Muchas veces en los últimos tiempos hemos hablado o hemos escuchado acerca de la necesidad de profesionalizar el rol docente, de mejorar su nivel etc.
Si bien esto en un punto no deja de ser cierto creo que lo primero es profesionalizar el rol docente en nuestras «cabezas», en nuestro sistema de creencias.
Hoy pasamos de «el maestro siempre tiene razón» de unas décadas atrás a «tu maestra no sabe, se equivoca..»
Bien sabemos porque nuestra historia así lo demostró que los extremos jamás son lo más aconsejable. E s posible que el docente necesite más formación, es posible también que difiera bastante del maestro de antaño con una formación quizá más integral, pero estas diferencias o las disconformidades que se pueda tener con los maestros no justifican el desmedro de éstos, tampoco hace bien a los niños escuchar a sus padres quejarse de la maestra delante de ellos o desautorizarlos delante de sus alumnos.
Pensemos un poco, a nadie se le ocurriría o por lo menos no es muy habitual que vayamos al médico de nuestros hijos y le digamos que esta equivocado que no sirve, tampoco lo haríamos con el psicólogo o con el psicopedagogo.
El punto central sobre el cual me gustaría que reflexionemos no es en quién tiene razón sino, lo que provoca en los niños ver como sus padres desautorizan o critican al docente frente a ellos, el respeto es una habilidad social necesaria para la convivencia si los alumnos no aprenden a respetar a quien es la autoridad en el ámbito escolar, la violencia tendrá una herramienta más para operar en la escuela.
Quizá si la maestra vuelve a sentirse admirada por sus alumnos hará mayores esfuerzos para mejorar la calidad de su enseñanza.
Por otra parte los maestros y profesores son representantes del saber en nuestro sistema social sobre todo para los niños, para quienes está «mamá» y después «la mae». ¿No será que detrás de tanto desmedro a las instituciones educativas y a sus docentes estamos mostrando que el valor del saber y el conocimiento ya no están tan vigente en nuestras sociedades modernas? De ser así habrá que pensar en las consecuencias de esto par nuestro futuro y el de nuestros hijos.
