Apropiación ilegal de la beba en Candelaria: los mensajes de la mamá biológica comprometen seriamente a la empleada municipal detenida

María Angélica B. pasó ocho meses de incertidumbre. Fue el tiempo en que duró su embarazo y en que atravesó distintos estados y emociones. Siempre tuvo en claro que no quería hacerse cargo de la crianza de la beba que gestaba, pero tuvo idas y vueltas en la decisión de entregársela a la empleada municipal de Candelaria Susana A., quien luego del nacimiento anotó como propia a la criatura. Como la maniobra se descubrió, intervino la Justicia y ambas terminaron presas, al igual que una enfermera que habría participado de la farsa.
Como si de una novela se tratara, María, quien prácticamente se encontraba en situación de calle, le contó por mensaje de texto a una allegada en Buenos Aires lo que iba sucediendo en su vida.
En esos SMS, crudos y duros, detalla su desesperación y las dudas que tenía en cuanto a lo que Susana le iba ofreciendo para quedarse con la beba: primero casa, luego una pensión por discapacidad y finalmente unos pasajes para que María fuera a probar suerte a Buenos Aires, “hasta que en Candelaria pasara todo”.
“Cuando la criatura nazca me da a dar la casita”, le comentaba la embarazada a su conocida, quien siempre se mostraba escéptica.
En otro texto se lee: “Me voy de la casa de Susana, no voy a adoptar (sic)”, explicando que desistía ante la actitud opresiva que la empleada municipal le evidenciaba, algo que la ahogaba.
“Qué hago si yo quiero que adopte porque no tengo adónde irme ni un hogar para darle a mi hija cuando nazca”, escribió en otra ocasión.
A medida que la panza crecía y cuando ya estaba instalada en lo de Susana, la oferta del viaje a Buenos Aires se consolidaba: “Ella quiere que me vaya, trabaje y alquile en Buenos Aires. Va a hablar con una sobrina para que me tenga en su casa unos días”, adelantó a su allegada.
En julio anunció, siempre por mensaje de texto: “Te cuento que tuve la bebé, es una nenita ochomesina. Nació el 3 de julio, a las 23, por parto normal en Posadas”.
Y cerró con una frase que complica a fondo la situación de Susana: “Voy a decirte algo, para ver qué opinión me das, pero queda entre nosotras. Yo ya le di el bebé a ella y ella me va a pagar un pasaje a Buenos Aires para que vaya a trabajar allá hasta que todo esto pase”.
La semana que viene, María, quien padecería problemas mentales, Susana y la enfermera Patricia M. serán indagadas por el juez de Instrucción Seis, Ricardo Balor.

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