El representante del sector en el INYM, Sergio Delapierre, sostuvo que las altas tasas de interés dificultan el financiamiento para la compra de hoja verde. Afirmó que esto perjudica especialmente a los establecimientos pequeños y medianos.
Sergio Delapierre (Radio República)
Puntos intermedios del negocio yerbatero, los secaderos atraviesan por una situación complicada al momento de conseguir recursos para la compra de hoja verde. En esta zafra, el caso más relevante salió a la luz esta semana, cuando se conoció que en la Zona Centro el establecimiento de Juan Carlos Schmidt emitió alrededor de 500 cheques que luego no pudo cubrir.
“De esa gravedad no conozco otros casos, pero si ocurre que los secaderos están atravesando por una situación complicada; sobre todo por las altas tasas de financiamiento”, remarcó Sergio Delapierre, referente de la Asociación de Secaderos del Alto Paraná (ASYM) y director del INYM por ese eslabón de la cadena yerbatera.
Explicó que la gran demanda por materia prima elevó el precio de la hoja verde de la cual se abastecen los secaderos y, en consecuencia, los costos se incrementaron. “Cada viernes o cada final de mes, los secaderos tienen que pagar por lo menos el 30% o el 40% en efectivo porque, a su vez los productores deben abonar la tarefa y el flete. Pero los secaderos cobran por la canchada con cheques a plazos de tres o cuatro meses. Como no pueden entregar esos cheques a los productores, deben vender esos cheques a los bancos o la usura, que para el caso es lo mismo porque las tasas de más del 40% hacen que el valor de los cheques disminuya”, subrayó.
En diálogo con Radio República, Delapierre pronosticó que el panorama futuro para los secaderos no asoma muy alentador. “El jueves empezamos la sesión de precios y, según la grilla de costos del INYM, se habló de un precio de 8,70 pesos para el kilo de hoja verde. Esto determinaría un precio de 35 pesos para la canchada. Hoy el valor oficial es de 26, 04 pesos. Para llegar a 35 pesos es mucha la diferencia y hoy nos preguntamos qué acuerdo puede haber con esa diferencia de valores”, planteó, para luego aseverar que – en esas sesiones de precios – el sector que representa generalmente termina resignando algunos pesos. “Cada vez que se discuten precios en el INYM, le dan menor precio a los secaderos. A la larga se van sumando esos déficit de precios y llegan a un punto en que la soga se corta”, concluyó.
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