El equipo misionero volvió a exhibir todo su coraje y su personalidad para vencer ayer por 4-2 a Brown de Madryn y pasó a las semfinales de la zona Reválida. El juego terminó antes porque la visita se quedó con 6.
Si algo le faltaba a este equipo de Candelaria para ganarse a la gente, ayer terminó de lograrlo. Porque se repuso de una semana tremenda, con casi siete días de viaje, prácticamente sin descanso y con una enorme entrega, mucha personalidad y pasajes de buen juego, terminó por meterse al público en los bolsillos, que terminó gritando «Misiones, Misiones», al unísono.Y parece que Candelaria no puede tener un partido tranquilo, ni siquiera puede festejar en paz. Porque cuando dio vuelta el resultado con mucha garra, amor propio y personalidad, llegaron los incidentes del final que empañaron un poco la conquista y que dejaron al equipo con tres hombres menos para el crucial partido del miércoles.El equipo conducido por Rubén Runke se metió entre los cinco mejores equipos del torneo Argentino B y está bien. Porque supo sacar pecho en las difíciles, se bancó los incidentes en Puerto Madryn, la suspensión e incluso un fallo en contra para ganarlo de guapo, pero también con inteligencia, y con el aliento incondicional de más de seis mil almas que estuvieron en Villa Sarita.subtitulo/Al fin una ayudita/subtitulo Candelaria fue claramente ganador del partido de ayer, y aún con errores, con apresuramientos, con imprecisiones y con algunas fallas en el fondo, fue claramente a un equipo de Brown que sólo intento algo en la etapa inicial, pero que en el segundo solamente trató de cuidar el resultado y el lo terminó pagando caro. Y como muestra basta un botón: en el complemento el conjunto misionero creó ocho situaciones netas de gol, contra ninguna sola de la visita.Pero también hay que recalcar que ayer Candelaria contó con la complicidad del árbitro chaqueño Raúl Cardozo, quien le dio tres penales, el último inexistente cuando el equipo más lo necesitaba y el partido iba 2-2 (un supuesto agarrón a Guido Mendoza, cuando todos se tomaban). Por eso se entiende el consuelo y la bronca de la gente de Madryn en el césped de Villa Sarita.Conocido el fallo del viernes, con el 2-1 para Brown, a Candelaria no le quedaba otra que salir a ganar y con esa premisa salió el equipo a la cancha: con mucha concentración, determinación y profundidad. Así, en la primera jugada a fondo, a los tres minutos, Guido Mendoza habilitó de taco a Carlos Vicente en el área y cuando se aprestaba a rematar, lo tomó Nasta y Cardozo cobró el penal, que Dardo tradujo en gol con remate alto, a la derecha del uno.Pero Brown mostró que es un equipo que, cuando se lo propone, puede jugar bien al fútbol y así a los ocho llegó la primera estocada a fondo: se juntaron Marangoni y Barrionuevo por izquierda y cuando amagó entrando al área, lo tocó abajo Chapay y claro penal. Giamarchi, al igual que en el juego de ida puso el 1-1 con disparo cruzado.Quedaba claro que la tarde no iba a ser tranquila para Candelaria, que seguía yendo al frente, con ambición y contundencia, pese a que Iturbe -el enganche- no aparecía.Por eso no sorprendió que a los 19, tras el corner que ejecutó Chapay desde la izquierda, rechazó la defensa visitante y Vicente, pegándole de zurda de afuera del área, la metió abajo para sellar el 2-1.Como el partido estaba abierto y ninguno especulaba, el público misionero no estaba tranquilo, porque intuía que algo iba a pasar. Y ocurrió a los 41, cuando Rodrigo Marangoni fabricó una falta en la medialuna del área y después, con impecable precisión, puso el 2-2 de tiro libre y baldazo de agua fría.Sin embargo, dos minutos después, Vicente se juntó con Iturbe, quien entró al área y fue tomado por Ceferino Díaz. Nuevo penal, que esta vez lo mando desviado Dardo Romero, al mismo palo, pero afuera.En la parte final, con el golpe anímico que significó errar el penal sobre la hora, Candelaria salió a hacer el gasto. Y pese a las imprecisiones, tuvo la virtud de nunca desesperarse y buscar por todas las vías.Parecía que se complicaba con la expulsión de Dardo Romero a los tres por dejarle la pierna a un rival, pero el chaqueño Cardozo mostró su mediocridad, al compensar a los cinco, con la roja para Tofaletti por manotazo a Kosachek.Fue Candelaria, por arriba y por abajo, ante un rival muy metido atrás que ni siquiera sacaba alguna buena contra como para ganar el partido. Se lo perdieron Vicente, Guido Mendoza y Pomba, hasta que a los 28, Cardozo vio un agarrón sobre Guido Mendoza, y nuevo penal. Esta vez Silvio Giovenale tomó la posta y metió el 3-2, a la derecha del uno. Después, Candé se serenó, hizo circular la pelota ante un Brown que ya no tenía respuestas físicas ni anímicas y así a los 36, tras una buena jugada personal, con remate de afuera del área, puso el 4-2. La pelota dio en el poste y se metió para desatar la locura. Lástima que los incidentes opacaron un poco el triunfo.subtitulo/Los festejos/subtitulo Los jugadores de Candelaria se quedaron varios minutos en la cancha, después del final, ofrendando la victoria a su gente. Y no era para menos, después de una semana entera de viajes y cansancio, lograron su objetivo, de meterse en las semifinales.Richard Núñez, el carrilero por derecha, hizo un buen partido, porque aparte de su despliegue en la marca, llegó al área rival y estrelló un remate en el travesaño. Núñez comentó que «mostramos las ganas y la garra que tiene este equipo de Candelaria, que no se entrega nunca. Por suerte tuvimos serenidad en los momentos difíciles, nunca nos desesperamos y así pudimos clasificarnos».De los incidentes, el volante opinó que «ellos, como por ahí tienen más experiencia quisieron pasarnos por arriba, pero no fue así. Nosotros mostramos que somos un equipo con personalidad y que además jugamos al fútbol y tenemos variantes ofensivas, mientras que ellos, sólo se defendieron».Del arbitraje del chaqueño Cardozo, Núñez comentó que «cobró parejo y mal para los dos lados, porque dio penales para los dos lados y en el segundo gol de ellos no hubo falta. Pero me parece que no incidió en el resultado del partido».
