Juan Carlos Da Rosa (42), el hombre acusado de haber asesinado a puñaladas a su mujer Magdalena Isabel Antúnez de Oliveira (30) el domingo por la madrugada en Posadas, fue arrestado ese día por la noche en la localidad de San Martín, cerca de Oberá. Fuentes cercanas al caso confiaron que se entregó. Es más, hasta habría llamado a los suyos para avisarles dónde estaba y decir que llevaran a sus hijos a la casa de distintos parientes.
Los chiquitos que la víctima tenía con el ahora detenido tienen 2,4,6 y 9 años, respectivamente. Todos estaban en la casa cuando se produjo el crimen. El mayor hasta le habría dicho sin vacilar a una vecina que corrió a ver qué pasaba en la casa cuando oyó los gritos: «Mi papá mató a mi mamá».
Ayer en la chacra 246 había mucha consternación. A los Da Rosa los conocían desde hacía tiempo y, si bien éstos solían tener roces de pareja, no vislumbraban un final tan trágico para la relación.
Algunos de los pobladores del asentamiento le contaron a los investigadores policiales que el principal motivo de los entredichos entre Juan Carlos e Isabel eran los celos mutuos. Comentarios como «él siempre fue un hombre bueno» o «ella era una madre excelente» se oyeron de manera casi reiterativa.
Da Rosa se encontraba ayer en dependencias de la Dirección Investigaciones. Precisamente detectives de esa repartición, de la División Homicidios y de la comisaría Sexta fueron hasta la zona Centro de la provincia para capturar al sospechoso, que en las próximas horas será indagado por el juez de Instrucción Eduardo D’Orsaneo.
El sospechoso habría hecho gran parte del escape hacia el interior en bicicleta.
Un hermano de Da Rosa acompañó a éste en el viaje desde San Martín. El supuesto homicida no dijo una palabra acerca del hecho, sólo lloró amargamente en largos tramos del trayecto.
