La Iglesia reclama una solución para el caso Baseotto

El obispo Jorge Casaretto dijo que no se puede seguir bajo la presión de un conflicto latente y que hay que resolverlo. Monseñor Aguer defendió al obispo castrense y el vocero del Arzobispado de Buenos Aires criticó al Gobierno. El obispo de San Isidro, Jorge Casaretto, reclamó hoy una solución al conflicto desatado a raíz del desplazamiento del vicario castrense, Antonio Baseotto.

«Lo que queremos, es que se solucione el problema y no puede dejar de arreglarse, porque no puede vivirse bajo la presión de un conflicto latente», dijo el prelado, en declaraciones a radio Aspen.

Asimismo, advirtió que «no se puede perpetuar» el conflicto existente entre el Gobierno y Baseotto, por lo que consideró que «en un buen encuentro y con buena voluntad, estas cosas se deben arreglar».

El titular de Cáritas reconoció que con el decreto firmado por el presidente Néstor Kirchner de disolver el acuerdo para que Baseotto ejerza su función como vicario castrense se generó un conflicto.

«El conflicto está», por lo que «hay que conversar, porque no sería una cosa grata para nosotros, ver un hermano obispo que no pueda ejercer su ministerio».

Casaretto aclaró que «independientemente de la salud del Papa», seriamente afectada en la actualidad, al punto que no puede ejercer su reinado de la Iglesia en plenitud «el conflicto se puede resolver».

El que fuera el vicario castrense hasta hace días, había dicho semanas atrás que había que tirar al mar con una piedra al cuello al ministro de Salud Ginés González García por defender la despenalización del aborto.

Luego de dialogar con el Vaticano para que tomara una medida al respecto, y ante la ratificación de la Santa Sede, el gobierno de Néstor Kirchner decidió remover del cargo castrense a Baseotto por sus declaraciones.

Por otra parte, el vocero del Arzobispado de Buenos Aires, Guillermo Marcó, dijo que preocupa a la Iglesia el conflicto y que el desplazamiento de Baseotto es una violación a las libertades religiosas.

«Hay un conflicto con la Santa Sede, que es un estado soberano. La Santa Sede no entiende porque un Gobierno del mismo partido (que Duhalde que designó a Baseotto como obispo castrense) decide sacarlo. El decreto que le quita el acuerdo (por el cual era vicario del Ejército) es violatorio de la letra del acuerdo firmado por el Gobierno y la Santa Sede», explicó Marcó a radio Mitre.

«Por lo tanto es un atentado contra la libertad religiosa», insistió el director de prensa del Arzobispado de Buenos Aires.

«El conflicto nos preocupa. No hubo actitudes prudentes. Había que presentar la queja a quien correspondía y no a los medios», dijo hoy Marcó en referencia a la polémica.

«Lo que dice Bielsa es verbal, lo que esta escrito es una prohibición», continuó diciendo en referencia a las palabras del canciller argentino quien había dicho que no había ningún problema con el Vaticano y que el Gobierno no atentaba contra la libertad religiosa.

En cuanto al aborto, Marcó dijo: «Si queremos ser un país en serio, hay que respetar las leyes. La Argentina tiene un pacto con rango constitucional desde 1994 (el de San José de Costa Rica que condena esta práctica) . Hay que respetar las leyes. Es una discusión estéril. Ya que tanto se habla de Derechos Humanos este Gobierno (debería respetarlos y no promover este método).

En tanto, el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, atribuyó hoy la decisión de desplazar a Baseotto a una «especie de equívoco» en que incurrió el Gobierno nacional, y ratificó la «preocupación» de la Iglesia por las voces oficiales a favor de debatir el tema del aborto.

Aguer le reprochó indirectamente al gobierno de Néstor Kirchner haber leído «mediáticamente» la carta en la que Baseotto utilizó una cita bíblica para embestir contra el ministro de Salud.

El arzobispo de La Plata aclaró por Radio 10 que Baseotto nunca quiso aconsejar «colgar de una piedra y tirar al mar» a Ginés cuando eligió ese pasaje bíblico.

«Creo que en la base de este conflicto hay una especie de equívoco y es cómo se entendió la famosa carta de Baseotto enviada al ministro de Salud, cómo se la leyó mediáticamente», señaló, y alertó que esta polémica solo quiere poner en un segundo plano el verdadero problema que es la presunta intención oficial de abrir el debate sobre el aborto. (Clarín).

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