En Yacutinga Lodge, los guías de la naturaleza educan entreteniendo a los huéspedes de la selva. Antes de partir hacia más de cien rumbos del planeta, cada visitante deja un compromiso plantado que crece en el corazón verde del Iguazú.
Arriba: Los guardaparques que trabajan allí son responsables de la reforestación. Abajo: Nito Artaza
En Andresito se levantan estratos de monte, selva en galería; distintas expresiones que se revelan en caminatas diurnas y nocturnas. Fauna y flora que, con su salvaje exuberancia, se manifiestan en diversos senderos de interpretación ambiental trazados dentro del Refugio Privado de Vida Silvestre Yacutinga. Relajantes flotadas de respetuosa contemplación en ríos internos, que obran descorriendo un espeso telón vegetal, dejando expuesto, ante los huéspedes de Yacutinga, un llamado a la conciencia; el grito multicolor de la selva amenazada. Hay visitantes que llegan «preparados» para encontrarse con la magnitud de la experiencia. Otros, en cambio, ingresan poco enterados de la propuesta. Pero son amantes de la naturaleza. Y ésa es la llave que les abre las puertas de la maravilla misionera. «Nuestro desafío es descubrir, en cada grupo que desembarca, cuáles herramientas usaremos para transmitirles la experiencia de la selva», sostiene Corino Griffini, coordinador de los guías ambientalistas del lugar. Lo más fuerte es lograr, a través de los paseos de interpretación, que el pasajero nos preste sus sentidos. No se trata sólo de hablarles del palmito, o del palo rosa, que están en peligro, sino de hacerles sentir el monte, como un todo integral que debe preservarse». «Para nosotros, los guías de Yacutinga, guiar es educar por medio de la experiencia», afirma Corino.subtitulo/Simbiosis con el visitante/subtitulo Por norma interna, los guías de la Reserva son biólogos, o estudiantes avanzados de biología, informados y sensibles en cuestiones ambientales, sociales y hasta mitológicas de la tierra colorada. Esto les permite seguir, en cada sendero de uso turístico, los mensajes que, inesperadamente, les hace llegar la naturaleza. «Si bien tenemos un hilo conductor en las guiadas, lo bueno es que siempre se te cruzan circunstancias diferentes que exigen ser interpretadas». Los «huéspedes de la selva» son protagonistas de su experiencia. «Dejamos las conclusiones en manos de los visitantes. Es algo así como una simbiosis -en términos biológicos- entre los pasajeros y el guía. Son ellos los que observan la realidad y llegan a definir esos mensajes». Corino brinda un ejemplo frecuente en los paseos de la Reserva. «Cuando donde hubieron bosques de palos rosa, sólo existen unos pocos emergentes, la presencia de águilas también está disminuida, aumentando la población de primates». Orgulloso, el coordinador de los guías intenta abrazar un gigantesco timbó y señala que «la tarea está cumplida», cuando el mismo huésped descifra ese comportamiento del sistema. «Nosotros inducimos el conocimiento, pero los pasajeros viven la experiencia y piensan esas incidencias. Es difícil que se olviden lo que ellos mismos descubrieron».subtitulo/Árboles de oro/subtitulo Guardaparques Provinciales que trabajan en el Refugio Yacutinga son responsables del proyecto de reforestación de la Reserva. Por su lado, los guías son la herramienta que vincula a los huéspedes con el espíritu de esa propuesta. La recuperación del monte cala profundo en la conciencia de cada visitante o voluntario que planta un árbol en las zonas de enriquecimiento forestal. «Los pasajeros son preparados para ese momento trascendente. Se los observa enamorados en el acto de plantar, porque saben que están colaborando en la recuperación de la Selva Paranaense». La escena es particularmente conmovedora. El lugar es, sin dudas, paradisíaco.subtitulo/Nito Artaza en las Cataratas/subtitulo El humorista y productor Nito Artaza visitó las Cataratas antes de iniciar su temporada teatral en Mar del Plata donde estrenará la obra «El Fondo puede Esperar». Artaza dijo estar muy contento de estar visitando esta maravilla.
