«A veces uno no alcanza la seguridad, salvo que ponga un campo minado donde no pase nadie»

Entrevista al jefe de Gendarmería de Iguazú, Juan Barrios, quien reconoce que a pesar de la buena voluntad, no se puede frenar el tráfico ilegal de personas en la frontera. Segunda parte del informe especial «Yo pongo la mano en el fuego por mi personal, y pierda cuidado que si detecto alguna anomalía en alguno de mis hombres, voy a ser el primero que en la plaza pública lo voy a ahorcar», expresó con una voz cortante, el ceño fruncido y mirada punzante, el jefe del Escuadrón 13 Iguazú, Comandante Principal Juan Bautista Barrios, ante el grabador de Misiones On Line, tras las acusaciones que indicarían que miembros de Gendarmería Nacional con asiento en esta localidad facilitarían el ingreso al país de ciudadanos de origen chino, de manera ilegal. La entrevista se lleva a cabo dentro de una sobria sala de reuniones, al frente de la oficina del comandante Barrios. Una gran mesa de madera, cómodas sillas, y en la pared los típicos cuadros de los históricos uniformes de los centinelas de la patria, como únicos testigos. Hace once meses atrás llegaba Barrios como jefe del Escuadrón 13 de Gendarmería Nacional, desde aquella vez hasta la fecha según el mismo jefe de escuadrón se han capturado más de 50 ciudadanos de origen chino que intentaban ingresar ilegalmente al país. Según distintas fuentes que aportaron datos a la investigación periodística de Misiones On Line sobre el tráfico ilegal de chinos en la triple frontera, se estima que estarían ingresando al país, por esta ciudad, unos 15 ciudadanos chinos ilegales por mes. Sí la última cifra es cierta, en los últimos once meses habrían intentado ingresar al país alrededor de 165 chinos. Barrios aparenta ser un apacible hombre de fuerte carácter, que a lo largo de la entrevista demostró tener una franca mirada, movimientos rápidos y estar muy preocupado por el tema. «Yo niego rotundamente que los chinos pasan caminando por el puente». El día que cruzaron. En el pasado mes de abril, luego de un duro trabajo de investigación, efectivos de la policía provincial de la Comisaría Primera de Puerto Iguazú, realizaron un procedimiento en la intersección de la calle San Lorenzo y la avenida Hipólito Irigoyen. Allí detuvieron a siete ciudadanos chinos y a tres argentinos que les servían de guías para cruzar un inhóspito pasaje denominado «pique». El pasaje, realizado en el espeso monte, a unos trescientos metros del puente internacional Tancredo Neves, para contrabandear mercadería de todo tipo, une la ruta que conduce a dicho puente con una de las avenidas principales de la turística ciudad. Dos días después de este hecho, mientras el personal de Gendarmería que se encontraba apostado de guardia en la cabecera del puente internacional salió a realizar una recorrida por el área, divisó a un vehículo que ingresaba al país proveniente del Brasil y que de manera sospechosa se detuvo antes de llegar al puesto de la Aduana, donde se suele verificar la documentación de los que ingresan al país. Al momento descendieron del automóvil varias personas que se lanzaron a correr por el monte. Luego de una intensa persecución por el monte en las zonas aledañas al puente internacional Tancredo Neves, personal de Gendarmería Nacional detuvo a tres ciudadanos de nacionalidad china y a un argentino que estaba con ellos. Este último, según pudo saberse, confesó a los uniformados que intentaba pasar a los tres ciudadanos chinos a través del denominado «pique». En una semana habían intentado ingresar diez chinos al país. Ninguno de ellos fue extraditado a su país de origen. Limitaciones de medios, pero con vocación de servicio. Son las cinco de la tarde y un radiante sol cae sobre la capital del turismo, dentro de la sala de reuniones del edificio de gendarmería, artificiales luces caen sobre el rostro del comandante. Cada tanto Barrios se acaricia sus frondosos bigotes. La entrevista poco a poco cambia de tono y a la vez se pone más enfática. «Yo reconozco las cuestiones que a veces uno no alcanza a cubrir en materia de seguridad, salvo que yo ponga un campo minado donde no pase nadie. Uno no da abasto, eh», reconoció Barrios. El puente internacional Tancredo Neves tiene una fuerza efectiva de 90 gendarmes destinados a cubrir todas las tareas, administrativas, de control migratorio, de seguridad, guardias, etc, etc. «Estamos con todas las limitaciones de medios y de personal, en cambio si a usted le ofrecen mil pesos, usted qué haría? ¡Más vale que haría, eh!» – Comandante: está en usted si quiere contestar o no, desconozco cuánto puede estar ganando un gendarme que está en el puesto de la aduana. ¿Usted no cree que exista la posibilidad…? Cortante, Barrios no terminó de escuchar la pregunta y se largo a contestar: «En todos los ordenes de la vida existen todas las posibilidades, yo considero que mi personal lo hace con tanta vocación y con tanto esfuerzo, si no, esto sería tierra de nadie… yo creo que el cien por cien de mi escuadrón trabaja y lo demuestra diariamente, pese a la carencia de medios y pese que quizás a lo mejor no llegue a fin de mes. Hay una cuestión interna de orgullo que tiene el gendarme que es su amor propio y su lealtad, su sinceridad, ¿entiende? Un laberinto que conduce hacia la conexión local El comandante Barrios es un hombre cauto a la hora de proporcionar nombres, a su vez afirma que «información hay mucha» y que sus fuerzas están trabajando en tareas de inteligencia. La entrevista entra en un inacabable laberinto, donde si bien existe una única puerta de entrada, en semejante enredo van apareciendo cientos de puertas de emergencia, puertas de escape. Puertas que Barrios sabe utilizar. Resulta difícil llegar al final del laberinto, allí donde se encuentra la puerta que abre el camino a la casi evidente conexión local. «Los chinos no se manejan solos, no se animan a manejarse solos» gritó el comandante mientras con el puño cerrado golpeaba suavemente la mesa. «Acá hay personas en Puerto Iguazú que explotan esto». En estos últimos tiempos se han estado deteniendo personas de Puerto Iguazú con vehículos de esta localidad en la provincia de Entre Ríos, también en la localidad de Santo Tomé. Dentro de los vehículos llevaban ciudadanos chinos que habían ingresado ilegalmente al país. Destino de los vehículos: Buenos Aires. Todo indicaría que los astutos chóferes habían partido de Puerto Iguazú. – ¿Cómo cruzaron el control de ruta 12 ? «Yo le puedo asegurar que por el control de Aduana y por el control de ruta 12 no pasaron, yo le puedo asegurar que hay otros pasos, otros lugares por donde han estado pasando, entiende?, y fueron llevados de las manos por argentinos que cobran». El teorema de Migraciones «Fíjese lo que es cómico, porque los tres ciudadanos chinos que con mucho esfuerzo, esperándolos, que demanda que mi gente esté las 24 horas tirada ahí, atenta para tratar de reprimir esta clase de ilícito, a pocos días de la detención estaban viajando con un señor que hacía de promotor, el que los iba a llevar a Buenos Aires para gestionarle todos los papeles. Entonces fíjese, por eso digo la paradoja de todo el trabajo, nuestra ley ha permitido y ha blanqueado la circulación de los tres chinos desde acá hasta Buenos Aires, lisa y llanamente qué quiere que le diga?… eso es lo que ha ocurrido. Yo he detectado, he hecho las actuaciones y si bien es cierto, en forma correcta, porque ellos tienen quince días para hacer abandono del país». Según las leyes migratorias, los ciudadanos que ingresan ilegalmente al país y que no son de países limítrofes, tienen quince días para hacer abandono del país. Los ciudadanos chinos no pueden ser expulsados porque la única zona de expulsión es a su país de origen, en estos casos son conminados a hacer abandono del país. Lógicamente si en quince días no abandonan el país, sale el pedido de captura. Durante esos quince días los chinos quedan supeditados a las leyes del tiempo y del buen gestor. «Somos muy facilistas, porque yo les daría dos días no quince, pero las normas migratorias dicen así. Si Migraciones me establece a mi que yo tengo que decirle que tiene quince días no puedo darle cinco» indicó Barrios, con el puño cerrado y ojos de incertidumbre. Los chinos mellizos. Los juguetones perros que entrenan en el Escuadrón 13 de Gendarmería, son para detectar drogas, y lo hacen con una gran eficiencia, pero evidentemente los sabuesos no están entrenados para detectar dos chinos diferentes, aunque realmente se parezcan. «Dentro de los pasaportes chinos hay dos o tres variedades, y es muy difícil que sean falsos, lo que se puede cambiar al tener características muy idénticas en cuanto a las facciones, si somos iguales, si somos gemelos, podemos intercambiar nuestros documentos como ha ocurrido últimamente. Sí no fuera por las huellas digitales los pasaportes serían iguales». Barrios también afirma que los pasaportes son todos originales. Para que un ciudadano de nacionalidad china pueda ingresar sin problemas al país no sólo tiene que tener pasaporte, también tiene que tener visa. Que no es precisamente una tarjeta de crédito. Si bien no existen precisiones sobre la cantidad de inmigrantes chinos, se estima que en la región de las tres fronteras hay no menos de 30 mil. Ante tal cantidad de ciudadanos con evidentes rostros orientales, es común que ciudadanos de origen chino que están radicados en las ciudades de Foz de Iguazú o Ciudad del Este, ingresen al país a través del puente internacional Tancredo Neves con cédula brasileña o paraguaya. Es difícil garantizar la veracidad de éste tipo de documentación, ya que no presentan las mismas medidas de seguridad que un pasaporte. Casi la totalidad de los chinos, que pretenden ingresar al país legalmente tienen inconvenientes a la hora de presentar la cédula de identidad brasileña, que no cuenta con medidas de seguridad. «Cuando se los detecta con documentación alterada, como primera medida se le da intervención al Juzgado Federal, si es una infracción migratoria lo único que se hace es un papel a donde se lo conmina a hacer abandono del país». Los chinos que ingresan al país de manera ilegal, si llegan a ser detenidos por los centinelas de la patria quedan en manos del juzgado federal de Eldorado. Luego migraciones entra en escena, pero esa es otra historia. Sin dudas son muchas las responsabilidades que tiene Barrios sobre sus espaldas, no sólo comanda el Escuadrón 13 de Iguazú sino que además es el Coordinador del Paso Interjuridiccional y Local del Área de Control Integrado, dependiente de la Dirección Técnica de Asuntos de Frontera de la Secretaría de Seguridad Interior, es el responsable de todo lo que sea la actividad de los dos pasos fronterizos de la región. La entrevista con el comandante Barrios finaliza con un fuerte apretón de manos, y tímidamente pregunta: «¿Cuándo va a salir publicada la nota, eh?» Dos gendarmes de civil me escoltan hasta la puerta de salida. El sol empezaba a esconderse.

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