Un joven murió tras recibir un tacuarazo en la cabeza

Creen que fue herido durante una pelea. Fue internado en el hospital de esa localidad y luego entró en un coma del que no pudo recuperarse. El juez pidió que se realice una autopsia. Hay un detenido. Un joven de 18 años murió el domingo a la tarde en el Hospital de Area de San Javier, pocas horas después de participar en una pelea en la que habría recibido un fuerte golpe en la cabeza.

La víctima fue identificada como Guillermo Sebastián Peralta, habría mantenido dos enfrentamientos el domingo a la madrugada con un grupo de jóvenes en las inmediaciones de la terminal de ómnibus de esa localidad del Alto Uruguay.

En una de esas peleas el muchacho habría sido atacado con una tacuara, elemento con el cual recibió un golpe en la cabeza, de acuerdo con las primeras investigaciones.

Los inconvenientes surgieron a la salida de un boliche y tras los enfrentamientos la víctima fue llevada al Hospital, donde ingresó con lesiones pero luego entró en coma y falleció a raíz de un paro cardiorrespiratorio.

De acuerdo con la reconstrucción que se pudo realizar de los hechos, alrededor de las 6.00, un grupo de muchachos -algunos bajo los efectos del alcohol- fueron hacia la parada de micros con Peralta. Allí se produjo la primer pelea con otro grupo, enfrentamiento que se repetiría minutos después a unas dos cuadras, frente a una estación de servicios.

Tras ser internado, el joven ingresó en estado de coma y falleció poco antes que pudiera ser derivado a un centro asistencial de mayor complejidad, trascendió.

En averiguación del hecho la Policía detuvo a Guido Sebastián Araujo, alias «Tatú», quien cursa sus estudios en la Escuela de Suboficiales del Ejército «Sargento Cabral» y se encontraba de franco por la Semana Santa.

Antecedente

La muerte de Guillermo Peralta tiene un antecedente cercano en la provincia. En septiembre de 2002, el joven Francisco Javier «Pincha» Centeno, murió en Posadas tras protagonizar una pelea a la salida de un boliche céntrico.

Tras el enfrentamiento, el joven fue a su casa y se acostó a dormir, pero al mediodía su padre lo halló desvanecido. El joven ingresó sin vida a un centro asistencial privado y los médicos no pudieron reanimarlo.

El cadáver fue cremado en Corrientes por pedido de sus familiares, lo cual impidió que se realizara la autopsia, lo cual hubiera permitido establecer las causas de su deceso y, quizás, encarcelar a los culpables.

En esa causa fueron investigados otros dos muchachos que no alcanzaron a ser imputados ya que el juez de Instrucción Eduardo D’Orsaneo no pudo reunir los elementos de prueba necesarios para una indagatoria.

La muerte del «Pincha» Centeno, como era conocido, provocó movilizaciones de estudiantes y un serio replanteo de las autoridades sobre la presencia de menores en boliches hasta altas horas de la madrugada.

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