La Cooperativa Tabacalera esperaba alcanzar un record y cosechar 35 mil toneladas, pero ahora espera poder llegar a las 27 mil del año pasado.
Modelo. La Planta de Empaque de la CTM está entre las más grandes y modernas del país.
Si bien las lluvias de los últimos días invitan a pensar que ya quedó atrás el período de sequía, la falta de agua de los meses pasado dejaron sus huellas en buena parte de la producción agropecuaria de la provincia.
Este es el caso de la Cooperativa Tabacalera de Misiones, que este año esperaba explotar al máximo el desarrollo del proyecto Citrus y alcanzar un récord, pero que ahora deberá conformarse con alcanzar el resultado del 2.004.
«La sequía nos jugó un mala pasada y es una campaña complicada porque esperábamos superar las 35 mil toneladas. Ojalá lleguemos al volumen de la anterior que fue de 27 mil toneladas», se lamentó el ingeniero Guillermo Andersson.
El profesional tiene a cargo el área de campo y de producción citrícola de la cooperativa asentada en Leandro N. Alem, y en su tarea cotidiana observó que en algunos casos los daños de la seca fueron más graves. «En ciertas quintas hubo una pérdida de producción de hasta el 50% porque la sequía perjudicó el normal desarrollo de las frutos», explicó.
Este efecto negativo de la escasez pluviométrica ya comenzó a notarse en las mandarinas tempranas de la variedad okitsu, cuya cosecha ya está tocando a su fin. «Íbamos a andar en las 14 mil toneladas pero quizá apenas lleguemos a superar las 9 mil toneladas», refirió.
Ahora habrá que esperar cuál será el comportamiento de las mandarinas, los limones y las naranjas que se cosechan de acá en adelante. «Todavía quedan las variedades tardías, pero no hay un buen diagnóstico y aunque son ciclos largos en algunas plantaciones ya vemos en una merma importante en producción y calidad», anticipó Andersson, para luego agregar que habrá mayores precisiones recién cuando finalice la cosecha.
Más allá de la coyuntura de este período de secas, el Plan Citrus de la CTM crece de temporada en temporada.
La citricultura es una actividad que se mide a mediano y largo plazo, en varias campañas, como el caso del porcentaje de exportación que sube año a año. La meta del entidad es llegar a colocar en el mercado externo el 40% de su producción y ya llegó al 23%.
Unos 800 productores participan de esta actividad y ya cuentan con 1.659 hectáreas certificadas por la normas Euregap que permiten la exportación a la Unión Europea, principal destino de los embarques de la CTM.
Otras 1.200 hectáreas ya están libres de cancrosis y de mancha negra, aunque esta superficie podría ser mayor cuando termine el segundo monitoreo de las plantaciones.
«En las certificadas libre de cancrosis y mancha negra para exportar a UE tuvimos incremento del 30%. Eso tiene que ir subiendo porque quiere decir que los productores trabajan menor en la parte sanitaria. En Euregap, que es el protocolo de certificación, incrementó en 40 productores más. En las hectáreas bajo cosecha, el 70% son certificadas en Buenas Prácticas Agrícolas. Es la empresa a nivel nacional que más productores tiene bajo esta norma. Hay indicadores que van evolucionando», subrayó satisfecho Andersson.
