Uno de los referentes en materia educativa en la Provincia analizó sobre la actualidad provincial y
reflexionó sobre la necesidad de mejorar las políticas de financiamiento y la distribución equitativa de los fondos. Para el Ex Ministro de Educación de Misiones, «el aumento de la inversión en educación debe ir acompañado de políticas claras, que atiendan al contexto socioeconómico donde se aplican». «Una ley de educación hay que comprenderla, en primer lugar dentro de un marco de políticas educativas generales dentro del contexto social y económico que está transitando un país o un lugar en un momento del tiempo determinado», dice al hablar de la realidad educativa en Misiones el profesor universitario Ricardo Biazzi . El ex Ministro de Educación provincial (1995 – 1999) y ex Secretario de Educación de la Nación, afirmó que «uno de los mayores desafíos de la educación es compensar las desigualdades a la hora de acceder al conocimiento en la Argentina».
¿Cuáles fueron sus impresiones a hacerse cargo de la cartera educativa en el período 95 -99?
Lo que tengo presente al llegar al Ministerio de Educación, cuando la reforma ya estaba en marcha, era que Misiones había tomado la delantera, una aceleración que entendíamos que podría resultar perjudicial de continuar de esa manera. Debía hacerse como lo estipulaba la ley, era de manera gradual sino no iba a ser posible. En términos generales, la conclusión de aquel momento era que se iba a avanzar, en la extensión de la escolarización de 7 a 10 años, y el dato más significativo fue que la obligatoriedad del nivel inicial tuvo uno de los crecimientos más grandes del país, se dio en la provincia de Misiones.
Después de diez años. ¿qué es lo pendiente?
Primero el tema de la infraestructura y la estructura de ciclos, el desmembramiento de la escuela media y con la sana pretensión de de amortiguar ese espacio entre la escuela primaria y la escuela media, produjo un gran desbarajuste, ya sea por problemas curriculares de diseño y un tercer ciclo que se incorporó al Polimodal, o se lo desperdigó a un séptimo incorporado a un nivel. Y otro tema es que la ley hace la previsión correcta, es el tema del financiamiento. Si uno mira la ley, observa cuáles son los porcentajes de inversión que se estipula entre aportes nacionales, provinciales o municipales. Se habla de un crecimiento de un 20 por ciento cada cinco años, entonces la culpa no la tiene la ley sino el hecho de no haberla implementado correctamente, por eso en términos generales diría que la ley no se puede mirar desde la propia norma, una ley de educación hay que comprenderla en primer lugar dentro de un marco de políticas educativas generales dentro del contexto social y económico que está transitando un país o un lugar en un momento del tiempo determinado.
¿Y el financiamiento?
Hace falta más recursos. En ese sentido, el presidente Néstor Kirchner anunció que se pretende destinar el seis por ciento del producto bruto interno para el área educativa. Hay que prestar atención para que los recursos sean distribuidos equitativamente con relación al juego de intereses Provincia – Nación. En el país se aumentó entre los años 90 y 2001 casi un 90 por ciento el presupuesto en el área de educación mediante un esfuerzo de las provincias y un decrecimiento de los aportes nacionales. En esa inversión, el esfuerzo integral lo hicieron las provincias que perdieron en relación con Nación. En ese sentido, toda distribución debe ser equitativa.
¿Esto se incluye en la recomposición salarial a los docentes ?
El Estado Nacional asume el compromiso de compensar lo que ha sufrido, el cuerpo docente en distintas épocas del 80´ al 90´, período en el que se ha deteriorado en un 50 por ciento los salarios. y esto se agudizó con la debacle del 2001. No solamente es justo y oportuno que los estados provinciales colaboren en la distribución del docente social, también para los distintos sectores, para que en esas compensaciones haya una mejor distribución de los ingresos. Materia que le falta un empujoncito, tener en cuenta como se distribuye y se necesita compensar desigualdades. Hay provincias que destinan casi 12 pesos al año por cada alumno y en Misiones no llega a dos mil pesos. Para ello es necesario compensar las desigualdades en la zona del NEA y NOA, porque allí se dan las razones prioritarias y de vulnerabilidad.
¿Eso es lo necesario para seguir a avanzando?
El tema necesita un debate sobre la experiencia de 10 años de vigencia de la Ley Federal de Educación y las políticas educativas, construyendo y ratificando los errores del pasado. En ese sentido, se puede decir que hay tres corrientes: los nostálgicos, que creen que se puede volver al anterior sistema sin dificultad, los pragmáticos, que se la pasan resolviendo temas puntuales, y otros sectores que dicen que los temas educativos se resuelven estructuralmente, conociendo los datos y especificidades de cada provincia.
¿Y qué resta por hacer?
Esto es así; corremos el riesgo, porque en cierta medida no se implementó una reforma adecuada y tampoco fue acompañada de una alternativa válida. Pero los defasajes se pueden superar con programas, con políticas educativas fuertes, garantizando la gobernabilidad en educación que sólo se obtiene generando confianza y luego que esas políticas públicas implementadas sean eficaces.
En una Asamblea del Consejo Federal de Educación, integrado por los ministros argentinos y el ministro de Educación de la Nación, se elaboraron las conclusiones de los 10 años de la reforma. Allí se concluyó que «la puesta en práctica de la nueva normativa mostró en muchos casos errores y deformaciones, como el incumplimiento de las metas presupuestarias. La profunda crisis social y económica del país, junto con políticas fiscales equivocadas, inhibieron la inversión educativa pactada. La duplicación del presupuesto previsto por la misma Ley Federal hubiera permitido aumentar la capacidad de inclusión educativa y mejorar la calidad de su servicio». También se estableció que «no se logró instalar un sistema integrado; la educación argentina aún no pudo superar su larga historia de fragmentación y desarticulación. Reconocer la existencia de esas equivocaciones no excluye recuperar los avances realizados: la ley 24195 tuvo el mérito de organizar el sistema nacional de educación estableciendo claramente los roles de la Nación(…).
