La primera parada de quien empieza en el delito

Los institutos correccionales de menores son uno de los puntos de inicio de la «hoja de ruta» de gran parte de los delincuentes que terminan en las unidades carcelarias de la provincia. Al menos el 50 por ciento de los procesados por la justicia penal durante su adolescencia pasaron en algún momento por un Juzgado de Menores.

Todos los jóvenes que se encuentran privados de su libertad en el Instituto Correccional son de familias humildes.

Todos los jóvenes que se encuentran privados de su libertad en el Instituto Correccional son de familias humildes.

[su_note note_color=»#cdcdcd»]En el Correccional de Menores, un niño de 14 años detenido por intento de hurto convive y se baña con otro de 19 que ingresó por violación.[/su_note][su_note note_color=»#cdcdcd»]El artículo 18 de la Constitución Nacional establece que: “Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas”.[/su_note]La primera vez que «Pinino» ingresó al Instituto Correccional de Menores de la Unidad Penal 4 tenía 14 años. Los guardias lo alojaron en un húmedo pabellón que estaba habitado por casi una docena de adolescentes de entre 17 y 20 años, muchos con causas por homicidio y violación. «Pinino» estaba allí por intento de hurto.De aquel día sólo recuerda que tenía «frío y miedo». Fue allí donde el joven abrió su «hoja de ruta», y desde ese momento no dejó de entrar y salir por diferentes hechos delictivos. Ahora está por cumplir 18 años, y cuenta con un intento de homicidio en su prontuario y seguramente terminará en una cárcel para mayores.negrita/La «hoja de ruta» de la mayoría de los delincuentes de las unidades carcelarias de la provincia tienen un inicio en común: la pobreza/negrita. Ninguno de los 64 jóvenes que se encuentran privados de su libertad en lo que se hace llamar Instituto Correccional de Menores proviene de una familia «bien», todos son hijos de un sistema social deteriorado que vivieron en la marginación y la pobreza.Cada uno de los cuatro pabellones alberga más de una docena de jóvenes que ven pasar la dulce adolescencia entre los barrotes y los gritos de los guardias. Las paredes de los baños están forradas por fotografías pornográficas y letras de «cumbia villera».José prefiere pasar sus días de encierro tocando cachaca brasileña con su guitarra. Antes de llegar al Correccional, plantaba tabaco en una chacra de El Soberbio. «Estoy por intento de homicidio, pero le juro señor que yo no lo maté. Habíamos salido del baile y ellos lo mataron porque estaban borrachos», aclara sin que nadie le haya preguntado qué paso.Los días en la cárcel para menores son húmedos como los pabellones y pesados como los gritos ensordecedores de los hombres del Servicio Penitenciario que forman parte de un sistema de corrección que supuestamente sirve para que los jóvenes se reinserten en la sociedad.Mientras «Pinino» prefiere jugar al fútbol en el patio rodeado de alambres y rejas, «Dani» pasa las mañanas amasando pan en la panadería del correccional. «Dicen que cometí un delito contra la integridad sexual», dice Daniel, de 15 años. Y mientras se limpia de masa las manos cuenta con lujo de detalles el momento en que los padres de su novia, de 14 años, ingresaron a la habitación donde él y ella estaban acostados.Los padres de la chica aseguraron que fue violación. El juez les creyó y la joven optó por el silencio.»La mayoría de los que están acá no tienen solución», sentencia como al pasar uno de los guardiacárceles .negrita/Los jóvenes entran y salen con la misma velocidad con la que cometen un robo/negrita, mientras que en los dos juzgados correccionales se amontonan los informes que realizan los psicólogos, trabajadores sociales, y demás profesionales. Con el tiempo a los expedientes de cada uno de ellos se les va sumando nuevas carátulas, entre tentativa de robo, tenencia de armas, robo calificado, homicidio, etc.negrita/Bajar la imputabilidad/negritaLas caras de los adolescentes que delinquen parecen repetirse en los pasillos de los juzgados del fuero Correccional y de Menores de Posadas. La mayoría son reincidentes.La misma problemática se vive a diario en los juzgados de Instrucción. Según coincidieron algunas fuentes judiciales, al menos el 50 por ciento de los procesados por la justicia penal, durante su adolescencia pasaron en algún momento por un Juzgado de Menores y por lo tanto el sistema correccional actual habría fracasado.Mientras estos porcentajes estimativos tienden a incrementarse, el Congreso analiza bajar la edad de imputabilidad de los menores de edad. El proyecto oficial reduce a 14 años la edad mínima para la imputación penal e incorpora todas las garantías de procedimiento, debido proceso y defensa para los menores comprendidos entre esa edad y los 18 años.»Solicitamos bajar la imputabilidad de los menores porque hay algunos que están matando gente». Así fundamentó su pedido Juan Carlos Blumberg ante los diputados Nacionales.A diario los juzgados de menores se ven asediados por múltiples problemáticas de carácter social. En Misiones no hay gabinetes interdisciplinarios para atender la situación de los menores que hacen carrera en el delito. En el Correccional de Menores, donde un niño de 14 años detenido por intento de hurto convive y se baña con otro de 19 que ingresó por violación, sólo hay dos psicólogos que trabajan ad honorem.Los chicos no quedan atrapados en un sistema penal punitivo, sino que quedan a expensas de una legislación penal que en verdad tienen como objetivo un tratamiento y dista de un castigo de índole penal. negrita/El problema real arranca cuando esa legislación no se cumple como es debido/negrita por diferentes cuestiones como la presupuestaria o la desidia del propio sistema judicial.negrita/La mirada de un especialista/negritaPara el reconocido especialista en Derecho de Menores, José González del Solar, no existen argumentos para reducir la edad de responsabilidad penal en los niños.- ¿Por qué se opone a bajar la edad de imputabilidad en los menores? «Permítame aclarar primero que me referiré a la cuestión netamente jurídica. Esa edad, en los últimos 50 años ha estado en los 16; antes la redujo el régimen militar de 1976, a 14 años, y al irse la devolvió a los 16 años. Muy sugestivo, porque se lo buscó como una salida fácil al problema».»Hoy estamos con la criminalidad común -que se dice en alza, pero no se respalda en estadísticas confiables- y se busca una salida fácil, simple, tentadora y cazabobos, que es reducir la imputabilidad penal a 14 años. Y con el solo argumento de que el niño adquiere discernimiento para el ilícito antes de los 16 años», ensayó.»Pinino» espera que el sábado uno de sus seis hermanos le lleve novedades sobre su familia. A Daniel no lo visita nadie desde hace cuatro meses. Alguien desafía en el patio con que comience un nuevo partido. La pelota espera en el centro y desde las garitas los guardiacárceles se prestan a ver un nuevo juego.Las celdas ciegas se cierran, sólo se pueden abrir desde afuera. Detrás de ellas quedan «Pinino», José, «Dani», y el resto de los pibes.

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