El Polaco estará en UMMA!…Y las entradas las adquirís por Internet en Compras Misiones

Siempre en la vidriera, el carismático cantante tropical regresa a Posadas para dar un show el sábado 25 en UMMA. Las entradas las adquirís por Internet en Compras Misiones, cliqueando aquí.

Que baila por un sueño, que no. Que su amiga bailarina Barby Silenzi está embarazada, que las madres de sus hijas (Karina la Princesita y Valeria Aquino) no aprueban esta nueva relación, que… que… EL Polaco siempre está en boca de todos, en las pantallas de los programas de espectáculos y los zócalos de los de chismes y farándula. Pero detrás de toda esa exposición mediática hay un padre de familia que la tuvo muy dura desde niño y trata de disfrutar al máximo el tiempo que tiene con sus dos hijas.

Así es como Ezequiel Iván López Cwirkaluk, el reconocido cantante tropical que responde al nombre artístico de «El Polaco», acaba de regresar de pasar una temporada en la nieve con sus dos niñas y ya se prepara para el gran show que brindará el próximo sábado 25 en UMMA, que se perfila como El lugar de eventos en vivo de nuestra ciudad.

Hay entradas generales ($200); Premium ($300) y Camarotes ($8.000) que también podés adquirir en UMMA!

 

Una vida dura, más de lo que uno cree

Ezequiel Cwirkaluk, como es su verdadero nombre, tiene 29 años y una dura historia de vida. «Vivía con mi papá Jorge Carlos, mi mamá Mariana y mis hermanos Jonathan y Rocío. En principio tuve una vida más o menos normal, pero después hubo situaciones feas», comenzó a contar.

Su padre era adicto al alcohol y a las drogas, tenía una fábrica de aberturas  y su madre era ama de casa: «Hasta mis cinco años estuvimos bien, pero después mi papá perdió todo, nos quedó sólo la casa y él estuvo internado. Mi vieja nos tuvo que bancar con 150 pesos que cobraba de un plan. Vivíamos del trueque y de vender lo que teníamos. Pero empezó un infierno en mi hogar y crecí de golpe».

Debido a la apremiante situación, su madre también se enfermó: «Tenía que estar detrás de una persona a la que por su estado no le importaba nada. Yo a los siete años tenía gastritis, en lugar de pensar en pasear con mis padres, tenía que acompañar a mi mamá a buscar a mi viejo a los bares».

La situación lo hizo pensar como un adulto, ya que desde muy chico tuvo que ayudar a su madre y siendo el hermano mayor, sentía que tenía que cuidar de la familia: «Seguí estudiando, pero no teníamos un mango, a mis diez años mis padres se separaron. Mi mamá estaba desbordada tratando de mantenernos, porque con cuarenta años y sin el colegio, no es fácil conseguir trabajo».

Fue entonces cuando el cantante decidió tomar una decisión para alivianar el trabajo de su madre: «A los 13 me interné en un centro de rehabilitación en Córdoba para que mi mamá no se tuviera que ocupar de mí. No tenía adicciones, pero no quería molestar en mi casa». Mientras tanto, su padre no se daba cuenta de lo que pasaba y según dice «aún hoy» no se da cuenta.

Tras seis meses de internación, salió «hecho un hombre», tal como recuerda: «Entendí que las etapas que había quemado de chico no volverían, así que volví a la casa  de mi vieja dispuesto a salir adelante».

Con esa determinación, fue que regresó al colegio, comenzó a meterse en el mundo de la música y de manera autodidacta aprendió a tocar el bajo, la guitarra y la batería. Con esfuerzo y ganas, consiguió su revancha: «De un día para el otro empecé a cantar y a los 17 firmé mi primer contrato y desde entonces no paré. Siento que Dios me ayudó».

A pesar de su vida difícil, no guarda rencores, asegura que ama a su familia y que le parte el corazón ver a su papá tratar de salir del infierno y define a su mamá como una «luchadora».

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