Sin embargo, el número de causas sólo se incrementó en un cinco por ciento. No habrán nuevos recursos para las fiscalías. [su_note note_color=»#cdcdcd»]Durante el 2003, por citar solo un ejemplo, la fiscalía de Instrucción N° 2 requirió la elevación a juicio de 101 causas. El año pasado ese número se elevó a 245. [/su_note]Los juzgados de Instrucción durante el año pasado duplicaron el número de causas que fueron elevadas a juicio a comparación con el 2003. El dato se desprende de las estadísticas que se manejan desde la Procuración General de Justicia.
Si bien las estadísticas definitivas de 2004 aún no están terminadas, los primeros resultados arrojan datos asombrosos. A pesar que el número de las denuncias recibidas en las fiscalías del fuero de Instrucción no se incrementaron más de un cinco por ciento, los requerimientos de elevación a juicio se duplicaron. Durante el 2003, por citar solo un ejemplo, la fiscalía de Instrucción N° 2 requirió la elevación a juicio de 101 causas. El año pasado ese número se elevó a 245.
Unas 1.800 causas ingresan por turno a cada uno de los juzgados de Instrucción de la primer Circunscripción judicial con asiento en la ciudad de Posadas. Cada juzgado tiene cuatro turnos por año.
Más causas igual personal
Entre 2001 y 2002 se iniciaron en los juzgados de Instrucción de la capital provincial unas 40.000 causas, cifra que levemente creció durante el periodo 2003 – 2004. Hay que tener en cuenta que al menos el 35 por ciento de los nuevos expedientes entran en la categoría de los denominados «NN», se trata de causas por hechos no resueltos como robos que tienen un demandante pero no un denunciado.
Durante el 2004 una de las 3 fiscalías de Instrucción de Posadas dictó 1.899 dictámenes, es decir algo así como el 30 por ciento de las causas, por las que estimativamente pasan por año en un juzgado del fuero penal.
Los números dejan a las claras la actual saturación de los juzgados. Si la Justicia cumpliera con la actual demanda en un tiempo relativamente corto (como reclama la sociedad), y haciendo un esfuerzo produjeran más veredictos, los resultados podrían ser tremendos: probablemente habría errores inadmisibles y por lo tanto los reclamos de la ciudadanía crecerían.
A ningún juez se le ocurriría, audiencias por medio, dictar más de tres veredictos por día. Sin embargo, en la justicia misionera es moneda diaria.
Fiscalías sin recursos
El presupuesto aprobado por la Cámara de Representantes para el Poder Judicial no contempla una partida para readecuar el actual funcionamiento de las fiscalías para la instauración del denominado «sistema acusatorio».
Entre las modificaciones del Código Procesal Penal (CPP), que se impulsan desde la Legislatura, el principal cambio que se avecina para este año radica en la instauración del sistema acusatorio, donde los jueces de Instrucción pasan a ser de Garantías, y la investigación de las causas pasan a estar en manos de los fiscales. Pero para poder implementar este cambio habría que dotar de mayor infraestructura a las fiscalías, cosa que no está contemplada en el Presupuesto 2005.
Los Tribunales como cuello de botella
Sin dudas, la creación de más juzgados aceleraría enormemente la administración de la justicia.
Esta agilización beneficiaría principalmente la etapa de instrucción, que es la más engorrosa de cualquier causa, pero a su vez perjudicaría a la instancia superior que pasa por un Tribunal Penal.
En la ciudad de Posadas, por donde pasan alrededor del 51% de las causas penales de toda la provincia, hay sólo dos tribunales penales. Cada uno cumple una doble función: por un lado la de Tribunal de Sentencia y por otro lado el de Cámara de Apelaciones. Cada Tribunal Penal dicta sentencia de al menos un 40% de las causas que pasan por año por un juzgado.
Los porcentajes que maneja el Procuradoría parecen ser aún más bajos. El porcentaje de causas que van a juicio oral «es bajísimo, no supera el 10 por ciento… no hay un debate por semana en cada uno de los Tribunales Penales».
Crear más juzgados de Instrucción sin la creación de más tribunales, sería como ponerle un desgastado parche a la cuestión.
