Murió el Papa

Santo Padre falleció ayer, a las 21:37 hora de Roma, 16:37 hora Argentina. El mundo lo llora y los líderes destacaron su humanidad. En la Argentina habrá tres días de duelo, al que adhiere el gobierno provincial.

El Papa Juan Pablo II, quien gobernó la Iglesia Católica durante 26 años, murió ayer en su habitación privada del Vaticano tras dos días de agonía.

«El Santo Padre murió esta noche a las 21.37 en su apartamento privado. Se pusieron en práctica los procedimientos previstos en la Constitución apostólica, promulgada por Juan Pablo II el 22 de febrero de 1996», fue la escueta comunicación brindada por el portavoz vaticano Joaquín Navarro-Valls para la noticia más esperada en los últimos días por toda la humanidad.

A los 84 años de edad y en sus aposentos, tal como había decidido él mismo al pedir no ser internado en una clínica, el «Papa viajero», como lo llamaba toda la grey católica sucumbió tras un brusco deterioro de su salud que duró 54 horas.

La muerte del Papa se produjo en la vigilia de la festividad de la Divina Misericordia, instituida por él mismo para honrar el culto impulsado por Santa Faustina Kowalska, una religiosa polaca canonizada por Juan Pablo II y de la que el Pontífice se consideraba discípulo.

Juan Pablo II había sido elegido Papa el 16 de octubre de 1978 y su pontificado -el 264 de la historia- fue el tercero en extensión con 26 años y 5 meses, detrás del de San Pedro (34 años y 1 mes entre los años 30-64) y el de Pío IX (31 años y 7 meses entre los años 1846-1878).

Los líderes mundiales hicieron llegar sus condolencias al Vaticano, destacando por sobre todo la personalidad y la amplitud del líder católico fallecido.

«El mundo ha perdido un campeón de la libertad. En su Polonia natal lanzó una revolución democrática que sacudió la historia en el este», dijo el presidente de Estado Unidos, George W. Bush en la Casa Blanca.

En Londres, el primer ministro británico, Tony Blair, afirmó que con la muerte del Papa «el mundo perdió a un líder religioso que era respetado por la gente de todas las creencias y aun por quienes no son religiosos».

«Juan Pablo II fue un papa muy humano que pasará a la historia», afirmó por su parte el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien reveló que le tuvo «gran cariño y mucho afecto. Nos sumamos al dolor mundial (por su muerte)».

La salud de Karol Wojtyla se había deteriorado en febrero pasado, cuando fue internado en dos oportunidades aquejado por agudos problemas respiratorios que obligaron a los médicos a practicarle una traqueotomía.

Pero su estado se agravó dramáticamente el último jueves a raíz de una infección en las vías urinarias que desencadenó la desestabilización de sus funciones orgánicas, según indicó Navarro Valls.

Por la mañana, Navarro Valls aseguró que sus últimas palabras fueron para los jóvenes: «Os he buscado. Ahora habéis venido a verme. Y os doy las gracias».

También en una nota manuscrita quiso mostrar su agradecimiento a las monjas y curas polacos que le asisten desde hace años en el palacio pontificio, por lo que se despidió de ellos escribiendo: «Estoy contento, estadlo también vosotros», informó el vocero.

Los restos mortales de Juan Pablo II serán trasladados mañana a la Basílica de San Pedro y su funeral se celebrará el miércoles 6 de abril en la misma Basílica, según informó la Santa Sede.

Según el Derecho Canónico, el Papa debe ser sepultado entre cuatro y seis días después de su muerte. En principio, Juan Pablo II sería sepultado en la Basílica de San Pedro, como muchos de sus antecesores, aunque no se descarta que en su testamento haya explicitado el deseo de descansar eternamente en su Polonia natal.

La noticia del fallecimiento fue recibida con un gran aplauso y enorme emoción entre los fieles y, tal como marca el ritual, a los pocos minutos comenzaron a repicar las campanas de la Basílica de San Pedro para anunciar al mundo la muerte del Santo Padre.

Los cardenales que se encontraban en la Plaza San Pedro rezando el rosario, vieron la señal inconfundible de la infausta noticia: la ventana de la habitación papal, en el tercer piso del Palacio Apostólico, se encendió de repente por lo que los prelados trasladaron la mala nueva a las más de 60 mil personas que estaban en el lugar.

El secretario de Estado vaticano, Angelo Sodano, entonó el «De Profundis» y posteriormente recitó una plegaria ante los fieles, mientras los prelados que se encontraban en la escalinata de la Basílica de San Pedro invitaban al silencio para «acompañar al Papa en sus primeros pasos al cielo».

Según informó el responsable de Radio Vaticano, junto al lecho de muerte del Papa se encontraban cinco cardenales: Joseph Ratzinger, decano del Colegio Cardenalicio; Angelo Sodano; Camilo Ruini, vicario de Roma; Giovanni Lajolo, secretario de Estado para las relaciones internacionales, y Eduardo Martínez Somalo, camarlengo.

A partir de este momento comienza, un período que se llama de sede vacante. Los cardenales se deberán reunirse en cónclave en la Capilla Sixtina de Roma para proceder a la elección del nuevo Pontífice, reunión que deberá celebrarse entre los próximos 15 y 20 días.

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