Involucrado por sus huellas digitales

El principal sospechoso por el crimen del jubilado Miguel Ángel González (62), al que asfixiaron en su departamento de Villa Cabello, es un vecino de la víctima. Cayó el viernes en una serie de allanamientos en la que también hubo otros demorados. Fuentes del caso indicaron que esta persona quedó en una situación, cuanto menos, incómoda luego de que peritos de la Policía provincial establecieran que sus huellas digitales son las que aparecieron en el lugar del crimen.
Según se supo, las marcas de sus dedos quedaron estampadas en un vaso que los investigadores hallaron a pasos de donde se encontraba el cadáver. Sin embargo, en la requisa que los detectives hicieron en la vivienda del sospechoso, no apareció elemento alguno que lo vinculara con el homicidio. Puntualmente, los policías y funcionarios judiciales buscaron en la residencia el televisor, las llaves y el teléfono celular que desaparecieron del domicilio del jubilado. Pero no encontraron absolutamente nada.
Recién el miércoles o el jueves, el juez de Instrucción Tres, Eduardo D’Orsaneo, indagaría al detenido.
Si bien la principal hipótesis en cuanto al móvil del crimen habla de un homicidio en ocasión de robo; el asesinato por cuestiones pasionales tampoco es descartado por los pesquisas. González apareció muerto en su casa. Estaba desnudo, maniatado y amordazado.

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