposición pública.
«No podemos darnos el lujo de permitir que se sospeche de la Justicia», esgrimió Márquez Palacios cuando le pidió al presidente de la Corte que se investigue el expediente que lleva adelante el juez de Instrucción N°3, Eduardo D´Orsaneo.
La contestación del ministro Jorge Rojas no se hizo esperar, y envió una providencia donde se lo comisionaba a Márquez Palacios para que él mismo encabece la inspección. Poco después de 48 horas, el ministro, junto a una secretaria, comenzó a escarbar en el grueso expediente de la causa que se abrió hace más de dos años, tras el asesinato del joven Pablo Fraire.
Márquez Palacios, a fines de mayo del año pasado, reclamó al presidente del STJ que se realice un informe sobre el estado de las causas Grinhuaz, Valdez, Megaestafa, y Rodolfo Cabral.
La lupa del ministro
«Por todo lo que se estaba hablando sobre la causa, él terminó desconfiando de algunas cuestiones de la instrucción y por eso pidió que se haga una inspección», comentaron fuentes allegadas al despacho del ministro.
Una de las dudas de Márquez Palacios, alimentada por rumores, radicaba en que supuestamente los ADN que se habían pedido para poder tener pruebas sobre el asesinato, no se estaban realizando. Pero finalmente esto no era así, y el STJ ya había librado los fondos para la realización de los estudios.
Otro de los puntos que el ministro investigó, era si la camioneta donde se lo encontró muerto a Pablo había sido lavada antes que se recolectaran todas las posibles evidencias, y se la entregara a la familia del joven.
El resultado de la repentina inspección se agregó al expediente. Márquez Palacios no encontró ninguna anomalía en la investigación que lleva adelante D´Orsaneo.
En diciembre pasado, por mayoría absoluta, los integrantes del Jurado de Enjuiciamiento desestimaron el pedido de juicio político contra el fiscal de Instrucción N° 2, Atilio León. Y descartaron que haya tenido responsabilidad en la pérdida de pruebas en la investigación, como lo había acusado la familia del asesinado Pablo Fraire.
La causa inconclusa
Pablo Fraire fue asesinado de varias puñaladas la noche del 26 de noviembre de 2002.
El crimen ocurrió en una oscura calle del barrio Alta Gracia, adonde la víctima y el homicida llegaron a bordo de una camioneta Peugeot 504 roja que era conducida por el primero, quien trabajaba en una fábrica de aberturas de un familiar.
El ataque comenzó en el interior del rodado y Pablo alcanzó a bajar para intentar escapar. Sin embargo, el agresor le dio alcance y siguió apuñalándolo hasta que el cuchillo se rompió a la altura del mango.
El homicida se dio a la fuga en la camioneta, que un poco más tarde fue
encontrada sobre la ruta nacional 12, camino al aeropuerto de Posadas, donde fue secuestrada por la Policía.
