Los posibles sucesores

Hay una amplia lista de nombres; se menciona a Bergoglio como uno de los candidatos CIUDAD DEL VATICANO.- Considerado como uno de los acontecimientos capitales de inicios del siglo XXI, la elección del nuevo Pontífice suscita muchas expectativas.

Actualmente el Sacro Colegio está compuesto por 117 cardenales de menos de 80 años, límite de edad para elegir en caso de Cónclave, es decir de muerte del pontífice, un nuevo Papa.

Los purpurados están repartidos así: 58 europeos (20 italianos), 14 norteamericanos, 22 latinoamericanos, 12 africanos, 11 asiáticos y 2 de Oceanía.

Según las reglas fijadas por Pablo VI, el número de electores debe ser de 120.

Dentro de los llamados «papables» aparecen cinco italianos, conocidos por su capacidad de mediación.

«Después de un pontífice extranjero, la tendencia es elegir un italiano que no incomode a nadie», aseguró recientemente una fuente vaticana bien informada.

Entre los principales candidados figuran:

– Giovanni Battista Re, de 71 años, actual prefecto de la Congregación para los Obispos y que durante años fue vice-secretario de Estado del Vaticano.

– Dionigi Tettamanzi (Milán), de 70 años.

– Angelo Scola (Venecia), de 63 años.

– Tarciso Bertone (Génova) de 70 años.

– Angelo Sodano, de 77 años, Secretario de Estado, y número dos de la Santa Sede desde 1991.

En la lista de «papabili» -como dicen los italianos- también aparecen dos cardenales latinoamericanos: el colombiano Darío Castrillón Hoyos, de 75 años, prefecto de la congregación para el clero, y el arzobispo de Tegucigalpa, el hondureño Oscar Rodriguez Madariaga.

Ambos son citados con frecuencia por la prensa italiana por su labor y su carisma.

Uno de los expertos del Vaticano del diario La Repubblica de Italia, Marco Politi, autor de varios libros sobre la Santa Sede, sostiene que los dos purpurados, provenientes del continente más católico del planeta, cuentan con todas las características para llegar al trono de Pedro, gracias a las capacidades demostradas para gobernar un mundo que cambia continuamente.

Entre los otros posibles sucesores de Karol Wojtyla figuran también el argentino Jorge Mario Bergoglio, de 67 años, arzobispo de Buenos Aires, y el brasileño Claudio Hummes, de 70 años, arzobispo de San Pablo.

De todos modos la Iglesia Católica dispone de muchas opciones, entre ellas un cardenal de ascendencia judía, varios árabes y africanos y hasta uno de procedencia musulmana, para reinar sobre más de 1000 millones de católicos.

Tampoco se pueden excluir nuevos candidatos, menos conocidos por la prensa internacional, como el arzobispo de Viena, cardenal Christoph Schönborn, de 60 años, y el cardenal de India, Telesphore Placidus Toppo, arzobispo de Ranchi, de 65 años.

Como «candidato secreto» figura el cardenal alemán Joseph Ratzinger, el llamado «guardián del dogma», de 77 años, que preside el colegio cardenalicio, una personalidad fuerte para que no haga añorar la autoridad de Juan Pablo II.

El candidato: Bergoglio, il papabile

De bajo perfil, austero y alejado del poder político, el arzobispo de Buenos Aires es, según los principales expertos en cuestiones vaticanas, uno de los mayores candidatos para suceder a Juan Pablo II. Su condición de latinoamericano es uno de los argumentos más fuertes para explicar por qué el próximo Papa puede ser argentino.


Cómo sucederán los hechos

MADRID.- ‘Muerto un Papa, se hace otro’, dicen desde hace siglos los romanos. Sin embargo, el proceso que va desde la muerte de un Sumo Pontífice hasta que la fumata blanca anuncia a los fieles de todo el mundo que hay un nuevo sucesor de Pedro no es sencillo. Primero hay que oficiar los funerales, dar tiempo a la preparación del cónclave y dejar que actúe el Espíritu Santo… Así será el proceso.

El anuncio de la muerte

La muerte del Papa debe ser certificada por un médico, pero en ese momento la tradición dice que el camarlengo deberá situarse frente al lecho de muerte y golpear con un pequeño martillo de plata la frente del Pontífice, mientras le llama tres veces por su nombre de pila. A continuación, el vicario de Roma comparecerá en la televisión pública italiana para anunciar oficialmente la muerte del Papa. Mientras, la Santa Sede enviará a todos los miembros del Colegio Cardenalicio un telegrama convocándoles al cónclave. En la última ocasión, el texto rezaba: «El Papa ha muerto, ven de inmediato». Siga leyendo

El vacío de poder

En el momento de la muerte, la institución más antigua del mundo queda automáticamente ‘descabezada’. Sólo tres cardenales mantendrán sus cargos: el argentino Leonardo Sandri (ministro de Interior) y los italianos Giovanni Lajolo (secretario de Relaciones para los Estados) y Camilo Ruini (vicario general del Papa para la Diócesis de Roma) no cesarán en sus cargos. La persona que tendrá la máxima autoridad durante los días hasta que haya un nuevo sucesor será el actual camarlengo del Pontífice, Martínez Somalo.


El adiós de los fieles

El cadáver de Juan Pablo II será embalsamado para, durante tres días, ser expuesto al público. Luego, tras ser metido en tres ataúdes -de cedro, de piedra y de pino- descansará para siempre en la cripta bajo el Baldaquino de la Basílica de San Pedro, junto a otros 147 Papas.

Funerales y entierro

Independientemente de dónde fallezca, los funerales serán en el Vaticano. Lo más probable es que se realicen al aire libre, en la Plaza de San Pedro, para dar cabida a la multitud que querrá estar presente. Se espera que personalidades y Jefes de Estado de todo el mundo acudan a las exequias.Siga leyendo.


Los ‘novemdiales’

El tiempo que transcurre entre el fallecimiento de un papa y el comienzo del cónclave que designará a su sucesor es conocido como ‘novemdiales’, y sirve no sólo para preparar la logística de la reunión, sino para permitir los contactos entre cardenales. Este periodo acaba con la misa Pro Eligendo Papa, con la presencia de todos los cardenales en la Basílica de San Pedro la misma mañana que comienza el cónclave. Siga leyendo.


El cónclave

Entre 15 y 20 días después de la muerte, arrancará un cónclave secreto en la Capilla Sixtina que designará oficialmente al nuevo Santo Padre. A esta reunión, presidida por Joseph Ratzinger, acudirán 183 cardenales, aunque sólo 117 tienen derecho a voto (58 son europeos, 14 norteamericanos, 21 latinoamericanos, 11 africanos, 11 asiáticos y dos de Oceanía). La mayoría necesaria en esta votación ha de ser de dos tercios.

No obstante, también existe el misterio de un purpurado ‘in pectore’, es decir, nombrado cardenal en secreto por el Papa Juan Pablo II por motivos se seguridad o personales y que elevaría a 118 el número de los electores del sucesor. Los expertos piensan que el cardenal ‘in pectore’ podría ser chino y que debido a los problemas con la República Popular se creyó mejor no comunicar la noticia. Otros apuntan a que puede ser el querido amigo y secretario personal Stanislao Dziwisz.


Fumata blanca

Para ser elegido Papa, el candidato deberá obtener los dos tercios de los votos. Entonces, la fumata blanca saldrá del Vaticano para anunciar al mundo entero que hay un nuevo Sumo Pontífice. En cuanto sea anunciado, se asomará al balcón central de la Basílica para bendecir a los fieles, y comenzarán a repicar todas las campanas tanto de la Santa Sede como de toda la cristiandad. Siga leyendo.


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Información elaborada por Olalla Cernuda, Charo Marcos y Marta Arroyo.

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