Wimbledon: Djokovic le ganó a Nadal y mañana enfrentará a Kevin Anderson

Fue en cinco sets: 6-4, 3-6, 7-6, 3-6 y 10-8. El serbio fue campeón en el césped londinense en 2011, 2014 y 2015 y quiere otro más. En la final irá ante Kevin Anderson.

 

Será Novak Djokovic el que juegue mañana la final de Wimbledon con Kevin Anderson aunque Rafael Nadal también hubiera podido estar allí. Fue con una derecha fuera cuando el serbio se sintió finalmente vencedor con un tanteo de 6-4, 3-6, 7-6(9), 3-6 y 10-8, en 5 horas y 15 minutos.

 

Djokovic empezó amenazante desde el resto. Tuve las dos primeras pelotas de ‘break’ pero su adversario las salvó con un punto de saque y una volea que celebró como si hubiese ganado el partido. Podía ser un golpe psicológico para un serbio que presentaba un 2/12 en pelotas de rotura.

 

El primer acto se alargó 16 minutos. La final femenina entre Serena Williams y Angelique Kerber podía esperar. Los espectadores estaban viendo el mejor partido del cuadro individual y después verían a Serena por el mismo precio. Rafa ganaría 11 de los siguientes 12 puntos y dispararía el marcador hasta el 3-0.’Nole’ tenía la mirada perdida pero reaccionó como un campeón de 12 grandes que es. Le ayudaron dos errores consecutivos e inesperados del número 1 mundial con su derecha, la mejor arma de su inmenso repertorio. Después de la tormenta volvió momentáneamente la calma. Nadal y Djokovic sumaban 52 enfrentamientos, 14 de ellos en torneos del ‘Grand Slam’. Sólo el duelo entre el serbio y Roger Federer se ha visto más veces en uno de los cuatro ‘majors’ de la raqueta. El balear volvería al ataque en el octavo juego, donde dispuso de un 15-40. Su rival no se lo esperaba y falló un pasante de derecha que le condenaba a ir 5-3 abajo en el resultado. En la central del All England Club estaban los dos mejores restadores del circuito y se notaba. Rafa sacó para el 6-3 pero se encontró con un 0-40 en contra. Volvería a levantarlo ante un Djokovic desesperado ante tantas ocasiones desaprovechadas. Su estadística era ya de 3/16.Eso le pesó como una losa en la manga de desempate, donde Nadal jugó con toda la confianza que le da una temporada en la que sólo ha perdido un partido. En el Open de Australia tuvo que retirarse por lesión en el psoas en los cuartos con Marin Cilic. Djokovic le había ganado una vez más a Nadal, 26 a 25, pero el español se había impuesto en nueve de los 13 precedentes en ‘Grand Slam’. Damian Steiner, el juez de silla argentino, hacía la vista gorda en el tiempo que tardaban los dos protagonistas para sacar. Mucho más de los 25 segundos permitidos. Nadal tenía el partido donde quería. Era el momento de confirmar la segunda remontada consecutiva después de los cuartos con Juan Martín Del Potro. Tras el primer punto del quinto set el empate a puntos era total: 140 para cada uno. Una mariposa blanca también quería participar del espectáculo y no pasaba de volar en el lado del manacorí, que fallaba más con la derecha que con el revés, algo normal porque con el primer tiro arriesgaba más.Dos amenazas en la devoluciónEl recurso de la dejada le seguía funcionando a Nadal. Su desventaja es que tenía que aguantar permanentemente la presión de saber que un ‘break’ en contra le dejaba casi sin maniobra porque ‘Nole’ había empezado al saque. El punto de inflexión pudo estar en el octavo asalto con la decimoséptima bola de rotura del serbio. Rafa la neutralizó con un primer servicio. Después vendrían dos puntos de rotura para Nadal y otros dos puntos de saque de Djokovic para alargar el desenlace.

 

El serbio se quedaría a dos puntos de la gloria con 5-4 y 0-30. Pero entonces, en el momento de máxima presión, el mejor tenista del planeta conectó cuatro primeros servicios consecutivos sobre la línea blanca. Otra vez estaría a dos puntos en el decimocuarto juego. Más cerca de la victoria estaría Nadal con un 15-40 y luego otra ventaja para el 7-8. Un revés fuera, un ace y un pasante de derecha del tenista de Belgrado atajaron la rebelión. Un error de revés del español dio el primer punto de partido a Djokovic. Lo salva con una dejada. Era el decimosexto juego. Se pasaba ya de las cinco horas de tenis pero aún estaba lejos el tope entre ambos que databa de la final del Open de Australia 2012 con 5 horas y 53 minutos. Un 0-40 en el decimoctavo juego después de un inoportuno resbalón condenó a Nadal, que se fue con la cabeza alta porque cualquiera de los dos pudo ganar. Será e pupilo de Marian Vajda quien opte el domingo a su cuarto entorchado en su quinta final en la hierba de la catedral del tenis.

 

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