Ordenan indemnizar a un oficial por un ejercicio militar en Misiones

El subteniente, Enrique Fogel, se accidentó mientras realizaba la especialización de «Cazador de Monte» en la localidad de San Javier. Ahora el estado deberá pagarle 380.000 pesos por incapacidad y daño moral. [su_note note_color=»#cdcdcd»]El curso de Cazadores de Monte está catalogado como uno de los más difíciles del ejército.[/su_note][su_note note_color=»#cdcdcd»]En el "Pasillo de Fuego", Fogel no aguantó más, se desvaneció y perdió el conocimiento.[/su_note]Condenan al Estado Nacional a indemnizar en $380 mil pesos a un subteniente del Ejército por la incapacidad sufrida a raíz de un accidente durante un curso de especialización. El actor se desvaneció a raíz del humo circulante dentro de una zanja de seis metros de largo con orificios de ventilación, que simulaba ser una trinchera en situación de combate bajo fuego enemigo.

La medida la tomó la Sala III de la Cámara Nacional Civil y Comercial Federal en autos «Fogel, Enrique c/ Estado Nacional-Ministerio de Defensa y Otro s/ Daños y Perjuicios» a raíz del accidente ocurrido el 29 de septiembre de 1999, en momentos en que Fogel se encontraba haciendo la especialización profesional de «Cazadores de Monte».

Después de la especialización de «Comandos», el curso de Monte esta catalogado como uno de los más severos y peligrosos del Ejército Argentino. La especialización se realiza aún en la provincia de Misiones por su particularidad geográfica.

Estos cursos están dirigidos para oficiales y suboficiales que por lo general están en sus primeros años de la carrera. Oficiales de diferentes ejércitos del mundo también han tomado esta clase de cursos en el país, ya que están altamente calificados en lo que se refiere al entrenamiento para el combate.

«Pasillo de fuego»

El subteniente del Arma de Ingenieros, Enrique Fogel, había egresado como oficial del ejército casi dos años antes de haber decido intentar aprobar el curso para obtener la especialización de «Cazadores de Monte». Más del 30 por ciento de los concursantes no logran terminarlo, y sólo aprueban el denominado curso básico.

El joven oficial se encontraba destinado en la Compañía de Cazadores de Monte XII con asiento en la localidad misionera de San Javier.

Durante el curso de Cazadores, el subteniente se accidentó mientras realizaba una de las pruebas denominadas «Pasillo de Fuego». El objetivo consistía en atravesar arrastrándose una zanja de unos 60 centímetros de profundidad por 80 de ancho y 6 metros de largo con orificios de ventilación, con la finalidad de mantener el humo, provisto por un fumígeno dentro de la superficie de prueba, simulando una trinchera en situación de combate.

Luego de arrastrarse unos tres metros en medio de la espesa humareda que envolvía su cuerpo y que se esparcía por todo el túnel hasta la altura de la cubierta de tacuara, Fogel comenzó a sentir que el humo agredía la piel de su rostro. Minutos después el humo le provocó un intenso ardor en la garganta, y la situación a esta altura ya se había tornado incontrolable.

Ante el desesperante ardor, el subteniente se vio imposibilitado de seguir conteniendo la respiración que había mantenido desde que ingresó a la zanja.

En el exterior de la zanja tapada con tacuaras sólo se escuchaban los gritos de los oficiales instructores que no paraban de dar órdenes hacia los cuatro vientos, los estruendos de las municiones de fogueo de los FAL, y las ráfagas de MAG. Fogel no aguantó más, se desvaneció y perdió el conocimiento.

Fueron los camaradas de Fogel quienes se percataron de su percance y retiraron su cuerpo de la zanja.

El subteniente fue trasladado al Hospital de San Javier, donde se le practicaron los primeros auxilios. Después derivado de uno a otro nosocomio, hasta su traslado al Hospital Militar Central, en Buenos Aires, donde la Junta Superior de Reconocimientos Médicos señaló que el herido presentaba una estenosis grave larigeograqueal determinándose una disminución de la capacidad del 66%.

Irregularidades

Del sumario instruido por el juez a cargo de la investigación, se comprobó la detección de irregularidades como la falta de supervisión del ejercicio de combate, por parte de los oficiales instructores a cargo del curso, y las medidas de seguridad.

El actor a raíz de los daños y perjuicios demandó al Estado Nacional por $ 493.500 y en primera instancia se juzgó incuestionable la responsabilidad por los daños experimentados por el actor -pues éstos tuvieron causa en actos del servicio por lo que se decidió que el Estado Nacional debía indemnizarlo por una suma superior a los $400.000, intereses y costas.

El fallo fue recurrido por ambas partes, y ya en la alzada, el tribunal confirmó la responsabilidad de la demandada en el hecho. No obstante, en la Cámara los magistrados redujeron la partida por incapacidad sobreviniente y daño moral.

Ahora el Estado deberá pagar una indemnización de 380.000 pesos al ahora ex subteniente.

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