Con mucho desgaste físico, gran actitud y un buen primer tiempo, Candelaria le ganó ayer en Villa Sarita a Luján de Cuyo por 1-0, en la primera final de la zona Reválida. Unas seis mil personas alentaron al equipo. El gol lo anotó Sanchez Ocaña en el primer tiempo. Para la revancha del martes pueden volver cuatro hombres clave.
Los rostros de la gente esta vez fueron distintos a la salida del estadio de Villa Sarita. Bajo la tenue llovizna, más de seis mil almas se quedaron cantando el «Dale Candé, dale Candé» o el «Dale Campeón, dale Campeón». Porque quizás, después de tantos empates en condición de local, con el sufrido pero valioso triunfo sobre Luján de Cuyo, al fin pudieron desahogarse y vivar a los jugadores por su entrega y su actitud.
Además, si bien los mendocinos demostraron ser un equipo que juega bien, el buen nivel y los grandes resultados que ha sacado el equipo en condición de visitante, hacen ilusionar a todos con la conquista de esta zona Reválida.
Es muy meritoria la victoria que obtuvo ayer Candelaria, porque le ganó a un equipo complicado y porque se repuso a la ausencia de seis jugadores clave y también al tremendo desgaste que significa viajar por el país, todas las semanas. Pero ahora ya volverán gladiadores como Giovenale y Pomba, por eso las chances de aguantar bien en la revancha aumentan.
Dentro de un desarrollo parejo, como suelen tener todas estas finales, Candelaria ganó bien, con lo justo, pero sólo por lo hecho en el primer tiempo, cuando fue claramente superior, hizo el gol, creó otras cinco jugadas de gol y además tuvo el mérito de intentar jugar siempre por abajo, buscando abrir la cancha.
Y en ese sentido fue muy bueno el trabajo de Marcelo Long como enganche, el gran despliegue de Richard Núñez y José De Filippi y las apariciones por sorpresa de Fernando Rojas, quien otra vez se corrió toda la cancha y solamente le faltó el gol para coronar su juego.
También es cierto que el árbitro Carlos Zalazar inclinó la cancha, no amonestó a dos jugadores de Candelaria por infracciones fuertes y ya expulsó a Paratore en el primer tiempo por un golpe al Chino Díaz.
Luján de Cuyo en cambio pagó caro su actitud muy timorata del primer tiempo, donde dejó jugar a Candelaria y se mostró inseguro. Después, con uno menos, mejoró en el segundo tiempo, pero no le bastó para complicar a una defensa improvisada de Candé, que pese a todo, cumplió con creces.
Manolo, oportunista
No había pasado mucho frente a los arcos hasta el minuto 27, salvo un par de intentos de afuera de José De Filippi. Hasta que Dardo Romero sufrió una infracción a diez metros del área y él mismo se encargó de tomar el balón. Le pegó fuerte y rasante el zurdo que volvía ayer, el arquero Luna dio rebote y Manolo Sánchez Ocaña -ni lerdo ni perezoso, como decía José María Muñoz- la empujó al gol.
La conquista tranquilizó a Candé, que empezó a manejar la pelota con claridad y profundidad, mientras que los mendocinos se pusieron nerviosos, como el técnico Marcelo Fuentes, quien fue expulsado por protestar. Igual suerte corrió el atacante Javier Paratore, que vio la roja a los 35 por un patadón de atrás a José Díaz.
Era el mejor momento de Candelaria, que hacía correr la pelota con velocidad y precisión, algo muy difícil de conseguir. Así tuvo tres claritas para aumentar: un remate de Manolo, un cabezazo de Fernando Rojas tras centro de Dardo Romero y un remate que rozó el palo de Marcelo Long, tras una gran jugada de Sánchez Ocaña.
Luján de Cuyo apenas intentó un par de veces con sendos remates del centrodelantero Pedrol, que no tuvo dramas en contener Germán Caffa.
Mejoró la visita
Si cuando estaban 11 contra 11 Candelaria había sido muy superior, la cosa cambió y Luján de Cuyo, con uno menos fue al frente y mostró que tiene jugadores de buen manejo y un nueve peligroso, que por suerte no pudo anotar las tres claritas que tuvo.
Se apagó Candé en la parte final, quizás como producto del trajín y el cansancio por los viajes.
Runke apostó al ingreso de Paco Iturbe por un punta -Hugo Benítez- y el cambio no le dio frutos porque el ex Huracán está lejos de su nivel y como Long se fue a jugar arriba, el equipo perdió manejo y precisión.
Las más claras fueron para los mendocinos, en los pies de Pedrol, mientras que Candelaria apenas tuvo un par intentos altos y forzados de Iturbe, Long y Sánchez Ocaña.
Pero la imagen final no opaca el triunfo de Candé, que ganó la primera final pese a la ausencia de seis hombres clave y ahora va por otro golpe de visitante, como ya nos tiene acostumbrado.
Sanchez Ocaña, el hombre del partido
Si Candelaria tiene una virtud es la de sacar siempre un as de la manga. Como ayer no estaba Carlos Vicente por la suspensión, el abanderado de la mayoría de los ataques fue el obereño Manolo Sánchez Ocaña, quien además de hacer el gol del triunfo, fue una pesadilla para toda la defensa mendocina.
En un vestuario invadido por la alegría, el delantero señaló que «ojalá que este gol sirva para ganar el título, estoy muy contento en lo personal y más que nada por todo el grupo, ya que se consiguió el triunfo acá, para estar tranquilos, tener un par de días de descanso y después sí planificar ya la revancha».
Manolo destacó que «el primer tiempo nuestro fue muy bueno, porque manejamos bien la pelota y creamos varias situaciones, pero no tuvimos suerte para definir, pero ojalá que esa suerte la tengamos allá en la revancha».
El obereño reconoció que «en el segundo tiempo nos quedamos porque sentimos el cansancio, porque hay que recordar que estamos jugando dos partidos por semana y además hay muchos chicos que no están en ritmo, yo mismo terminé muy cansado hoy. Lo único que lamentamos es que no supimos aprovechar el hombre de más que tuvimos, pero bueno, también hay que reconocer que ellos tienen un equipo que juega bien, lo demostraron en el segundo tiempo. Los delanteros se mueven bien, por eso hay que tomar muchos recaudos allá».
De cara a la revancha del próximo martes, Sánchez Ocaña comentó que «esta ventaja que logramos es importante para el partido allá. Siempre es mejor ganar, aunque sea por la mínima diferencia, que empatar como en las series anteriores. Pero el grupo está tranquilo, confiado y como Candé de visitante siempre anduvo bien, lo demostró en todos estos partidos y ahora con la vuelta de Giovenale y Pomba y otros muchachos, seguramente el equipo va a estar más sólido aún».
El avión está lejos
El presidente de Candelaria, Miguel Ayala, le solicitó el lunes 16 pasajes en avión tanto al Poder Ejecutivo como al Legislativo, pero hasta ayer no había ninguna respuesta al pedido.
Si hasta el sábado no existieran novedades, la dirigencia tiene decidido partir en micro hacia Mendoza el domingo a las 9 de la mañana, para hacer un viaje de 27 horas.
Regresan cuatro
Para el encuentro revancha, que se jugará el martes próximo a las 17.30 en Mendoza, están en condiciones de reaparecer cuatro jugadores en Candelaria: Silvio Giovenale y Diego Kosachek, quienes ayer cumplieron la fecha de sanción por haber llegado a la quinta amarilla, además de Federico Pomba y Guido Mendoza, quienes ya purgaron las tres jornadas de sanción por la expulsión ante Brown de Madryn. Los que aún deben una fecha son Carlos Vicente y Alejandro Chapay, quienes quedarán «limpios» para el Clasura, cuyo inicio está previsto para el 16 de enero venidero.
Fuentes, un técnico caliente
La bronca y la desazón brotaban en el vestuario de Luján de Cuyo, debido a la derrota. Pero el más caliente era el técnico, Marcelo Fuentes, quien fue expulsado a la media hora de juego y acusó al árbitro por la derrota de ayer.
«En el segundo tiempo estábamos con un jugador menos y creamos tres situaciones claritas contra ninguna de ellos, eso significa que tranquilamente podíamos haber ganado. Así que aún en estos momentos, estando en caliente, se puede hacer un análisis positivo de nuestra actuación acá en Posadas», fue lo primero que dijo un enojado entrenador.
De inmediato opinó que «el árbitro fue muy flojo, date una idea de que en mi carrera, a los 44 años, nunca me expulsaron y este tipo me expulsa en el primer. Fue un desastre, porque desde un primer momento nos cobró en contra y además nos expulsó un hombre injustamente».
Fuentes fue tajante al decir que «este partido lo tendríamos que haber ganado, porque en el segundo tiempo con diez fuimos muy superior, y en el primer tiempo, el árbitro no nos dejó pasar la mitad de cancha, cobraba todo en contra». Negó que al equipo le haya faltado actitud y aseguró que en «la revancha lo damos vuelta porque somos superiores».
Básquetbol
Oberá Tennis Club, dueño de la Liga Provincial
El martes por la noche, en el Complejo Polideportivo de Oberá, estadio Finito Gehrmann, Oberá Tennis Club venció por segunda vez al Siglo XXI de Puerto Rico, consagrándose Campeón de la Liga Provincial de Básquetbol.
Con una excelente respuesta del público, un estadio lleno, cerca de 1000 personas, el equipo dirigido por Miguel Zandomeni se consagra campeón. Fue el primer campeonato de la Liga del ex alero de Luz y Fuerza en la Liga Nacional.
En la noche de ayer, el Oberá Tenis Club se consagró campeón de la Liga Provincial de Básquetbol al derrotar nuevamente a Siglo XXI, por 103 a 86, al que ya había superado en el primer cotejo como visitante por 84-70.
La proyección
El primer cuarto fue 28 a 15 favorable al OTC, el segundo cuarto, 38 a 19 para el local; el tercero, 23 a 18 para Siglo XXI, mientras que el cuarto también fue favorable a Siglo XXI por 24-14.
La victoria de OTC fue clara y en momento dado llegó a tener una ventaja de más de 20 puntos: 66-34.
Los mayores encestadores del OTC fueron Gabriel Paredes 25 puntos (marcó 4 triples); Daniel Pizutti anotó 9 puntos Javier Sánchez marcó 22 puntos, con 5 triples; Damian Kallus convirtió 12 puntos, Marcelo Hoet 11 puntos (se fue expulsado del partido), Sebastián Macías ocho puntos, un triple; Gustavo Lindstrom 6 , José María Seibold 5 puntos y Adrián Almeida 4.
Durante los últimos segundos del partido, Miguel Zandomeni puso a una de las promesas del OTC, Nicolás Obermann, un chico de tan solo 13 años que se mostró un poco nervioso pero dejó ver sus excelentes condiciones.
