En mayo de 2015 estalló el caso policial que conmocionó al mundo y que desnudó las maniobras mafiosas de los popes del fútbol para el reparto de suculentas coimas como parte de la organización de eventos y el otorgamiento de exclusividad en las transmisiones de los partidos.
Facundo Pastor, Radio Libertad
El FIFAgate llevó a la cárcel a importantes dirigentes del fútbol sudamericano y puso en evidencia la centralidad que en toda esta trama tenía el fútbol argentino, en especial su máxima autoridad, Julio Grondona, que había fallecido meses antes, y las empresas transmisoras de los partidos. Toda esa trama quedó al descubierto cuando uno de los empresarios implicados decidió hablar y presentarse como un “arrepentido” ante la justicia de los Estados Unidos. Ese empresario es Alejandro Burzaco, el CEO de Torneos y hermano del actual secretario de Seguridad de la Nación, Eugenio Burzaco.
La historia del FIFAgate la reconstruye Facundo Pastor en “El gran arrepentido de la mafia del fútbol”, que Margen izquierda acaba de publicar. En la bajada del título, se amplía el alcance del escándalo: “Alejandro Burzaco y la conexión argentina del FIFAgate. Grondona, Meiszner, CFK y Macri”.
Con precisión periodística, Pastor se sitúa a las 8:05 del miércoles 27 de mayo de 2015 en Zúrich, sede de la FIFA, en donde se desarrolla la asamblea electoral de la entidad que maneja los destinos del deporte más importante y poderoso del mundo: el fútbol. Ese día a esa hora, el mundo construido por Burzaco a base de coimas millonarias, se desmoronó en un instante. En ese instante, pasó de hombre fuerte del negocio de las transmisiones del fútbol a ser buscado por el FBI como parte esencial de una asociación ilícita integrada por los principales dirigentes sudamericanos.
Lo que siguió, es una historia de película. Burzaco escapó y, con el apoyo de la familia Grondona, logró llegar a Milán. Durante 14 días estuve fugitivo por diversas ciudades italianas, hasta que terminó por entregarse bajo la figura del arrepentido a las autoridades judiciales de Italia. Un mes después, sería deportado a los EEUU, en donde aún espera –en libertad condicional- el juicio del FIFAgate.
Desde entonces, perduran algunas preguntas que nadie había logrado responder y que Pastor aporta en esta obra. La más importante de ella es ¿qué pasó con la plata que Burzaco le pagó en coimas a Grondona? Según el propio arrepentido, se tratan de más de 25 millones de dólares que, a la muerte del presidente perpetuo de la AFA, habían quedado en el limbo de las cuentas off shore, las guaridas fiscales y bancos de dudosa legalidad. Para el autor del libro, no quedan dudas al respecto: ese dinero fue distribuido entre la familia Grondona, en especial sus hijos y uno de sus nietos, persona clave en el entramado de negocios del clan.
En forma puntillosa, dinámica y, por momentos, cinematográfica, Facundo Pastor, periodista especializado en investigación en la señal América, reconstruye el entramado corrupto de la FIFA y los vínculos existentes entre medios de comunicación y el fútbol. Un vínculo que solo se explica por dos cuestiones fundamentales: el dinero que genera el fútbol y el poder que ostentan aquellos que lo manejan, en especial en países como el nuestro, en donde el humor social suele depender de un gol o de un penal no cobrado.
