Rescate en Tailandia: lograron salir todos los chicos y su entrenador de la cueva

Los nenes y su entrenador fueron trasladados a un centro médico, donde quedarán en cuarentena. Estuvieron más de dos semanas atrapados en una caverna en el norte del país.

Ya rescataron a todos los chicos y su entrenador de la cueva inundada en el norte de Tailandia, en el tercer día del operativo que mantuvo al mundo en alerta. La marina tailandesa celebró la buena noticia al grito de «Hooya» en un posteo en Facebook.

«Los 12 Jabalíes Salvajes -el nombre de su equipo de fútbol- y su entrenador fueron evacuados de la cueva», anunció el cuerpo de élite de la marina tailandesa que participó en el rescate.

Los nenes recibieron los primeros auxilios en una carpa médica provisoria que se instaló en el lugar y están «saludables». Luego fueron trasladados al hospital local, donde permanecerán por lo menos siete días en cuarentena. Afuera del a cueva, rescatistas y periodistas celebraron con aplausos la buena noticia.

Los últimos cuatro chicos y su entrenador pasaron más de dos semanas en la cueva Tham Luan, atrapados a unos 4 kilómetros de profundidad.

Además de los nenes, hay otras 4 personas -un doctor y 3 miembros de la Marina- que se internaron en la gruta para realizar tareas de asistencia médica y psicológica al grupo de niños y hoy deberían abandonarla.

 

«Hoy tomará más tiempo que otros días, pero finalmente lo vamos a celebrar juntos», indicó la Marina tailandesa más temprano

Los rescatistas tuvieron que atravesar junto a los chicos un complejo de laberínticas galerías parcialmente inundadas y con desniveles y visibilidad nula para alcanzar la boca exterior de la cueva.

Al igual que sucedió tras la primera operación, las autoridades anunciaron una pausa entre la segunda misión (lunes) y esta tercera para proceder a la reposición de las bombonas de aire comprimido utilizadas durante los trabajos de evacuación y evaluar las partes inundadas de la gruta. Las precipitaciones fueron una de las principales preocupaciones de los rescatistas porque el agua filtrada por el monte podía volver a inundar las galerías y anular el drenaje efectuado.

Además de los nenes, hay otras 4 personas -un doctor y 3 miembros de la Marina- que se internaron en la gruta para realizar tareas de asistencia médica y psicológica al grupo de niños y hoy deberían abandonarla.

«Hoy tomará más tiempo que otros días, pero finalmente lo vamos a celebrar juntos», indicó la Marina tailandesa más temprano

Los rescatistas tuvieron que atravesar junto a los chicos un complejo de laberínticas galerías parcialmente inundadas y con desniveles y visibilidad nula para alcanzar la boca exterior de la cueva.

Al igual que sucedió tras la primera operación, las autoridades anunciaron una pausa entre la segunda misión (lunes) y esta tercera para proceder a la reposición de las bombonas de aire comprimido utilizadas durante los trabajos de evacuación y evaluar las partes inundadas de la gruta. Las precipitaciones fueron una de las principales preocupaciones de los rescatistas porque el agua filtrada por el monte podía volver a inundar las galerías y anular el drenaje efectuado.

El primer ministro de Tailandia, Prayut Chan-ocha, visitó a los chicos hospitalizados y a sus familiares. También supervisó el trabajo de las más de 1000 personas que participan de los operativos desde que se produjo la desaparición del equipo de fútbol infantil.

Antes de iniciar cada uno de los dos procedimientos de rescate, los buzos les dieron tranquilizantes a los chicos. Fue para evitar un posible ataque de nervios en medio del agua. El rescatista danés Ivan Kardzic explicó que los sedaron para que no entraran en pánico. «No estaban totalmente aturdidos, pero no reaccionaban con normalidad», aclaró en una entrevista radial.

Con respecto a todas las posibilidades que habían barajado antes de empezar con el dificultoso rescate, el profesional confesó que habían imaginado «todo tipo de escenarios catastróficos». Desde problemas con los equipos hasta el miedo a que alguno de los chicos se ahogue, ya que no sabían nadar y el camino hasta la salida no iba a ser ameno.

Con respecto a todas las posibilidades que habían barajado antes de empezar con el dificultoso rescate, el profesional confesó que habían imaginado «todo tipo de escenarios catastróficos». Desde problemas con los equipos hasta el miedo a que alguno de los chicos se ahogue, ya que no sabían nadar y el camino hasta la salida no iba a ser ameno.

 

 

 

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