Se trata de Mario «Neneco» González. Tiene pedido de captura por casos de estafas reiteradas y por su supuesta participación en el crimen del remisero Arlindo José Hartmann, ultimado a puñaladas en Itapúa, Paraguay, a fines del año pasado [su_note note_color=»#cdcdcd»]También atraparon a su mujer; ambos se encontraban cerca de un yerbal[/su_note]Un nutrido grupo de policías, integrado por efectivos de la comisaría de Garuhapé y del Comando Radioeléctrico y de la División Toxicomanía de la Unidad Regional IV de Puerto Rico, detuvo el viernes por la tarde a uno de los hombres más buscados de Misiones.
Mario Gerardo «Neneco» González fue arrestado en un campo de colonia Luján alrededor de las 15.30. Él tenía pedido de captura por un tendal de estafas y por su presunta relación con el asesinato del remisero Arlindo José Hartmann, a quien ultimaron a cuchillazos a fines del año pasado en el interior del departamento de Itapúa, Paraguay.
Fuentes policiales informaron que el archibuscado sospechoso fue rodeado por los policías en el lote 93. Estaba cerca de un yebal cuando el racimo de uniformados le cayó encima y lo detuvo. Ademas, capturaron a su pareja, Estela Valdez (32), quien también tendría vinculación con el homicidio del trabajador del volante.
Los informantes detallaron que Neneco, que tiene entre 35 y 40 años, habría participado en al menos ocho hechos de defraudaciones y que serían más que conocidos sus aceitados contactos con oscuros personajes de la frontera argentino-paraguaya.
Pero el caso en el que estaría más comprometido es en el del crimen de Hartmann. El trabajador del volante tenía 60 años y vivía en el paraje Línea León, cerca de Puerto Rico. El 31 de diciembre del 2004, un matrimonio con sus hijos lo contrató para hacer un viaje al interior del Itapúa (puntualmente a Colonias Unidas). Nunca regresó.
Ese mismo día, según la principal versión, el chofer fue asesinado en suelo paraguayo de dos puñaladas, uno en el cuello y el otro en el estómago. Su cadáver apareció en la zona de Bella Vista. Del auto, un Peugeot 206, hasta ahora no se sabe nada.
Neneco González y su mujer habrían sido los que contrataron los servicios del remisero. Se sospecha que sabían que del otro lado del río Paraná al conductor lo esperaba la muerte. La pareja habría actuado en complicidad con los asesinos, que habrían ultimado a Hartmann para robarle el coche.
