Pescadores negaron que los gendarmes muertos persiguieran a un contrabandista

Un hombre y su hijo dijeron que no hubos disparos ni movimientos de gendarmes hasta la 1.30, cuando se partieron hacia su domicilio. Y aseguraron que era habitual ver corridas de uniformados a contrabandistas que cruzaban cajas de cigarrillos.

La segunda parte de la reconstrucción de la muerte de los gendarmes Carlos Fabián Antúnez y Diego Javier Aranda, se realizó anoche debajo del puente “San Roque González de Santa Cruz”.En la oportunidad estuvieron presentes Miguel Angel Bondarchuk y su hijo René Alejandro, quienes aseguraron que el día del hecho estuvieron pescando hasta la madrugada y no observaron ningún movimiento extraño. Antúnez y Aranda murieron ahogados en la noche del 18 de septiembre de 2001, supuestamente cuando perseguían a un contrabandista de cigarrillos.Bondarchuk, que declaró ante la Justicia Federal por primera vez hace dos meses, dijo que ese día llegó a la costa del río a las 16.00 y permaneció allí hasta aproximadamente la 1.30.Miguel dijo que pesca en la zona desde hace 20 años y que era habitual ver a personas armadas que recorrían la zona para ver si no había uniformados y así recibir tranquilos las cajas de cigarrillos que los motociclistas les arrojaban desde el puente.Los pescadores dijeron que cuando se retiraban del lugar vieron a dos personas tiradas detrás de una de las columnas del puente, pero supusieron que se trataba de linyeras y no le dieron importancia.Ante una pregunta concreta, dijeron que no podían asegurar que fueran los cuerpos de los gendarmes Aranda y Antúnez.Los dichos de Bondarchuk -está con custodia de la Policía Federal desde hace dos días- no coinciden con el de los demás integrantes de la patrulla.Los gendarmes dijeron que a la 1.30 eran muchos los efectivos que recorrían la zona con linternas y reflectores en busca de sus camaradas desaparecidos.Sin embargo, el hombre ratificó sus dichos y agregó que recién ahora decidió contarlo porque sentía remordimientos.La altura del río impidió al juez federal Ramón Claudio Chávez, peritos y testigos realizar el recorrido que las víctimas efectuaron supuestamente cuando perseguían a un joven contrabandista.La médica policial Miriam Lojewski reiteró que ambos gendarmes murieron ahogados y que el deceso se produjo alrededor de las 22.00. Dijo que la abundante espuma que salía de la boca le dio la pauta que ambos murieron asfixiados por inmersión, criterio que fue compartido por el médico de la Policía Federal.Los efectivos de la Prefectura Naval, en tanto, dijeron que fueron alertados sobre el hecho después de la 1.00 y que en un primer momento llegaron a bordo del guardacostas. Por las características de la zona fue necesario realizar el rescate con una embarcación de menor porte.El primer cuerpo fue encontrado a las 4.40 y el siguiente a las 5.25 en una zona donde hay una profundidad que oscila entre 1,60 y 2,60 metros.Los cuerpos fueron llevados hasta una península artificial, donde la médica Lojewski los revisó en presencia de los jueces Chávez y Eduardo D’Orsaneo, quien también se había acercado al lugar.La profesional dejó en claro que la espuma que se produce por ahogamiento es imposible de reproducir en forma artificial y que no solicitó autopsia porque las causas del deceso estaban claras.Además de los peritos convocados por la Justicia, estaban presentes los que designaron los familiares de las víctimas.

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