La cuenca lechera de Alem aumenta su producción y busca nuevos mercados

Este año casi triplicó su capacidad de procesamiento llegando a industrializar cerca de 80 mil litros de leche contra los pocos más de 30 mil del 2003. La marca Leandrito llega a gran parte de la provincia en sus diferentes productos: leche pasteurizada, yogurt y queso cremoso. La cooperativa está abocada al montaje de nuevas maquinarias para elevar los índices de producción y avanzar hacia nuevos nichos de mercado.

Leandro N. Alem. La apuesta a una nueva actividad productiva de un grupo de colonos de la Zona Centro está dando sus muy buenos frutos a tal punto que hoy es considerado como los impulsores de la cuenca lechera por excelencia en la provincia.

Hace 8 años unos 20 productores ganaderos decidieron encarar un proyecto asociativo conformando la Cooperativa Agrícola Ganadera de Leandro N. Alem con el propósito de aprovechar lo que hasta ese entonces parecía una idea utópica: la lactancia de las vacas para la producción de leche pasteurizada, yogurt, dulce de leche y queso cremoso.

El proyecto contó con un importante apoyo económico proveniente del Fondo Especial del Tabaco (FET) con el que se financió la primera etapa del trabajo. Si bien el inicio de la actividad fue tibio hoy los productores, que suman casi 130, están trabajando a pleno duplicando y hasta, incluso, triplicando la producción de años anteriores y Leandrito, la marca que comercializa la cooperativa, está consolidada como un producto de primera línea en el mercado misionero.


El presente año fue excelente para los colonos. Es que la cooperativa está colocando en el mercado casi 80 mil litros de leche a través de sus diferentes productos. Un 60 por ciento se comercializa como leche pasteurizada, entre un 15 y 18 por ciento en yogurt y el resto como queso cremoso. «Se trata de aprovechar toda la materia prima que ingresa a la cooperativa», expresó Martín Urdapilleta, gerente de la entidad.

Comparado con el año anterior, la comercialización de Leandrito ha alcanzado niveles superlativos. «El año pasado a esta misma altura estábamos recibiendo de las tres cuencas cerca de 38 mil litros; y en lo que va del 2004 hemos alcanzado la línea de los 80 mil litros, es decir que hemos triplicado nuestra capacidad productiva», afirmó el veterinario.

La cooperativa recibe materia prima de tres cuencas de la Zona Centro: la primera conformada por 35 productores de 25 de Mayo, Torta Quemada y Alba Posse, que aportan 5100 litros de leche semanales; la segunda la integran 70 colonos de Colonia Aurora y El Saltiño, con el aporte de 12.000 litros, y la tercera la conforman 25 ganaderos de Alem, con 1500 litros de leche por semana. Todos son socios de la cooperativa.

En 1996, en el marco de los proyectos de diversificación productiva, desde el FET se destinó un subsidio de 340 mil pesos para la puesta en marcha del proyecto. «Pero sólo recibieron los colonos de Alem, que fueron los impulsores de esta idea. Toda la cuenca se formó con dinero del FET entre 1995 y 1996, que se desembolsó en tres etapas. La primera fue destinada a la compra de animales, implantación de pasturas, es decir todo lo que sea producción de leche. Se compró animales en conjunto y de acuerdo a la capacidad de pastos (superficie pastoril) que tenía cada productor se le entregó una cantidad determinada de vacas. La segunda entrega se destinó a la compra de maquinaria y al montaje edilicio. Y la última partida fue otorgada para todo lo relacionado al asesoramiento técnico», indicó Urdapilleta.

Una parte del crédito se canalizó a través del Instituto de Fomento Agro Industrial (IFAI) y otra a través del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la provincia, hoy llamada del Agro y la Producción.

«Los únicos que recibieron los animales, chapas para hacer los tinglados, piso para el ordeñe, herbicidas, alambres, boyeros eléctricos y medicamentes fueron los 20 productores iniciales que son de la cuenca de Alem», aclaró el gerente de la cooperativa. Después se sumaron 25 de Mayo, Aurora y Alba Posse, entre otros, pero no recibieron más que el asesoramiento técnico.

¿A qué se debe a la incorporación de nuevas cuencas?
«Este año hubo un crecimiento muy grande en la zona de abastecimiento. Mucho tiene que ver el buen 2003 que tuvieron los tabacaleros. La venta del tabaco de la zafra pasada fue buena y muchos productores de 25 de Mayo y Aurora se dedicaron a comprar animales lecheros con la ganancia que le arrojó el tabaco. Esa inversión se traduce en el gran salto de abastecimiento de materia prima que hubo en lo que va del 2004, que ya supera el ciento por ciento», respondió el responsable de la gerencia de Leandrito.

¿No se satura el mercado con el nivel de producción que tienen hoy?
«No, creo que no. Porque se podría ser un poco más agresivo en la parte de comercialización, habría que estudiar bien los números que le sirven a los productores, particularmente estimo que se puede colocar más producción de leche. El tema es que en estos momentos las maquinarias con que disponemos nos limitan la capacidad de procesamiento diario. Por eso estamos abocados en el cambio de la ensachetadora, agrandamos el pasteurizador y ver la factibilidad adquirir otra paila quesera», dijo.

Si bien los productos Leandrito se pueden ver en las góndolas de los mercados de gran parte de la provincia, la cooperativa no puede dejar de atender a su principal nicho: Posadas, a donde llegan semanalmente 5000 litros de leche pasteurizada, en dos envíos. El nivel de salida del producto y el índice de consumo en la capital provincial tienen su contrapunto en la capacidad de la máquina ensachetadora.
El aparato puede ensachetar hasta 300 litros por hora, es decir que sólo para empaquetar la producción de Posadas se requiere un promedio de 10 horas de trabajo. «En consecuencia no nos queda tiempo para incorporar más leche y derivar a otra plaza», sostuvo Urdapilleta.

La cooperativa dejó de atender importantes puntos comerciales de la provincia, como el Alto Paraná y las localidades norteñas de Corrientes, como Gobernador Virasoro e Ituzaingó, incluso tenía pedido de Santo Tome y Pasos de los Libres. «Pero tenemos dos inconvenientes. El primero es que nuestro único vehículo de ventas es muy chico y no tiene la capacidad de carga que nos permita llegar a más puntos. La segunda limitante es el costo del flete. Cada envío a Posadas no cuesta 500 pesos, es decir mil pesos por semana. Eldorado, por ejemplo, dejamos de abastecerlo porque no nos cierran los números. Allí estábamos llevando entre leche y yogurt 1000 unidades, pero era mayor el costo del flete que las ganancias que nos quedaba», contó el directivo.

En el afán de ganar mayor tiempo en el proceso de industrialización la cooperativa agrícola ganadera adquirió una nueva ensachetadora automática por la que se invirtieron 22.500 pesos y tiene una capacidad de procesamiento de 1000 litros por hora. «La compra de la nueva máquina se efectuó con el aporte (préstamo) de los socios porque nuestra política consiste en evitar tomar créditos bancarios porque las tasas de interés son altos. Hasta ahora los únicos compromisos que tomamos son con algunos productores que han hecho de fuente de financiamiento para la adquisición de ensachetadora», especificó.

Con el nuevo aparato la entidad podrá incorporar más leche a su cuello de botella porque la capacidad de procesamiento será mayor. «En una hora vamos a poder hacer lo que hoy hacemos en tres horas. Y el gasto no variará porque las dos máquinas consumen la misma cantidad de energía. Es decir, empezaremos a economizar en varios frentes y así podremos llegar a incorporar más materia prima».

De todas formas, la inversión en una nueva unidad de traslado tendrá que esperar hasta que haya mayor margen de ganancias. El flete a Posadas le cuesta a la cooperativa 9 centavos por litro de leche, «que eso teniendo vehículo propio quedaría para la cooperativa o podríamos llegar con mejor precio a góndola», dice Urdapilleta a la vez que insiste en que la comisión directiva de la institución «cree que con las tasas que hoy exigen los bancos no es oportuno tomar créditos».

La falta de maquinarias limita el trabajo
La falta de maquinarias también le impidió a la cooperativa seguir elaborando leche descremada. «No lo hacemos más porque los tiempos no nos permiten diversificar más la variedad de productos. Cuando teníamos menos ventas de leche entera, se elaboraban las descremadas para mantener un equilibrio. Pero en estos momentos no tenemos capacidad de ensachetado. Estimo que una vez montada la nueva máquina vamos a poder producir nuevamente».

¿La demanda aumenta porque las grandes empresas están exportando y dejan así un mayor margen en el mercado interno?
«Eso ocurrió en un comienzo, cuando nosotros estábamos prácticamente asfixiado dentro de lo que fue la convertibilidad porque todas las empresas producían para el mercado interno. Al producirse el desfasaje (salida del sistema 1 a 1, entre el dólar y el peso argentino), las grandes empresas empezaron a mirar hacia el exterior y nosotros pudimos entrar más fuertemente en el mercado interno. En esos momentos nosotros vimos que la leche en tetra break, que es de gran consumo en Misiones, pasó a ser un artículo no de primera necesidad, sino un lujo por lo costoso que era. Entonces decidimos producir leche pasteurizada en sachet –que no se conocía aún, aclara-, la colocamos con bastante rapidez dentro del mercado a pesar que el envase no es muy práctico y de que el tiempo para consumirlo es muy limitado. Pero la diferencia de costos que había en esos momentos permitió a la cooperativa desarrollar un nicho que en un principio era sólo nuestro. Hoy por hoy todas las grandes empresas llegan a la provincia con productos envasados de la misma manera», sostiene Urdapilleta.

Costos
La cooperativa paga al productor por cada leche puesta en planta 42 centavos. El dinero que recibirá en bolsillo el colono dependerá del costo del flete y de la distancia a recorrer hasta llegar a la boca de acopio. Por ese concepto, el productor Alem tiene un descuento de cinco centavos; el de la zona de 25 de Mayo, 8 centavos, y el de Aurora, 9 centavos, en todos los casos la tarifa se calcula sobre la base de un litro de leche. En cambio el ganadero de Alem que lleva por sus propios medios la materia prima a la cooperativa recibe los 42 centavos.

Una vez hecho el proceso de industrialización, el producto llega a góndola a 85 centavos. Las ganancias que le quedan a la entidad son 6 centavos por vaso de yogurt, 4 centavos por litro de leche pasteurizada y 2 centavos por kilo de queso.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas