Tráfico de personas: Piden reconocer la existencia del problema en el NEA

Pablo Vassell, subsecretario de Derechos Humanos de Corrientes, pidió a la sociedad que «reconozca la existencia del tráfico de mujeres y niños en la región» en el marco de una jornada sobre la problemática que cuenta con la presencia de especialistas internacionales. Dijo que «los turistas de otros países ejercen una presión de poder por las diferencias que plantea la relación cambiaria». El subsecretario de Derechos Humanos de Corrientes, Pablo Vassell, señaló que en el NEA «se está haciendo visible este fenómeno que afecta a la sociedad y la vida humana». El funcionario se refirió a la existencia de la explotación sexual, la prostitución y el turismo sexual en esta zona, llamando a un «sinceramiento» sobre el tema.

En ese sentido dijo que «la presencia de turismo internacional, donde se evidencia una relación cambiaria desfavorable a esta población hace que el extranjero pueda ejercer una presión de poder sobre niños y mujeres llevandolo a cometer estos actos».

«Si aceptamos su existencia, podremos encarar acciones que representen soluciones concretas» añadió.

El funcionario se mostró poco proclive a la realización de una suerte de «ranking» de la problematica «pues se trata de un solo problema y como autoridades hay que abordarlas más alla de que tengan diferentes impactos».

Disertaron el pasado viernes en el Instituto Cardiológico, especialistas en esta temática: Monique Thiteaux Altschul, presidenta de Fundación Mujeres en Igualdad; y Susana Cafaro, Titular de la Comisión Contra la Explotación Sexual, y la coordinadora de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres, Sara Torres.

Vasell dijo además que la Triple Frontera agrava la situación porque «no existen estrictos controles».

La trata de personas es una de las formas nacionales y transnacionales Más poderosas de la delincuencia organizada en nuestros días. Aproximadamente 2 millones de mujeres, niñas y niños son sometidos a la servidumbre sexual en el mundo, de esta cifra, se calcula que la mitad han sido traficados por la fuerza, el engaño o la coerción.

Esta actividad delictiva también tiene entre sus fines, además de la prostitución y la explotación sexual, el trabajo esclavo, el tráfico de órganos y la venta de bebés para la adopción ilegal.

Los números que se estiman con estas actividades son terroríficos: según las Naciones Unidas esta industria mueve, a nivel global, 7 mil millones de dólares anuales e involucra a unas 4 millones de víctimas.

En 2002 se sancionó la Ley 25632, que aprueba la Convención Internacional Contra La Delincuencia Organizada Transnacional y sus protocolos, con un apartado especial para el tráfico de mujeres, niñas y niños en el que se define la trata de personas como: «la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. (Momarandu.com)

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