Arrúa debería volver a la cárcel a cumplir una condena de año y medio por la estafa de Papel Misionero

Según trascendió de fuentes judiciales, las condenas serían de cinco años para los principales imputados, por lo que sólo Arrúa debería volver tras las rejas, ya que no cumplió dos años de condena. [su_note note_color=»#cdcdcd»]La sentencia del juicio abreviado se definirá en los próximos días, pero hasta ahora no queda en claro qué pasará con los dos millones que desaparecieron de la empresa Papel Misionero en 1997, cuando todavía pertenecía al Estado. [/su_note]Pedro «Pity» Arrúa sería el único en retornar a la cárcel si se confirman los trascendidos judiciales sobre las condenas por la estafa contra Papel Misionero. El fallo todavía no se dio a conocer, pero fuentes judiciales confiaron que las condenas no serán mayores de cinco años, por lo que Sergio Ortíz, el otro principal imputado en la causa, quedaría libre, por haber estado más de dos años en la cárcel. En cambio, Arrúa, sindicado primero como jefe de la asociación ilícita, nunca estuvo dos años bajo sombra, por lo que deberá volver tras las rejas. Ortíz ya fue liberado el lunes, beneficiado por el Pacto de San José de Costa Rica y la ley del 2×1 al no tener sentencia firme. En cambio, los demás imputados, recibirían penas en suspenso. La sentencia del juicio abreviado se definirá en los próximos días, pero hasta ahora no queda en claro qué pasará con los dos millones que desaparecieron de la empresa Papel Misionero en 1997, cuando todavía pertenecía al Estado. Los principales imputados en el caso son Pedro «Piti» Arrúa y Sergio Ortiz, quienes deberán sentarse en el banquillo de los acusados junto con una decena de personas cuyas cuentas corrientes fueron utilizadas para depositar el dinero malhabido. El único que estaba preso por esta causa es el gestor Sergio Ortiz, a quien se acusa de ser el organizador de la asociación ilícita. Pedro Arrúa, en tanto, estuvo preso hasta principios del año pasado, pero recuperó la libertad gracias a una modificación en la calificación de la causa. Ahora en vez de estar procesado como jefe de una asociación ilícita, pasó a ser «partícipe secundario» de la defraudación en grado de participación de una asociación ilícita. Permaneció tras las rejas un año y diez meses tras las rejas y debió pagar una caución de 50 mil pesos -entregó un terreno a nombre de un familiar- para abandonar la delegación Posadas de la Policía Federal. LA ESTAFA La investigación se inició a mediados de 1997 cuando se constató que los pagos que la empresa estatal Papel Misionero debía realizar a la Dirección General Impositiva en concepto de diversos impuestos, fueron desviados a través del Banco Macro y el Galicia a cuentas de distintas personas. Los encargados de las maniobras habrían sido el asesinado contador Gerardo «Lalo» Oviedo, Ortiz y el propio Arrúa, quienes triangularon el dinero a través de cajas de ahorro de familiares políticos y amigos. De acuerdo con lo que pudo probar, al menos fueron desviados unos dos millones de pesos. Pero en 1999 los peritos de la Policía Federal volvieron a desembarcar en Posadas y encontraron un nuevo faltante de 100 mil pesos. Es que según la documentación, se debían depositar en las cuentas de la DGI 260 mil pesos, pero sólo llegaron 160 mil. Todo esto podría quedar al descubierto cuando el caso sea ventilado en un juicio oral, que estará a cargo del Tribunal Oral Federal de Posadas. «Piti» Arrúa, el gestor Sergio Ortiz y el asesinado contador Gerardo «Lalo» Oviedo aparecían como los «cerebros» de la banda que habría defraudado al Estado en más de dos millones de pesos. La causa desfiló por dos juzgados provinciales y luego pasó a la Justicia Federal, donde se realizó una minuciosa investigación. OTRA CAUSA Pedro «Piti» Arrúa también fue investigado por el homicidio del contador Gerardo «Lalo» Oviedo, quien aparecía involucrado en la maniobra, pero luego se le dictó la falta de mérito. Un Tribunal de Posadas ordenó que se lo mantenga vinculado al caso y se profundice la investigación para determinar si tuvo alguna responsabilidad. Es que los asesinos alquilaron un auto en la agencia de vehículos sin chofer Localiza que por entonces estaba a cargo de Arrúa, sin exhibir ninguna documentación. Ni siquiera quedaron registrados sus nombres o números de documentos, algo muy llamativo.

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