La Educación Emocional quedó incorporada por ley al sistema educativo provincial

La Cámara de Representantes de la provincia aprobó en la sesión de este jueves, convirtiendo en ley el proyecto que propone incorporar al diseño curricular la Educación Emocional en forma sistemática y transversal en el sistema educativo público, de gestión estatal y privada, dependiente del Consejo General de Educación y del Ministerio de Cultura, Educación, Ciencia y Tecnología a través del Servicio Provincial de Enseñanza Privada de la Provincia.

La Educación Emocional será incorporada en el diseño curricular de manera sistemática y transversal, tanto en el ámbito público como en el privado. Se abordarán temáticas como autoestima, autoconciencia, autoconocimiento, autocontrol y empatía. Se reconocerán las dimensiones biológica, psicológica, social y espiritual. Y se integrarán los recursos de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

La ley, sancionada esta semana por la Cámara de Representantes, crea una comisión transdisciplinaria que será la encargada de capacitar a los docentes, diagnosticar la salud socio-emocional de la institución educativa y promover técnicas de aprendizaje e interacción en relaciones intra e interpersonales; entre otras funciones.

La norma aprobada integra el proyecto presentado por los diputados María Inés Rebollo y Carlos Rovira con otra propuesta presentada por el ex legislador Raúl Revinski. La diputada fundamentó su propuesta refiriéndolo al “proyecto misionerista”, el cual “demuestra una vez más sus ansias por continuar a la vanguardia, en ‘educación’, considerando indispensable la enseñanza de la ‘educación emocional’ en la currícula de todos los niveles educativos”, según expresó en los fundamentos.

Para Rebollo, la educación emocional y la inteligencia emocional son “una valiosa ayuda para encarar con mayores posibilidades de éxito los retos a que se enfrenta el sistema educativo”.

El concepto de inteligencia emocional fue trabajado por Daniel Goleman y otros autores, quienes sostienen que “gran parte de nuestras acciones y de nuestra toma de decisiones se apoyan en el procesamiento afectivo”. Para este enfoque, lo afectivo y lo cognitivo no son elementos disociados o contrapuestos, sino que “se apoyan entre sí para facilitarnos la adaptación”.

“Debemos educar a nuestros hijos para ser felices, para que el gobierno de sus sentimientos sea su aliado desde sus primeros años de vida, creando una sociedad de jóvenes exitosos  más justa para los misioneros”, concluyó la legisladora.

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