Por lo mismo, un escándalo en Buenos Aires

En la provincia de Buenos Aires se desató un escándalo al conocerse el aumento que se otorgaron los diputados en la sanción de la ley de Presupuesto de este año. Cada legislador le saldrá a los bonaerenses más de un millón de pesos, casi lo mismo que le cuesta cada representante en la Cámara a los misioneros.
Sin embargo, en la provincia, más allá de las quejas del Gobierno -idénticas a la de Felipe Solá porque los duhaldistas le quitaron manejos presupuestarios- no hubo demasiadas reacciones por los nueve millones de pesos más que se otorgaron los legisladores misioneros.
El presupuesto de la Cámara de Diputados de Misiones era hasta el año pasado de casi 30 millones, pero este año subió a 39 millones, por lo que cada banca representa un gasto anual de 1,1 millones de pesos que deben pagar los misioneros.
La Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires aprobó así un presupuesto de 151 millones de pesos para su funcionamiento, en 2005. Esto significa que cada uno de los 92 diputados le costará al Estado provincial 1,6 millones de pesos por año.
El gasto votado por ley representa una suba de 34 millones de pesos, equivalente a un 29 por ciento, respecto del presupuesto de 117 millones del año último. Pero esto no es todo: la Cámara baja aprobó, además, la contratación de 195 nuevos funcionarios, con lo que la planta de personal alcanzará a 855 empleados para 92 diputados.
En Misiones, para 35 diputados, se aprobó el ingreso de unos 100 empleados nuevos, por lo que la Legislatura tendrá 1.051 empleados en total.
En el plantel legislativo hay 35 diputados, cuatro funcionarios «políticos», 103 con autoridad funcional; 625 sin autoridad funcional y 20 a clasificar.
En tanto, en el personal temporario se encuentran diez asesores de presidencia, un secretario privado de la presidencia; seis secretarios de bloque; tres prosecretarios de bloque; 19 asesores de bloque; 165 empleados sin autoridad funcional y 60 «a clasificar».
En Buenos Aires, la ley se sancionó a libro cerrado, según «reconocieron» algunos diputados que se mostraron «arrepentidos» de haber levantado la mano y aseguraron que no conocían los números definitivos. En Misiones, en cambio el voto fue a mano alzada por parte de los diputados de la oposición, que un par de años antes, en la campaña, prometían bajar los gastos legislativos para volcarlos a la producción. Hicieron lo contrario.

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