Hacia un modelo impositivo que aumente la recaudación y baje la presión fiscal en Argentina

El economista propone bajar la evasión a través de incentivos a los buenos contribuyentes y controles más estrictos a los evasores. La iniciativa pretende bajar la rentabilidad y aumentar el riesgo de la evasión. Asegura que con niveles de evasión similares a los de Chile se puede aumentar 3.700 millones de pesos en 2005.

En su último paso por Posadas, el economista cordobés Nadín Argañaraz, investigador jefe del IERAL planteó la necesidad de combatir la evasión para obtener recursos adicionales que a su vez permitan al fisco nacional bajar la presión impositiva, que – según el investigador – es una de las más altas del mundo.

Argañaraz participó del aniversario de la sede NEA del instituto dependiente de la Fundación Mediterránea llevado a cabo recientemente en Posadas y, en diálogo con Misiones On Line, esbozó una propuesta tendiente a mejorar la recaudación fiscal y bajar la presión impositiva al mismo tiempo.

El planteo principal del economista pasa por optimizar la relación entre presión fiscal y recaudación tributaria bajando los altos niveles de evasión que persisten en Argentina. Para ello propone la instrumentación de mayores incentivos para quienes paguen en término sus impuestos, el técnico consideró que de esa manera bajará la rentabilidad de la evasión y se desalentará la morosidad.

«Cuando se evalúa un proyecto de inversión, suele tomarse la decisión final en función de la comparación entre los beneficios y los costos esperados. La lucha contra la evasión impositiva, vista desde el Fisco, podría plantearse en términos similares. Combatir la evasión tiene costos, los costos de incentivar una mayor conciencia tributaria en los contribuyentes y un marco normativo más racional que incluya mayores incentivos para los buenos pagadores, además de aumentar el grado de percepción en los contribuyentes de que serán: detectados en el caso de que evadan, sancionados cuando hayan sido detectados y de que efectivamente se cumplirán las sanciones cuando estas hayan sido aplicadas. Todo esto implica una inversión por parte del Fisco, en pos de lograr un incremento en los recursos fiscales que financian al Estado», explicó Argañaraz.

Competencia desleal
El investigador indicó que una serie de medidas tendientes a premiar a los buenos contribuyentes serviría además para reducir la competencia desleal que existe entre estos y los evasores.

Respecto a la mecánica para implementar los incentivos, explicó que los pagos a impuestos que son más «fáciles» de evadir deberían tomarse como pago a cuenta de los impuestos que resultan más difíciles de evadir que usualmente son considerados distorsivos.

«Los contribuyentes incumplidores, aun cuando puedan evadir los impuestos que se liquidan por declaración jurada, de todos modos son generalmente alcanzados por aquellos impuestos que actúan como retenciones en determinadas transacciones, por caso cuando se utilizan cheques como medios de pago (impuesto al cheque). Ante esta situación, aun cuando distorsivos, algunos de los impuestos antes mencionados suelen hacer más equitativo el sistema tributario. Por lo tanto, inicialmente una alternativa a la eliminación de dichos impuestos puede ser tomarlos como pagos a cuenta de otros, como IVA y Ganancias. Una decisión de ese tipo le bajaría la presión legal a los contribuyentes cumplidores, pero poco o nada a los inicialmente evasores», explicó el investicgador.

Si la mecánica funciona como pretende Argañaraz, los premios a los buenos contribuyentes acortarían la brecha de rentabilidad que beneficia a los evasores, circunstancia que disminuiría la competencia desleal; pero si además se agrega un mayor control con penas más duras, aumentarían los riesgos de evadir. Entonces, ante un escenario de menor rentabilidad y mayor riesgo, la evasión dejaría de ser una opción atractiva para los empresarios y se lograría la meta de aumentar la recaudación y bajar la presión impositiva (por los incentivos).

Mirando a Chile
El economista estimó que, con una receta similar a esta, en el mediano plazo Argentina estaría en condiciones de alcanzar las tasas de evasión de Chile cuyas tasas de evasión muestran los siguientes valores: 20% en IVA (promedio 1995-1997), 47% en Ganancias (1997) y 24% en aportes y contribuciones a la seguridad social (1999).

En la actualidad, de acuerdo a un estudio realizado en el Ieral, en 2003 las tasas de evasión en Argentina habrían sido del 48% en IVA, 42% en seguridad social y algo más del 60% en Ganancias. Si bien se cuenta con datos preliminares, esos valores podrían haberse transformado en el año 2004 en tasas del 40% en IVA, 38% en seguridad social y 54% en Ganancias. «Una mejora notoria, pero todavía lejos de Chile», consideró.

«Así, en la Argentina, el proyecto de inversión combate a la evasión podría plantearse con el objetivo –exigente, sin dudas– de alcanzar las tasas de evasión de Chile al cabo de cinco años, comenzando en el 2005, con reducciones anuales proporcionales iguales en las tasas de incumplimiento de los tres impuestos. Dado que en el Presupuesto 2005 se incorporó una elasticidad recaudación global/crecimiento del PIB cercana a la unidad, lo cual supondría avances muy conservadores en la lucha antievasión, de lograrse los resultados antes expuestos se contaría con $ 3.700 millones adicionales a los presupuestados en el 2005, con $ 8.200 millones en 2006, hasta alcanzar $ 24.300 millones extras en el 2009», evaluó.

El investigador estimó además que los recursos adicionales acumulados en los próximos cinco años, fruto de la lucha antievasión, significarían $ 47.500 millones en valor presente, el equivalente a prácticamente la mitad de los recursos del Estado nacional en el actual año 2004.

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