En medio de la crisis de los cuadernos e inflación llega la próxima semana la misión del Fondo

El martes comenzará formalmente la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), comandada por el economista italiano Roberto Caldarelli, que deberá fiscalizar los números del país en el primer tramo del acuerdo stand by firmado con Argentina. Y desde el Gobierno se reconoce que la llegada de los enviados de Christine Lagarde no puede ser menos oportuna. La visita coincidirá con la evolución (negativa para la economía local) del escándalo por el pago de sobornos por la causa de los cuadernos, y con la presentación en sociedad del inevitable resultado negativo de la inflación de julio.

Con este panorama, el Ministerio de Hacienda se prepara para la primera negociación importante con el Fondo Monetario Internacional (FMI), luego de haber firmado el acuerdo stand by por u$s50.000 millones, de los que ya se giraron unos u$s15.000 millones y se espera un crédito inmediato de u$s3.000 millones para el segundo tramo. Este dinero debería llegar a mediados de septiembre, luego que los responsables del caso argentino (con Caldarelli a la cabeza) den el visto bueno en cuanto a los números que presente el país. Así, al menos, es la promesa que Lagarde le hizo a Mauricio Macri en su última visita al país a mediados del mes pasado. Fue durante la cumbre de ministros de Economía y Fianzas del G-20, cuando la directora gerente del organismo le dio el último visto bueno a la marcha del acuerdo; y cuando aún no se había producido el estallido de la crisis de los cuadernos. Este caso tendrá efectos extras en el crecimiento de la economía, los que no estaban computados en el acuerdo con el FMI. El alcance de estos será una de las informaciones que el economista italiano presentará ante el directorio del Fondo a su regreso a Washington.

Desde Buenos Aires se especula con que los visitantes le darán más importancia a lo que se conozca el próximo miércoles a las 16 dentro del informe de la inflación de julio. Se especula con que la comparación interanual correspondiente a julio se ubique por debajo del 29%, con lo que se estaría cumpliendo la única meta comprometida con el FMI que permanece en rebeldía. Según lo firmado entre el país y el organismo, ese es el límite interanual que permite el acuerdo; y, si se lo supera, el FMI está en condiciones de comenzar a «recomendar» políticas directas para corregir el desvío. La meta ya había sido superada, aunque levemente, en junio, cuando el IPC arrojó un incremento interanual del 29,5%, con un alza mensual del 3,7%. La esperanza oficial es que el incremento de julio no supere el 3% y que la comparación contra el mismo mes de 2017 se ubique en un 28,5%. Más cómodos se sienten los hombres de Dujovne ante la proyección del déficit fiscal comprometido para este año y que según el acuerdo debería ubicarse en el 2,7%. Los datos oficiales hablan de una proyección del 2,5%, con lo que esta meta se sobrecumpliría.

La semana pasada, en Buenos Aires se recibió la novedad de que el FMI ya menciona abiertamente en Washington sobre las discrepancias, por ahora de criterio, sobre cómo encarar el ajuste comprometido para lograr el 1,3% de déficit fiscal primario final para el año próximo. En el FMI tomaron nota de que la primera propuesta sobre cómo aumentar los ingresos fue rechazada dentro del Gobierno de Mauricio Macri. Para el Presidente ya es un tema definido que no habrá alteraciones en el cronograma de reducción de retenciones para el campo. Quedan dos capítulos para debatir, donde, por lo que se sabe, desde el FMI también hubo recomendaciones que están en dudas en Buenos Aires. El organismo recomendó que para sostener el nivel de crecimiento de este año y el próximo, el Gobierno no debe bajar el nivel de obra pública y que, incluso, debe sostenerse con aportes del Estado. Y que el ajuste fiscal debe pasar por capítulos como los gastos previsionales, provinciales. Esto, además de una baja de los subsidios a la energía y el transporte, más una reforma laboral. El FMI comentó que el Gobierno no debe avanzar más sobre la presión impositiva sobre los sectores de mayores ingresos. Incluso menciona que el porcentaje de presión debe ubicarse en un 50% en lugar del promedio de 58% actual. Aunque no se hizo aún pública, se especula dentro del Gobierno con un aumento en la presión sobre Ganancias sin incrementar las alícuotas, pero limitando los ajustes por la inflación de más del 30%. La misión del FMI incluirá esta vez reuniones con economistas independientes y referentes de la oposición. Los hombres del Fondo quieren conocer los planes reales del Gobierno para lograr el déficit prometido el próximo año, pero además la opinión de los referentes políticos y económicos opositores sobre la marcha del proyecto de Presupuesto 2019 que el Gobierno debe presentar en el Congreso antes que termine el mes. El FMI quiere conocer también el compromiso de los referentes políticos opositores para sostener el ajuste comprometido por el Gobierno.

Fuente: Ámbito

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