Hoy se conmemora el 37 aniversario del fallecimiento del guardaparque Bernabé Méndez

Fue el primer funcionario caído en defensa del patrimonio natural argentino.

El guardaparque Bernabé Méndez es recordado a 37 años de su fallecimiento.

El guardaparque Bernabé Méndez es recordado a 37 años de su fallecimiento.

Siempre el cuerpo de guardaparques está ocupado controlando y persiguiendo a cazadores furtivos y a los llamados palmiteros, gente que se interna en la selva para extraer los palmitos silvestres, derribando las plantas para alcanzar su cometido.
Pero en la década del 60 la incursión de estos cazadores era mucho mas frecuente y peligrosa, ya que en el Parque Nacional do Iguacu en Brasil se habían instalado en pequeñas chacras cazadores furtivos y fugitivos, que cruzaban el rio Iguazú para matar a los grandes mamiferos y recolectar frutos en nuestro Parque Nacional Iguazú.
Por tal motivo un 14 de abril del año 1968, partió al frente de una patrulla el guardaparque Bernabé Méndez con la intención de apresar a estos cazadores, la persecución se produjo al este del arroyo Santo Domingo, Méndez se adelanto corriendo desoyendo los consejos de sus compañeros para que no se apartara del grupo quedando expuesto a cualquier tipo de ataque, el prosiguió en su carrera perdiéndose de vista rápidamente por la espesura de la selva, en un momento un estruendo dejó paralizados a la patrulla de guardaparques, se apresuraron y al llegar al lugar donde estaba Méndez encontraron a este tendido en el suelo y ensangrentado, había recibido un disparo de escopeta en el vientre, en ese momento la impotencia se adueño de la patrulla porque ya no había nada que hacer para ayudarlo. En el lugar del hecho fue instalada una cruz que señala el sitio en donde cayó el guardaparque. La muerte de Méndez provocó la reacción de una margen y otra del río Iguazú, del lado Argentino se construyó un camino de 30 kilómetros de longitud que bordea la margen sur del río hasta llegar al destacamento Apepú con capacidad para varios guardaparques, reforzando de esta manera la presencia de personal encargado de controlar cualquier movimiento extraño en el monte. Brasil a su vez tomó duras medidas, expulsando a los ocupantes ilegales instalados en la chacras a orillas del río Iguazú, protegiendo de esta manera la flora y fauna del lugar, hoy ya no quedan rastros de esta instrucción, pues la selva hizo su trabajo cubriendolo todo con su inmenso manto verde.

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