La stevia todavía no es considerada un alimento por el Código Alimentario paraguayo

Directivos de la Cámara Paraguaya de la Stevia (Capaste) exigen al Poder Ejecutivo que resuelva el déficit de investigaciones que demora la homologación del endulzante puesto que todavía es considerado por las leyes paraguayas como una droga Posadas. La Cooperativa Tabacalera de Misiones (CTM), colocará en góndola en septiembre unas 500 toneladas de Nova Dulzura, la marca comercial con la que comercializará stevia rebaudiana, -300 veces más dulce que el la sacarosa del azúcar pero dietética y natural-.

En Paraguay, en cambio, hay 600 hectáreas pero ninguna fábrica y ayer la Cámara Paraguaya de la Stevia (Capaste) volvió a la carga y admitió que el Código Alimentario paraguayo todavía no reconoce a la stevia como alimento, puesto que todavía es considerado por las leyes paraguayas como una droga.

Y resulta paradójico: en junio de 2004 el Comité de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA), -organismo técnico de referencia de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud (OMS)-, dictaminó que el kaá-heé es un alimento «apto para la ingesta diaria».

En Argentina, por su parte, la stevia ya está incluida en el Código Alimentario Argentino (CAA) bajo el Art.1398.64.3, que define al «esteviósido», -una de las tantas propiedades la stevia- como un «polvo blanco cristalino, inodoro, no higroscópico, no fermentescible, de sabor dulce aún en soluciones muy diluidas, muy soluble en agua», desde hace dos años.

Sin embargo, la propia Secretaría de Agricultura de la Nación (SAGPYA) admite que la stevia rebaudiana Bertoni es una planta oriunda del nordeste paraguayo, de la región de la Cordillera de Amambay, pese a que su cultivo se ha extendido hasta el sur de Brasil y, aunque parezca irrisorio, se ha consolidado en Japón, Singapur, Taiwan, Corea del Sur y China.

En este contexto, Paraguay está apurada. En marzo, empresarios de stevia paraguaya compartieron una reunión de negocios en Foz do Iguaçu (Brasil), con Tadashi Katabami, ejecutivo de la empresa Dainippon Ink & Chemicals, empresa con más de 27 años en el desarrollo, investigación e industrialización de la stevia en Japón, -el principal consumidor de stevia-.

La compañía japonesa comercializa la totalidad de su producción de cristal, evaluado en unos 200 dólares por kilo y advirtió al Paraguay que la creciente demanda del producto cristalizado hace insuficiente la actual producción de la «droga».

Inclusive, los empresarios exigen la intervención de la Nación: la Capaste ha pedido una audiencia con el presidente de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, para pedir al Poder Ejecutivo un interlocutor del Gobierno con quien se pueda discutir la evolución en el mercado paraguayo del ka’a heé (yerba dulce), la denominación guaraní con la que se reconoce al endulzante en la cuenca que también incluye a la provincia argentina de Misiones y al litoral gaúcho brasileño.

Mientras tanto, el Instituto Agropecuario Nacional, -el INTA paraguayo-, trabaja en el desarrollo de la variedad Eireté, -un clon de ka’a heé- que todavía no ha sido lanzada en forma oficial pero que cuyos plantines ya están a la venta.

En Misiones, las plantas de «yerba dulce» están creciendo, y ya constituyen la alternativa más rentable para los productores minifundistas dedicados a la yerba mate, la «amarga», ni siquiera más rentable que la mandioca.

Según la CTM, si todo marcha bien, este año se podrían sembrar otras 100 hectáreas a las actuales 100 en producción, (para cosechar 400 antes de 2010) que reportaron una pérdida del 30%, por la sequía histórica que azotó a Misiones durante el reciente verano pasado.

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