Gustavo Braier: “La sociedad argentina dio su apoyo a la foresto-industria pero la realidad del mercado nos muestra que desde el sector aún no hemos respondido como el país lo merece”

Para el consultor y especialista en Economía Forestal “es inadmisible que no tengamos Planes Forestales como modo de trabajo mancomunado en el país que nos permita devolverle a la sociedad todo lo que invirtió en la actividad”. Aseveró que en la coyuntura actual de sobreoferta de madera no se puede analizar soluciones «si no se tienen metas de largo plazo para la actividad».  En la entrevista habló de la prórroga de la ley 25.080 y el apoyo recibido por la sociedad en estos 20 años de vigencia, el oligopsonio y su poder sobre el precio de la madera en Misiones, entre otros temas que consideró son materia pendiente de liderazgo en el sector.

Frente al escenario de sobreoferta de madera que se plantea en provincias de la Mesopotamia en el sector foresto-industrial, con una baja en la demanda de rollos triturables y de rollos aserrables, afectando la rentabilidad de los productores pequeños e industrias Pymes, se abrió el debate con diferentes visiones sobre la problemática que fueron expuestas en diversas publicaciones de ArgentinaForestal.com y opiniones sobre cuáles serían las medidas a adoptar para salir de la crisis actual.

Por un lado, académicos, profesionales y productores plantean avanzar hacia una regulación del Estado en el mercado de chip y raleo para lograr un precio justo para el productor de la materia prima, otros opinan que la reactivación se dará en el mediano plazo pero a través de la incorporación de tecnologías en las Pymes que permitan ser competitivas para volver al mercado exportador, entre otros análisis que sostienen que el camino de desarrollo estará puesto en proyectos de pequeña de escala de usinas de generación de energía con biomasa forestal que movilizará la demanda y valorizará de manera más rentable los precios de los subproductos forestales. (Leer noticias relacionadas).

Todo esto, en un contexto en que se presentará en el Congreso Nacional en agosto un proyecto de prórroga por 10 años más de la Ley 25.080 de promoción forestal, que es la base jurídica para garantizar el abastecimiento sostenido a futuro de la industria forestal de la Argentina, además de ser una herramienta para el cumplimiento de los compromisos asumidos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030.

Sobreoferta de madera

En una entrevista con el especialista en Economía Forestal y director de Papyro (Braier & Asociados Consultores), Gustavo Braier, consideró que “puede haber sobreoferta o sobredemanda de madera en Misiones, debido a un escenario de coyuntura. La pregunta clave es si este es un tema que se puede basar en el análisis de la coyuntura y mi respuesta es que no”, aclaró.

Desde su punto de vista, “coyunturalmente en una región puede ser que se presente este escenario debido a que la demanda actual es menor a la de períodos anteriores o que la oferta es superior. No hay otra alternativa más allá de que pueda haber ambos efectos combinados. Si los productores se asociaran con las empresas, no cambiaría nada a este respecto; si se exportasen más bienes industrializados, obviamente, se incrementaría la demanda de madera y si se exportan rollos, también”, explicó Braier, apuntando a la exportaciones como uno de los caminos hacia reactivación de la demanda en el sector y recuperación de la actividad.

En esta línea, consideró que “el sector forestal debe ser pensado en el largo plazo. En este punto, creo que todos quienes pertenecimos al sector forestal en las últimas décadas tenemos que reconocer nuestros fracasos. En primer lugar, nos han ayudado con fondos públicos, hemos tenido informalidad laboral, hemos tenido informalidad comercial, estamos en un país generoso en recursos naturales y aún así vivimos penando”, se cuestionó el profesional.

“Creo que ya es hora de darnos cuenta que nos estamos equivocando en muchas cosas y que también es momento de corregirlas. Me imagino que algunos productores o industriales al leer esto se puedan sentir incómodos, pero a ellos les digo que tenemos que mirar al conjunto del sector. Estoy seguro de que hay muchos que hicieron enormes esfuerzos y que otros que hicieron esfuerzos de menor cuantía también pueden pensar en todo lo que lograron. Pero evidentemente, en el conjunto, no fue suficiente. La realidad nos lo está diciendo”, sostuvo el consultor, adoptando una posición de autocrítica sectorial en su análisis.

La sociedad argentina delegó en nosotros la tarea de elaborar los productos industrializados basados en la madera y yo diría que en algún momento debiéramos reconocer y darnos cuenta que no estamos respondiendo a la sociedad como tal vez ella lo merezca”, remarcó.

 

El oligopsonio y su poder sobre el precio de la madera

Ante la pregunta si consideraba una solución avanzar en regular el mercado forestal frente a la posición predominante de fijación de precios de chip y raleo de las dos principales compradoras de la materia prima (Arauco y Papel Misionero), como plantean los pequeños productores de la zona norte con la creación del Instituto Forestal en Misiones, Braier reiteró su posición -que viene exponiendo desde hace décadas- en el que sostiene que el sector de madera triturable tiene un oligopsonio natural por el valor de la madera en la provincia. “Un oligopsonio se presenta cuando quien está del lado de la demanda de la madera, esto es, quien la compra, puede decidir cuánto compra y a qué precio; es decir, tiene el poder del mercado. Pero todos sabemos que el retorno del forestador se basa más en la madera aserrable que en la triturable”, explicó.

Sin embargo, agregó que “en un trabajo que realicé por medio de un PIA (Proyecto de Investigación Aplicada), pude demostrar que el oligopsonio del mercado de la madera triturable le quita recursos a los otros sub-mercados, y no sólo desde el punto de vista de que la madera aserrable debiera compensar la rentabilidad que pierde el forestador, sino fundamentalmente, y en forma directa, por el menor precio que paga por los chips de los aserraderos”, precisó el especialista.

“Lamentablemente, también he oído a notorios representantes del sector del aserradero, festejar porque se cerraba un aserradero grande para el promedio misionero que estaba tecnificado porque consideraban que de esa manera los aserraderos más chicos y menos tecnificados iban a poder competir mejor. Creo que éste fue uno de los senderos de nuestro fracaso, al menos hasta ahora, como sector que debe proveer de bienes manufacturados de madera a la sociedad argentina”, sostuvo Braier.

Entonces, si hay un oligopsonio que en teoría aleja a la sociedad de su óptimo bienestar, pero del otro lado tenemos algunos industriales y algunos dirigentes que no cumplen adecuadamente con su tarea de proveer bienes a la sociedad ¿con qué mal peor nos quedamos?”, planteó el consultor.

Siguiendo con su análisis -y en un ejercicio de imaginaciones- dijo que “si se logra subir por efecto de una regulación el precio de la madera triturable tendríamos varios interrogantes: ¿la madera aserrable acompañaría esa subida de precio?”. “¿Los aserraderos están en condiciones de acompañarla?¿O terminará siendo más barata la madera aserrable de peor calidad que la triturable?. Y si fuese así ¿después aparecerían cupos? ¿Y qué pasa si los consumidores de madera triturable, frente a la situación, prefieren autoabastecerse?¿Nos acercamos o nos alejamos del óptimo social?”, fueron los ejercicios propuestos por el profesional.

 

“Es útil la prórroga de la ley de promoción”

En este contexto, en el país el sector avanzó en el consenso de un proyecto de prórroga de la Ley 25.080 de promoción forestal por otros 10 años más, como apoyo principal para los pequeños productores. “En este punto, sería bueno saber si todavía tenemos crédito de la sociedad para que nos siga ayudando como sector para que finalmente hagamos mejor las cosas”, dijo Braier sobre el debate de lograr o no la continuidad del sistema de base jurídica como herramienta de promoción en la Argentina.

“La economía argentina tiene una escasez secular de ingresos de divisas y el sector es uno de los que con mayor claridad podría aportarlos. Algo se habrá producido de sustitución de importaciones, pero poco hemos logrado en exportaciones y en continuar sustituyendo importaciones. Si la sociedad aún nos tiene paciencia y confianza, creo que sí es útil que se siga con un proceso de promoción de plantaciones forestales. Si la sociedad ya se cansó de nuestras promesas incumplidas, tal vez ya no. Y si fuese que no, se consumaría en su totalidad el daño que nos podemos hacer como país en este sector”, apuntó el consultor.

Asimismo, manifestó que “el sector debió haberse preocupado más por cuestiones estructurales, las discusiones sobre el subsidio nos distrajeron y nos quitaron energías. Es poco razonable que no se esté usando la Hidrovía, que los viajes se hagan en camiones, que no nos hayamos preocupado por un abastecimiento energético estable y económico, que no hayamos sido capaces de identificar y solucionar los problemas que nos hacen competir con dificultad, que no hayamos hecho mancomunadamente los esfuerzos necesarios para encontrar productos exportables a mercados accesibles.  Son tantas las cosas que en conjunto podríamos haber hecho, que aún tenemos tareas pendientes para ser logradas en muchos años”, sostuvo el especialista.

Paralelamente, agregó que todas las tareas pendientes mencionadas anteriormente “son para ser impuestas por los líderes sectoriales, por las organizaciones intermedias productivas del sector y por los gobiernos municipales, provinciales y nacionales. Sin saber a dónde ir en el largo plazo, esto se hace mucho más difícil o imposible. Es inadmisible que no tengamos planes forestales como modo de trabajo mancomunado que nos permita devolverle a la sociedad todo lo que invirtió en nosotros. No olvidemos que Alto Paraná, en origen, fue financiado con fondos públicos y que también Papel Misionero fue una empresa provincial”, recalcó Braier.

“¿Y qué decir si en este panorama incluimos a la provincia de Corrientes? Creo que tenemos mucho por hacer y cuanto antes lo empecemos a concretar, mejor para todos”, finalizó el consultor forestal.

Corrientes tiene en la actualidad una superficie de más de 500 mil hectáreas forestadas que podría abastecer a nuevos proyectos de celulosa y papel, tableros o bionergía con capacidad de producción de gran escala, incluso similar a la actual Botnia-UPM de Fray Bentos, Uruguay.

El Lic. Gustavo Braier tiene una empresa dedicada desde hace 25 años al desarrollo de aplicaciones y servicios de consultoría en temas de planificación, de seguimiento de la producción y de manejo de recursos naturales. Tiene una amplia especialización en el desarrollo de optimización de software para aplicaciones en industrias del sector del corrugado, el papel y de la forestación, tanto en el país como en el exterior. Y realizó varios planes estratégicos y asesoramientos a diversas provincias forestales y organismos internacionales y nacionales, en varias oportunidades en las últimas décadas.

 

 

 

 

Por Patricia Escobar 

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