La administradora del Auditórium se refirió a los espectáculos previstos, a los requisitos para la utilización del espacio y a la actitud del público posadeño.
El Auditórium del Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya, a cargo de Valeria Fernández, busca promocionar el espacio para la realización de eventos culturales de todo género.
La administradora general confesó que a la hora de planificar temporadas vacacionales, se encuentra en una encrucijada por no saber que tipo de espectáculos presentar. Por un lado, el turismo regional y provincial convoca cada vez a más personas ávidas de ver espectáculos típicos de cada lugar. Y por otro lado, el público misionero tiene un gran «prejuicio» cuando se le presentan obras locales. «Para hacer cosas locales hay que organizar una gran movida, hacer una buena apuesta que mantenga el nivel planteado desde un inicio», señaló Fernández. No obstante, dijo que tiene ganas de trabajar con gente de acá, «empezar con música y con teatro que no se hacía. Lo que quiero hacer este año es trabajar con cosas locales para chicos. Ya estamos hablando con la gente de Hugo Midón, un director y actor de obras infantiles, porque queremos hacer algo con él».
Con respecto al público posadeño que asiste a ver los distintos espectáculos de la ciudad, Fernández lo calificó como «un poco complicado, nunca sabés que quiere ver». En este sentido, señaló que en marzo realizarán una encuesta para saber los espectáculos que la gente quiere ver en el Auditorium, «no importa que sea inalcanzable, uno nunca sabe», pronosticó. Sostuvo que el año pasado en teatro trabajaron muy bien y la mayoría de las obras que se trajeron tuvieron doble función. Los espectáculos confirmados son: «Taxi», el próximo 10 de abril, después de su permanencia en cartelera marplatense, y «Los nietos nos miran», de Graciela Dufau, el 2 de mayo.
Los responsables del espectáculo que se desee presentar en el auditórium arregla los cánones con la Administradora General, quien además se encarga de notificarle acerca de los impuestos existentes para cada evento.
Valeria Fernández explicó que el importe de cada espectáculo en particular varía de acuerdo a la convocatoria, al valor de la entrada, en tanto indicó que hay arreglos particulares móviles para cada uno. «Los importes varían mucho, pero no es nada inaccesible. Si comparás con el alquiler de cualquier club de Posadas, es accesible», advirtió.
Respecto a las razones por las que el Instituto Montoya trabaja con obras de Buenos Aires y poco con artistas locales, Valeria Fernández respondió que es una cuestión de números. «Lo que tiene prensa de Buenos Aires nosotros sabemos que funciona, lo que viene de Buenos Aires se consume. Lo que no tiene prensa de Buenos Aires estadísticamente no funciona», lamentó. Explicó que hay un «prejuicio generalizado con el teatrero de acá, y no se acercan al auditórium para ver qué se puede hacer. Con el problema subsidiario que tienen ahora las salas misioneras yo sé que mucha gente va a caer y bienvenido sea», dijo.
Por otro lado, señaló que el tema es que, al depender el Obispado de Posadas, los espectáculos a exhibirse deben tener el visto bueno del religioso que allí representa a la mencionada diócesis. En este sentido, Fernández señaló que trabaja con mucha libertad y que desde que ella está al frente de la administración no hubo negativas a propuestas artísticas.
