El primer matrimonio gay ahora quiere adoptar un hijo

El misionero Marcelo Suntehim y el uruguayo César Cigliuttim presentarán al Congreso el Proyecto de Unión Civil Nacional que inluye la adopción y herencia para todas las parejas independientemente del sexo.

Juntos en Brasil. El matrimonio gay veraneó en Río.

Juntos en Brasil. El matrimonio gay veraneó en Río.

Después de formar la primera pareja gay casada de Latinoamérica, ahora el misionero Marcelo Suntehim(36) y el uruguayo César Cigliuttim (47) quieren adoptar un hijo y para ello presentarán ante el Congreso el Proyecto de Unión Civil Nacional.

Si bien su enlace legal se concretó en julio de 2003, están en pareja desde hace seis años. De acuerdo a la Ley de Unión Civil en la ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Estado porteño le reconoce a las parejas homosexuales iguales derechos (salvo la adopción y herencia) que a una pareja heterosexual unida en matrimonio civil.

Marcelo y César fueron noticia mundial dos años atrás, ambos integran la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) siendo Cigliuttim quien la preside. Desde esta ONG elevarán el proyecto que fue redactado por la jueza de Familia Graciela Medina, la misma autora del anterior que está en vigencia en la ciudad de Buenos Aires y permitió la primera unión civil entre personas del mismo sexo en América Latina.

El documento que será presentado en el transcurso de este mes contempla los derechos relacionados con la familia, como la herencia y la habilitación para adoptar niños. «Cuando nos unimos nos dimos cuenta que podríamos adoptar un hijo, que nuestros sueños se podían materializar a partir de nuestra unión civil. Actualmente no hay forma de que adoptemos un hijo, pero también quince años atrás era impensable que una pareja homosexual esté unida civilmente», reflexionó Marcelo, dejando entrever que no reconocen imposibles. «Hay muchos gays que han adoptado como solteros y nadie ha dicho nada», aseveró. Es que prima -continuó- la consigna: «mientras no se sepa, está todo bien, liderada por la hipocresía de la iglesia vaticana».

«En Argentina, la Ley no me permite adoptar un niño por estar en pareja homosexual pero sí se lo permite a un homosexual soltero y así lo vinimos haciendo hasta ahora, adoptamos niños con el estado civil soltero aunque estemos en pareja», reconoció.


Unión civil


Luego de la ceremonia del año, más de 300 parejas siguieron los pasos de quienes ganaron una batalla contra la intolerancia: al menos el 70 % de las uniones fueron homosexuales.
La unión civil permite a los «unientes» -y no «contrayentes» como se denomina a quienes celebran matrimonio- gozar del derecho de incorporar a la pareja a la obra social, recibir una pensión, solicitar vacaciones en el mismo período, pedir créditos bancarios conjuntos y obtener licencias en caso de enfermedad del concubino.
Los únicos requisitos que se exigen son dos años de convivencia bajo un mismo techo en la ciudad y al menos un testigo por cada «uniente» que acredite que no existen impedimentos para que se celebre la unión.


Lejos de casa


¿Sentís que perdiste tu familia, tus afectos en Misiones? «Ellos saben que soy gay, cuando cumplí 30 años les conté mi orientaciónsexual y al fin y al cabo lo entendieron y aceptaron. Mi felicidad pasa por ser quien soy y vivir a mi manera sin importar lo que digan», sostuvo Marcelo Suntheim.
Nació en Oberá pero desde sus 18 años vive en Buenos Aires. Según sus conocidos es tímido y de joven lo recuerdan como excelente alumno y compañero.


Marco legal


Tras años de encolerizados debates, el 13 de diciembre de 2002 la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires incorporó la figura legal de la unión civil: un triunfo sobre la intolerancia para la comunidad homosexual, una aberración para los grupos religiosos.
Buenos Aires se convirtió así en la primera ciudad latinoamericana donde se da un reconocimiento legal a las uniones homosexuales. La norma permite a una pareja obtener derechos, como la pensión, siempre que alguno haya trabajado para el Estado porteño.
La norma, ideada por la jueza Graciela Medina y propulsada con gran eficacia y determinación por la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), es histórica: marca el derrumbe de la barrera cultural contra la unión de personas del mismo sexo y el final de la hegemonía de la Ley de Matrimonio Civil como único instrumento legal de la unión entre personas que tiene reconocimiento del Estado.
De este modo, también dentro de las facultades que les competen las Provincias de Río Negro, Córdoba, Mendoza y Buenos Aires están considerando leyes de unión civil. Ahora la CHA se prepara para un nuevo debate moral pero en el Congreso para el cual ya cuentan con el respaldo de un frente científico. Esperando un levantamiento de los sectores religiosos, autores de Psicoanálisis elaboraron un libro denominado: «Adopción la caída del prejuicio».

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