Prisión perpetua por un brutal homicidio

Dos jóvenes brasileños fueron castigados con la pena máxima por haber
matado al guarda de un micro. Y pagarán una indemnización de 200 mil pesos. os jóvenes brasileños fueron condenados ayer a prisión perpetua por haber matado a puñaladas al guarda de un colectivo en la zona fronteriza con Brasil.
Los imputados, los hermanos Roberto Carlos y Josué Bueno, escucharon sin inmutarse el veredicto del Tribunal Penal 1 de Eldorado, que también dispuso un resarcimiento de 200 mil pesos para los padres de la víctima, el guarda Darío del Rosario Talavera, en concepto de daño moral.
El debate había comenzado el lunes, pero pasó a un cuarto intermedio para ayer porque una testigo no había concurrido a declarar.
La mujer fue conducida ayer hasta el Tribunal y dio su versión de los hechos, tras lo cual comenzó el alegato de la fiscal Claudia Katok, quien pidió la pena máxima para los imputados, a quienes consideró coautores de los delitos de «robo calificado y homicidio calificado en concurso real».
Por su parte, los actores civiles Ariel Leites y Fabián Mendoza no dudaron de la responsabilidad de los imputados y pidieron una cuantiosa indemnización por la muerte del joven guarda.
La defensora oficial, Ana María Mayerhoffer, en tanto, intentó salvar a uno de los imputados de la pena máxima. Explicó que el autor material del homicidio fue Josué Bueno y que el hecho se produjo en ocasión de robo; mientras que Roberto Carlos sólo había sido partícipe del robo calificado.
El esfuerzo de Mayerhoffer no alcanzó. Al filo del mediodía el Tribunal integrado por Heriberto Nicolás Von Schwartzenberg, Lyda Gallardo y Edgardo González los condenó a prisión perpetua y fijó en 200 mil la indemnización para los progenitores, ya que la presentación de los abogados presentaba muchos errores técnicos, dijeron voceros judiciales.

El crimen
El hecho por el cual los hermanos Bueno fueron condenados ayer, ocurrió alrededor de las 22.00 del 21 de mayo del año pasado cerca de la localidad de San Antonio.
Los imputados subieron al micro de la empresa Itatí en el paraje Dos Hermanas, donde habían estado bebiendo en un bar.
Unos kilómetros más adelante, los muchachos abandonaron sus asientos y fueron hasta la parte delantera del rodado, donde encararon al conductor, Luis de Barba y al guarda Talavera, con el fin de apoderarse de la recaudación.
El guarda del micro intentó resistirse al robo y fue atacado a puñaladas por Josué Bueno, quien luego se apoderó de un maletín donde estaban los boletos y una pinza que se usa para marcar el valor de los pasajes y el destino de los usuarios.
Los médicos forenses establecieron que Talavera recibió un puntazo en el pecho y otros cuatro en la espalda, lesiones que le provocaron la muerte casi en forma instantánea.
Los dos delincuentes escaparon hacia el monte, pero luego fueron detenidos con la colaboración de la Policía Civil de Brasil.

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