Reconocen centro clandestino de la dictadura

[su_note note_color=»#cdcdcd»]El año que viene se reanudarán las sesiones testimoniales, con el objetivo de establecer fehacientemente los autores intelectuales y materiales del asesinato y la desaparición del ingeniero Alfredo González. [/su_note]»Sólo alguien que estuvo ahí puede saber lo que es el grito de una persona que está siendo torturada», afirmó el docente de Leandro N. Alem, Héctor Montejano, en la última ronda de testimonios del Juicio por la Verdad que se investiga en el Juzgado Federal de Posadas el secuestro y la desaparición del ingeniero químico Alfredo González, ex docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Misiones (UNAM), durante la represión ilegal de la dictadura militar.Si bien el testimonio del docente de Alem, quien fue detenido y torturado en 1978, no aportó mayores datos sobre la suerte corrida por el académico de la UNAM, posibilitó conocer detalles del lugar hasta ahora no identificado donde pudo haber estado Alfredo Gónzález, un Centro Clandestino de Detención conocido como «la casita de los mártires», en las inmediaciones del arroyo homónimo y cercano al aeropuerto posadeño.Varios de los testigos que pasaron por la Cámara Federal de Apelaciones de Posadas en el marco de la causa abierta a pedido de la hermana del ingeniero desaparecido, María Amelia González, coincidieron en que el primer sitio donde estuvieron alojados luego de ser secuestrados por los grupos de tareas policiales, del Ejército y la Gendarmería Nacional que operaban en Misiones, estaba ubicado cerca de un arroyo y del aeropuerto, porque era común escuchar el despegue y aterrizaje de aviones.Según Montejano, «la casita de los mártires» existió realmente y constaba de dos habitaciones y una letrina.El ex detenido señaló que pudo echar un vistazo al lugar en una ocasión en que le quitaron la venda de los ojos para que guiara a sus compañeros de infortunio hacia la letrina. En esa oportunidad, casi única, Montejano pudo ver una placa que decía: «Destacamento Policial Mártires».El testigo informó a la jueza Analía Cáceres que compartió su detención en ese lugar con otras 8 personas, entre las que figuraba Rafael Domínguez, un comerciante de Alem con muy mala reputación en esa ciudad. Domínguez ya fue citado anteayer por otro de los testigos que participó de las actuaciones del juicio este año, un ex detenido de Alem que vive actualmente en Asunción, Paraguay, y que también estuvo alojado en «la casita de los mártires» durante unas dos semanas, donde fue brutalmente torturado con picana eléctrica y con golpes de toallas mojadas en la espalda.La ronda de testimonios de ayer fue la última del 2004. El año que viene se reanudarán las sesiones testimoniales, con el objetivo de establecer fehacientemente los autores intelectuales y materiales del asesinato y la desaparición del ingeniero Alfredo González.No se descarta la posibilidad de que el año que viene se abran nuevas causas para investigar la desaparición de personas en diferentes puntos de la provincia durante los años de plomo.

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